Tú ya sabes a mí [2]

Capítulo 47

Después de un rato decido ir a la habitación, ya se tardó demasiado, no creo que Mark la haya entretenido tanto con esa llamada. ¿Y si pasó algo?

Al abrir la puerta, observé como su espalda desnuda poco a poco se cubrió con la playera de su pijama, vaya, creo que estoy aún más paranoico que sus padres, no ha pasado nada. Solo soy yo aquí invadiendo su espacio, Elisse entonces voltea, al encontrarse con mi mirada sus mejillas se sonrojan un poco.

 

—Lo siento, mi padre no te tiene confianza.

—Creo que lo he notado, perdón por entrar así ahmm...

—No, creo que es patético que pidas permiso en tu propia casa.

 

Me sonríe y se sienta en la orilla de la cama, acción que imité de inmediato, sentándome a su lado.

 

—Ehmm... Respecto a lo que iba a pasar hace rato Elisse...

—¿Respecto al beso inconcluso?

—Sí, eso.

—¿Vienes a cobrarlo de alguna forma? —Me niego con la cabeza—. Porque estaba dispuesta a pagarlo.

 

Me acerco a ella, recargo mi mano en su rodilla y por fin la beso, justo como quería hacerlo hace rato que estábamos juntos en la sala. ¡Dios mío! Con lo adicto que soy a sus labios, al sabor de sus besos, al calor de su lengua cuando decide intensificar el beso, ¡mi Elisse! Cuánto echaba de menos besarte de esa manera. Sin embargo, ella decide romper el beso, mordiéndome el labio inferior antes de apartarse.

 

—Leí en internet que no le hace daño al bebé. —Comento.

—Yo lo leí en un blog, ¿seguro que...

 

No la dejo continuar hablando, la callo con un beso porque las palabras están de sobra. Los dos nos deseamos, nuestros cuerpos están hablando por sí mismos, ella ya ha buscado la forma de quitarme la camiseta y yo he cooperado para que eso suceda. Los besos han comenzado a subir de tono, en cualquier otro momento ya la hubiese subido con brusquedad a mi regazo, pero esta vez tengo que pensar en el bebé, debo ser cuidadoso para no lastimarla.

Elisse puso su mano derecha contra mi pecho y la otra por detrás de la oreja acariciándome, besando mi cuello, con lo mucho que eso me encanta. ¡No puedo continuar con ella de esta manera! Su ropa me estorba, necesito tenerla desnuda para mí.

 

—Nick, la puerta.

—Pueden esperar. —Le digo, intentando remover su pijama.

—¿Y si es urgente?

—¿Y si no lo es?

—Ve a abrir.

 

Elisse me empujó, parando aquel movimiento en el que iba a quitarle por fin la pijama. Bien, quien sea que esté tocando, ha arruinado todo. Me puse de pie y ella me lanzó mi camiseta.

Salgo de la habitación un poco —muy— enfadado, ¿quién podría estar molestando a esta hora?

 

 

Elisse

Me quedé sola en la cama, observando la batería repartida en estuches que de seguro pertenecía a la banda de Ian. Quizás que hayan tocado la puerta es una señal de que aún no es momento para entregarme del todo a Nicholas, a pesar de que ya había sucumbido ante sus encantos. La curiosidad de saber quién está afuera me ganó, me puse de pie y fui a averiguar de quién se trataba. Mike está parado en la puerta y Nick no tenía intención de dejarlo pasar.

 

—¡Mike! ¿Qué haces aquí?

—Vine a dejarle unos demos a Nick, sé que es tarde pero apenas salí de la disquera y pensé en traerlos ya. ¿Tú qué haces aquí, Elisse?

—Me quedaré esta noche, mis padres están en Seattle. ¿Cómo está Becca?

 

Nick se hace a un lado para dejar pasar a Mike, se ha rendido. Nicholas camina hacia su habitación con el sobre en sus manos y Mike va hacia el sofá para poder sentarse.

 

—Muy bien, algo estresada y con el humor en constante cambio, dicen que es por el post-parto.

—Lo creo, ¿ya cenaste?

—Ya, comí de camino acá. Tú siempre preocupándote por mantenernos gordos. —Me dice Mike—. ¿Cómo van las cosas entre ustedes?

—Muy bien. —Responde Nick por mí—. De hecho estábamos algo... Ocupados.

—Oh... Lo siento mucho, bueno si ese es el caso entonces los dejaré solos.

 

Mike se pone de pie y yo también, me abraza un par de segundos susurrándome en el oído un: «cuídate mucho de Nicholas» y finalmente se despide de Nick con la mano.

 

—Lo siento, no lo esperaba.

 

Nick se asegura de cerrar la puerta una vez que Michael sale y se acerca a mí, me toma por la cintura, con tal de atraerme más hacia su cuerpo.




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