Elisse
—No he podido dormir bien.
Me senté en la mesa con Florentine para desayunar, llevaba puesta aquella pijama de Hello Kitty que consideraba mata pasiones, por lo tanto, sabía que George no estaría merodeando por aquí esta mañana.
—Tengo que contarte algo. —Florentine deja en paz sus cubiertos para mirarme directamente a los ojos—. Noah me ha propuesto matrimonio... Y creo voy a aceptarlo.
—¡¿Qué?! ¿Por qué? ¿Cómo fue que pasó eso? No estoy entendiendo nada.
—Me encontré con él el otro día en un bistró. Estuvimos platicando y no sé por qué le conté del embarazo y fue entonces que me propuso que nos casáramos, que él le daría estabilidad y una familia a mi bebé.
—¿En verdad estás considerando casarte con Noah Staton? ¿Te estás escuchando?
—No voy a poder con esto sola. —Confieso, sin tener las agallas para mirarla a los ojos—. El bebé tiene derecho a tener una familia y Noah realmente me quiere, no cualquiera aceptaría a alguien en este estado... Además ya me iba a casar con él en el pasado y los dos cometimos errores. Yo me acosté con Nick siendo su novia, creo que estamos a mano.
—Sí tienes razón en eso de que el bebé tiene derecho a tener una familia, pero ese bebé ya tiene un padre y ese es Nicholas.
Ella parecía molesta con mi decisión, sin embargo, yo decidí continuar. He meditado esto toda la noche, de hecho lo he meditado desde que me encontré con Noah y cuando hablé con Nicholas se reforzó la idea.
—Nicholas no lo sabe y nadie tiene que saber que el bebé es de él. Bien puedo casarme con Noah y aparentar que es su bebé y nadie tiene saber que no es verdad.
—¿Y qué pasará si el bebé es una copia exacta de Nicholas?
—Ruego todas las noches que no sea así.
Se pone de pie y lleva su plato vacío al lava trastes, abre el grifo y deja correr el agua unos segundos, después se arrepiente y lo cierra, volteándose para verme.
—Bueno Ely, es tu decisión. Si crees que Noah te va a hacer feliz, si piensas que es lo mejor para tu bebé... Sabes que te apoyo.
Sabía que en el fondo Florentine no está de acuerdo con mi decisión, pero al final ha decidido no ejercer presión sobre mí como sucedió la última vez. Fue entonces que decidió continuar con lo suyo lavando los trastes, prometiendo continuar guardando un secreto que sólo su novio, ella, Noah y yo sabíamos.
[...]
Salí de mi hogar segura de haber tomado la mejor decisión, iba sentada en la parte trasera del taxi pensando en cómo decirle a Noah qué voy tomar su propuesta, que estoy dispuesta a retomar nuestra relación, a olvidar los errores cometidos en el pasado. Sé que no lo amo, pero confiaba en el tiempo, en hacer renacer lo que una vez sentí por él, esperando que esos días que fuimos tan felices juntos regresen.
Sin embargo toda esa seguridad que sentía desapareció una vez que llegué al apartamento de Noah, las piernas me temblaban y el corazón me latía rápidamente mientras esperaba a que abriera la puerta.
—¡Elisse!
Noah me recibió con un abrazo, uno grande y cálido, definitivamente estaba sorprendido por mi visita, pero le hacía bien. Tenía una sonrisa en el rostro, sus ojos brillaban al verme y yo intenté esbozar una sonrisa, una a medias. Finalmente se hizo a un lado para dejarme pasar al que una vez fue nuestro hogar.
—Noah yo... ¿En verdad estás dispuesto a renunciar a tu vida por mí? Ya sabes, eso de mudarte a cada rato a otras ciudades porque te aburres de estar en un mismo lugar, ¿estás dispuesto a convertirte en padre?
—Lo haría sin dudarlo. Voy a amar a ese bebé tanto como te amo a ti, Elisse. Iremos a dónde tú quieras, compraremos una casa grande e instalaremos una habitación para el bebé con todo lo que sea necesario. Asistirá a los mejores colegios, tendrá una bonita familia, te lo aseguro.
—De acuerdo. Noah... Sí. —Miro sus ojos, llenos de emoción por mi respuesta—. Sí quiero casarme contigo.
Noah me pidió que me quedara ahí un momento, estaba tan emocionado. Él fue a la habitación y regresó después de unos minutos, trayendo consigo aquel anillo que durante algunos meses decoró mi dedo anular.
—Esta vez te juro que no te fallaré, Elisse Wilkinson. Esta vez será para siempre.
Se arrodilló delante de mí, ya había visto esa escena antes, la misma mirada ilusionada, su sonrisa...
—Sé que ya me dijiste la respuesta pero, quiero hacerlo oficial. Elisse, ¿te quieres casar conmigo?
Asentí con la cabeza sin decir una sola palabra, él se puso de pie y fue entonces que tomó mi mano para colocar de nuevo aquel anillo en mi dedo. Lo admiré durante un par de segundos, había olvidado lo precioso que era, verlo de nuevo en mi dedo me trajo recuerdos de la primera noche que lo vi, cuando pensábamos casarnos el verano pasado.