Tú ya sabes a mí [2]

Capítulo 36

George y Florentine se van a encargar de llevarnos al aeropuerto. Pero apenas si pude dormir anoche, no pude dejar de pensar en todo lo que podría pasar cuando volviera a mi vida en California, en la reacción de mis padres, en la reacción de Nicholas cuando nos encontráramos de nuevo, en cómo va a ser ahora la convivencia con Mike y Rebecca, en tomar el mando de Autumn Delights... Era demasiado.

Se me cerraban los ojos cuando estábamos con Florentine y su novio en el restaurante al que nos llevaron a desayunar, ojalá que el sueño no se me fuera en el avión, solo así podría aprovechar las catorce horas para poder descansar. 

 

—No volverán a disfrutar de algo así estando allá. —Habla Florentine con el tenedor a punto de meterlo a su boca, llamando mi atención—. Nuestra gastronomía es mejor.

—Tengo que aceptar que hay muchas cosas que extraño de allá, pero también extrañaré mucho estos lugares.

—Tienes que alimentarte muy bien. —Comenta George—. Por favor, cuando llegues a California lo primero que debes hacer es ir con un médico.

—Y no dejes de informarnos acerca del bebé. —Agrega Florentine.

 

[...]

 

El restaurante que eligieron está bastante cerca del aeropuerto, lo cual fue perfecto para nosotros porque los tiempos nos daban perfecto para poder documentar. Florentine y George se quedaron con nosotros lo más que pudieron, platicando sobre la primera vez que Florentine y yo nos conocimos. Fue hasta que vocearon nuestro vuelo que nos dimos cuenta de que el momento de despedirnos ha llegado. 

 

—Es el suyo. —Musita George al escuchar la información con respecto al vuelo.

—Los voy a extrañar demasiado.

 

Abrazo primero a Florentine y Noah se encarga de darle la mano a George. 

 

—Mucha suerte. —Me da un beso en la mejilla—. No dejes de llamarme.

—Te quiero, Florentine.

 

Ella me suelta y después abrazo a George. Me despido de ellos con la promesa de que nos veríamos pronto, quería que así fuera. ¡Y es que cómo no extrañarlos si en todo este tiempo hemos creado un vínculo tan cercano! Ni siquiera quise voltear a ver hacia atrás para verlos, sabía que si volteaba me soltaría a llorar y no quería hacerlo.

¡Odio las despedidas!


 

Al llegar al aeropuerto de Los Ángeles todos mis miedos comenzaron a salir a la luz        



Al llegar al aeropuerto de Los Ángeles todos mis miedos comenzaron a salir a la luz. ¿En qué momento les daría la noticia a mis padres de que estoy embarazada y que aparte estoy a punto de casarme con Noah después de haber cancelado nuestro compromiso hace poco más de un año? ¿Qué haría al ver a Nicholas sabiendo que él es el padre del bebé y no el hombre que camina a mi lado sosteniendo mi mano?

Tenía un par de días para pensarlo. Noah ha preferido que primero nos instalemos en el departamento de su hermana Tess para que podamos descansar, sobre todo por el jet-lag y el cambio de horario. La primera visita programada la haría a mis padres, para platicar sobre todo lo que ha pasado en los últimos meses, creo que eso es lo más difícil.

Ellos saben que estoy de regreso por el nuevo empleo que me ha dado Pierre-Cortot, pero no saben el resto, incluso les mentí acerca del día de nuestra llegada porque no quería lidiar con todo tan pronto. Bien Noah tenía razón, primero debo adaptarme y mirar qué es lo que me espera con el restaurante y ya después vería cómo se acomoda todo... O cómo puedo lidiar con las verdades que me he callado. 

 

[...]

 

—¿Lista?

—Eso creo.

 

Noah se encargó de tocar el timbre por mí, esperando ansiosa afuera a que alguien abriera la puerta. Una vez que tuve a mi mamá en frente, me abrazó con fuerza, sacando todas esas ganas que tuvo de hacerlo cuando estuve lejos. 

 

—Mi pequeña Elisse, te extrañamos tanto.

—Y yo a ustedes. ¡Dios! Hace mucho calor.

—¡Noah! No esperaba verte también.

 

Mi mamá abrazó cortamente a Noah, se hizo a un lado y nos dejó entrar a la casa. Me quité el cardigan que traía puesto y lo dejé sobre el sofá, mi papá bajó por la escalera una vez que escuchó mi voz y al igual que mi madre, se encontraba sorprendido por la presencia de Noah. 

 

—Tienes muchas cosas que explicarnos a tu madre y a mí. —Dice en un susurro cuando me abraza—. Esa escapada a Francia no tuvo nada que ver con Nicholas, ¿o sí?

—No papá. —Miento—. Cuando estuve en Mónaco me ofrecieron una mejor oferta de trabajo, es por eso que me quedé.

 

Mi papá sonríe y mira de reojo a Noah, volviendo casi de inmediato su vista hacia mí.

 




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