Tú ya sabes a mí [2]

Capítulo 28

Elisse

Por la mañana me ocupé de salir más temprano que Florentine del apartamento. Quería ir específicamente a un lugar antes de ir a mi trabajo y ese lugar era la farmacia, necesitaba comprar una prueba de embarazo para terminar con todas esas sospechas que no me dejaron dormir por la noche.

Tuve pequeños flashbacks mientras elegía la prueba. Hace muchos años, cuando teníamos dieciséis Mike y su entonces novia de la preparatoria, Ava, tenían sospechas de embarazo, pero ninguno de los dos se atrevía a comprar una prueba por miedo a ser vistos en la farmacia. Así que fui con Nick a comprar la prueba para Ava. En esa ocasión le di un sermón enorme a Michael sobre el sexo seguro y después celebramos en su habitación que esa prueba haya salido negativa. 

Esperaba ahora correr con la misma suerte que Ava tuvo en ese momento. No estoy lista para un bebé, no en estas circunstancias.

 

Una vez que llegué a Le Champeaux, lo primero que hice antes de ir a mi locker fue ir al baño. Me encerré en un cubículo y de mi bolso saqué la prueba de embarazo, abrí la caja y seguí las instrucciones al pie de la letra. Puse el cronómetro de mi celular esperando a que llegara a los cinco minutos, los cinco minutos más eternos de mi vida.

En este tiempo de espera pensé en tantas cosas, ¿qué voy a hacer si salen las dos rayitas? Este bebé no estaba en mi plan, estaría arruinando mi vida por completo... ¿Qué haría si la prueba arroja un resultado positivo? No quería renunciar a la vida que a la que me adapté desde que me mudé con Florentine, tampoco quería regresar a California y decirle a Nick que la noche que pasamos juntos —por error— había traído una enorme consecuencia.

Finalmente mi celular sonó, el cronómetro ya había marcado sus cinco minutos y el corazón se me paró por un momento. Tenía miedo de levantar la prueba y aunque no quería ver tenía que hacerlo, tenía que acabar con la duda ahora.

 

—No puede ser...

 

Las dos malditas rayitas, me deslicé por la pared del cubículo y me senté en el piso para poder mirar de nuevo, como si con eso fuera a cambiar mágicamente el resultado, ¿ahora qué voy a hacer? ¡No puede estar pasándome esto a mí! Bueno, ¿qué esperaba? Tuve sexo irresponsable en una boda con mi ex novio, no podía estar esperando algo más, ni siquiera puede ser una sorpresa, ¡maldición! ¿Qué acaso Nicholas no aprendió a terminar afuera? ¿Ni siquiera en todos esos meses de sexo desenfrenado que vivió con Jessica? ¿O con la misma Rosalie? ¿Acaso no sabe que existen los condones? Con todas esas pláticas que tuvimos en la prepa. ¡Aghh! ¡Maldición! ¿Por qué fui a Los Cabos a esa boda? Ni siquiera quería ir, si no hubiera ido esto no me estuviera pasando en este momento.

 

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—Adivina qué se encontró Dominique en el baño.

—¿Qué? —Le cuestiona Florentine a Lorraine.

—Una prueba de embarazo. Alguien aquí está embarazada.

 

No quise inmiscuirme en la plática, continué con lo mío cocinando pero aun así no pude evitar escucharlas hablar de ese nuevo rumor que comenzaría a correrse pronto por la cocina entera. ¿Acaso Lorraine sospechará de mí? No, ni siquiera quiero hacer contacto visual con ella, sentía que si nos mirábamos a los ojos se daría cuenta de todo.

 

—Yo digo que es la mesera nueva. —Asegura Lorraine—. Digo, está demasiado joven y de seguro necesita el empleo por eso.

—Bueno, si dices que apenas la encontraron... Creo que ya debía haberlo sabido antes de entrar a trabajar aquí, ¿no lo crees? —Comenta Florentine—. Además, leí en internet que esas pruebas a veces se equivocan.

 

Después de buscar más sospechosas sin éxito alguno, Lorraine y Florentine decidieron dejar el tema por la paz para dedicarse a otras cosas.

 

—¿A dónde piensas ir a comer? —Le pregunta Lorraine.

—Se me antoja algo crujiente, Elisse... —Florentine llama mi atención—. ¿A dónde iremos?

—Yo voy a aprovechar mi hora de comida para sacar dinero del banco y pagar la renta.

—¿Quieres que te acompañe? —Pregunta.

—No, tengo que ir a otros lugares. Ve con Lorraine, salimos después ¿te parece?

—Bueno.

 

En cuanto termino de preparar lo que estaba haciendo me dirigí a mi locker, me quité la filipina para guardarla y me solté el cabello. Me aseguré de cerrarlo bien asegurando el candado y salí de Le Champeaux. Tenía que aceptar que me dejó pensando lo que Florentine dijo sobre la prueba y necesitaba una segunda opinión. Deseaba con todo mí ser que aquella prueba estuviera equivocada como lo dijo ella.




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