Tú ya sabes a mí [2]

Capítulo 45

La química que vi en esa sala era electrificante. Sabía que Ian y Stella ya se habían conocido antes, se toparon un par de veces en algunas fiestas y en alfombras rojas, pero creo que fue la primera vez que realmente conversaron y conectaron de alguna manera. Nos bastó que cantaran una sola vez la versión acústica de mi canción para darnos cuenta de que va a ser un éxito total por toda esa tensión sexual que se siente. Incluso el representante de Stella ya ha pensado en ideas para el vídeo musical y cómo sería la primer presentación en vivo, todo esto sin haber entrado aún a la cabina de grabación.

Mañana va a ser un día agotador, le vamos a dedicar bastante tiempo al dueto y fue por eso que regresé temprano a casa. Cuando llegué al edificio no pude evitar darme cuenta de que un camión de mudanza está estacionado afuera, Mark Wilkinson está ahí dando un par de instrucciones y quizás fue eso lo que llamó más mi atención. ¿Qué está sucediendo? ¿Elisse regresó? Pasé de largo a su padre y entré, solo para encontrarme a Elisse platicando con Thomas, el portero, con todos esos sobres de la correspondencia en sus manos. 

 

—¿Ya vas a regresar?

—No. —Responde ella—. Estoy llevándome mis cosas.

—¿Por qué?

—Mis padres y yo tomamos la decisión de vender el departamento. Ya hablé con un agente de bienes y raíces, el anuncio de la venta estará disponible en cualquier momento. 

—Creí que cuando naciera el bebé ibas a regresar, digo, si el plan es criarlo como amigos... Mínimo esperaba que vivieras cerca.

—Lo sé, pero creo que lo mejor es que consiga un lugar para vivir más cerca de Autumn Delights. —Me dice, poniendo su mano sobre su vientre—. Lo estoy haciendo de esa forma porque solo así voy a poder cumplir los dos papeles que tengo a cargo ahora, el restaurante y el ser madre.  

 

Elisse, me desesperaba el hecho de que siempre pensara en ella, que tomara decisiones sola sobre el futuro del bebé sin incluirme en ellas. 

 

—De acuerdo, si quieres mudarte cerca del restaurante puedo ayudarte. —Elisse me mira alzando la ceja derecha, algo que suele hacer siempre que está confundida—. Tengo dinero ahorrado, puedo hablar con el arrendador en el momento que quieras para liberarle el departamento. Podríamos comprar una casa juntos.

—No es necesario, gracias. —Comenta con fastidio—. Además, no pedí tu ayuda.

—Ya sé que no pediste mi ayuda pero desde que estás embarazada cualquier decisión que gire en torno al bebé es mi asunto también.

—Que te deje estar cerca de nosotros no implica que tengamos que vivir juntos también. Somos amigos, no es necesario jugar a la familia feliz.

 

Mark entra al edificio, al vernos discutir, decide guardarse lo que tenía que decir para su hija y como método de distracción intenta platicar con Thomas.

 

—Deja de pensar sólo en ti, Elisse. Tienes que aceptar que estamos unidos para siempre, aunque no te guste. Deja de fingir que no me necesitas y acepta que sería de gran ayuda que me mude contigo.

—Tengo que dejarte Nick, necesito descansar y mi padre está ahí esperándome.

 

Elisse se encamina hacia Mark, quien la recibe con un abrazo. Le da un par de indicaciones a Thomas y segundos después sale tomando el brazo de su padre, quien seguramente le cuestionaba acerca de la pequeña discusión que tuvimos momentos antes.

El portero mira hacia la salida y después pone la vista en mí. No había sido mi día, no necesitaba saber más sobre nadie hoy, no me interesaba mi correspondencia ni quedarme a platicar con Thomas sobre lo sucedido, tampoco quería escuchar sobre bonos extras ni de despidos, ¡de absolutamente nada!

 

No había sido mi día, no necesitaba saber más sobre nadie hoy, no me interesaba mi correspondencia ni quedarme a platicar con Thomas sobre lo sucedido, tampoco quería escuchar sobre bonos extras ni de despidos, ¡de absolutamente nada!        




Discutir con Elisse siempre provocaba que me levantara de pésimo humor. Intenté calmarme durante el trayecto de mi hogar al trabajo, hoy más que nunca necesitaba paciencia por todo lo que haríamos en el estudio de grabación y quizás agradecía lo ocupado que me voy a mantener porque de esa manera no voy a pensar en lo que pasó anoche. 

 

—Llegas tarde. —Dice Stella, inflando una pompa de chicle, la cual hizo «pop» segundos después—.  Ya solo te estábamos esperando a ti.

—Adelante. Vayan adentro. 

 

Ian le cedió el paso a Stella, los dos entraron a la cabina de grabación y yo me quedé afuera con el ingeniero. Me puse los auriculares, la banda ya hizo su trabajo y grabó la pista, la cual solo sufriría modificaciones de acuerdo a lo que ese par hiciera con la canción vocalmente hablando. La entrada sonaba increíble, debo admitir, el sonido de la guitarra tenía ese estilo sensual que iba acorde con la voz que ha sacado Stella, algo que nunca la había escuchado hacer. 

 




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