Tú ya sabes a mí [2]

Capítulo 40

No pude dormir anoche, si mantuve los ojos cerrados durante dos horas fue mucho. No podía dejar de pensar en todo lo que me dijo Elisse, todo lo que escuché salir de su boca. Ella llamó dos veces a la 1:00 a.m., pero no respondí, ahora soy yo el que no quiere hablar.

Aún sigo intentando digerir todo, voy a ser padre y sé que si se hubiese dado en otras circunstancias, en este momento sería el hombre más feliz del mundo. Pero, ¿cómo puedo sentir felicidad si Elisse consideró darle el apellido de Noah a nuestro hijo? ¿Cómo puedo sentirme feliz si me estoy enterando de la verdad hasta ahora? 

 

—Hey, te estaba buscando.

 

Mike se sienta a un lado de mí. Llevaba alrededor de media hora aquí, no quería, ni tenía ganas de entrar a trabajar y decidí perder mi tiempo en este lugar, sentado cerca de la fuente que adornaba el patio principal de la disquera. Prefería ver pasar al personal mientras fumaba un cigarrillo antes que tener que soportar a Rick un día más. 

 

—¿Te mandó Carl?

—Sí, al parecer necesita tus servicios como escritor de canciones para el nuevo disco de Stella.

 

Le di una calada al cigarro. ¿Carl me quiere para escribir canciones para Stella? ¿En serio? Pues me importa una mierda ahora Stella y su nuevo disco. 

 

—Pero si te ve aquí y sobre todo fumando, te va amonestar. —Comenta—. Ya sabes, es parte del reglamento ahora. Porque Carl no quiere que Nina inhale y...

 

Decido interrumpirlo.

 

—Y no me interesa que dice el maldito reglamento, mucho menos me importa Nina.

—Pues antes parecías muy interesado en la salud de Nina, eran muy buenos amigos.  

 

El cigarrillo se ha consumido ya, así que lo puse en el piso y lo apagué con el pie, recogiendo la colilla para tirarla al cesto de basura más cercano. Posteriormente saqué la cajetilla para tomar un cigarrillo nuevo y le ofrecí uno a Mike.

 

—Vaya, ¿qué te traes? Se nota que no dormiste y ya casi te acabas la cajetilla, cuando fumas así es porque algo pasó y creo saber que fue. ¿Qué pasó ayer con Elisse?

—No sabía que estaba en el club de la paternidad junto contigo desde hace cinco meses.

—Creí que la noticia te iba a hacer feliz.

—¿Ya lo sabías?

 

Mike asiente, pidiéndome el cigarrillo que previamente le había ofrecido. Lo puso entre sus labios y le di fuego, esperando a que le diera la primera calada para que contestara. 

 

—Sí, lo supe desde que nos vimos en el hospital.

—¿En el hospital?

—Sí, llevé a Becca a una revisión y ella también estaba ahí. No quise decirte nada porque asumí que el bebé era de Noah y no quería lastimarte más, además creí que lo más apropiado era que te enteraras por ella.

—Elisse intentó deshacerse del bebé. Y no sé qué es lo que me duele más, eso o que haya decidido casarse con Noah para jugar a la familia feliz porque se sentía sola. ¿Te das cuenta de lo egoísta que fue al querer hacer pasar a Noah como el padre?

—Pero no lo hizo, Nick lo que menos necesita ahora es que la rechaces por un error. Necesita nuestro apoyo, esto no es fácil. —Dice, poniendo su mano sobre mi hombro—. No intento justificarla pero, las circunstancias la orillaron a tomar las peores decisiones. No se casó, decidió contarte la verdad, ya lo sabes, ahora tienes la oportunidad de estar cerca del bebé, por lo menos en los últimos cuatro meses restantes del embarazo.  

 

Mike le da una última calada a su cigarrillo y lo coloca sobre el piso para poder pisarlo.

 

—Ven, Carl te busca. No querrás hacerlo enojar, ¿o sí?

—¿Tengo cara de que me importe?

—No realmente. —Contesta—. Pero, al menos tómalo como una ligera distracción.

 

Imito su acción para apagar el cigarro y camino junto a él. Para intentar distraerme, me cuenta de la película que había visto anoche, aunque para ser honesto no le estaba prestando mucha atención a su pequeña reseña. Necesitaba enfocarme precisamente en qué hacer cuando estuviera frente a Carl, realmente no quiero escribir para Stella, siento que no es mi estilo, ella ya tiene uno propio y no quiero ver cómo destruyen mis canciones.

 

—Hueles a tabaco, Hyland. Recuerda que ya no se puede fumar aquí. —Es lo primero que Carl dice al verme—. Pero bueno, a Stella le fascinó el trabajo que hiciste con Ian, así que quiero que escribas un par de letras para su nuevo disco.

—No me gusta hacer letras de cosas tan superficiales como lo que ella canta, digo, no he escuchado totalmente su música pero conozco su estilo y forma de ser.

—No te estoy preguntando si quieres hacerle una canción, te lo estoy ordenando. Soy tu jefe.

 

No contesto porque enfoco mi atención en Mike, estaba en el pasillo pero podía verlo porque Carl ha dejado la puerta abierta. Por la expresión en su rostro me di cuenta de que la llamada es realmente importante. ¡Becca! Fue lo primero que se me vino a la mente, ya estaba a días de dar a luz, seguramente el momento llegó. 

 




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