Tú ya sabes a mí [2]

Capítulo 62

Cuando Nicholas me dijo que este sería un evento VIP realmente hablaba con la verdad. Supe después al escuchar al manager de Ian que todo se manejó con invitaciones personalizadas que prometían pasar una noche inolvidable con Accolo e incluso la locación se mantuvo en privado hasta hace unas horas.

Malibú era un lugar especial para Ian, ya que fue en la fiesta de Carl cuando tocó por primera vez, dándose a conocer. Dos años después está aquí, con un grupo de fans bien consolidado, con éxitos por doquier, con una nominación al Grammy y con Stella Rose como novia, quien andaba por aquí también, huyendo de las fanáticas que no dejaban de acosarla para tomarse una foto.

Entre todas esas caras desconocidas, fue un alivio para mí encontrar a dos muy familiares. Rebecca y Mike están junto al escenario, en un lugar privilegiado en cuanto a vista y espacio vital, algo que me hizo sentirme mucho más cómoda ahora que Nick me ha dejado para ir a afinar un par de detalles con Ian. 

 

—Este tipo de eventos son increíbles. —Decía Becca, mirando a todas las personas que ha reunido Ian hoy—. Tener así de cerca a tu ídolo como todas esas chicas, yo hubiera dado todo para ir a un evento así de David Bowie. 

 

El pelinegro por fin sube al escenario junto a su banda, sus fans comenzaron a amontonarse, todos querían un lugar en la barricada. Querían tener a Ian mucho más cerca, luchando constantemente para conseguir por lo menos una mirada y que estrechara aunque sea por unos segundos su mano para tener algo que contar después.

Ian Accolo ha comenzado a cantar después de su entrada triunfal, la misma canción que venía escuchando con Nick de hecho. Mi novio tiene razón, esa canción se escucha mucho mejor en vivo y vaya que ese sonido con el bajo es magnífico. 

 

—¿En dónde estará Nick? —Le pregunto a Rebecca.

—Ni idea, pero vamos, ¿cómo puedes pensar en Nick ahora que estamos escuchando a Ian?

—Sí me gusta su música pero tampoco es para tanto. 

 

La «fiebre Ian Accolo» le ha dado a Rebecca y sigue sin contagiarme. De hecho creo que Nicholas debió invitar a alguien más, a Brooke por ejemplo, porque yo ya me estoy aburriendo, su música no es mi estilo. 

 

—Así que, ¿ya sabes de la buena noticia?

—Firmaron con PCM Records, lo sé. —Respondió Becca—. Es asombroso, Mike no podía conciliar el sueño creyendo que su trabajo con Carl se iría a la mierda. 

 

Ian se encarga de rasgar esa cuerda, la canción ha terminado. Deja en paz su guitarra y sonríe hacia nosotros, como él sabía hacerlo, sensual para deleitar a todas sus seguidoras. Se alborota el azabachado cabello con la mano, coqueteando con su público de alguna manera y vuelve a tomar el micrófono.

 

—Bien... Es hora de que alguien se una conmigo al escenario.

 

Los gritos de las fanáticas se intensificaron, alzaban las manos rogándole a Ian que escogiera a una de ellas para que subiera al escenario.

 

—¿Tú? ¿Tú quieres venir? Oh nena, prometo regalarte una de mis plumillas en cuanto esto termine. Pero en realidad quiero que alguien más suba al escenario, la musa que inspiró la mitad de las canciones que ahora canto, por favor, reciban con mucho amor a Elisse Wilkinson.

 

Becca voltea a verme con emoción, tomándome de los hombros incluso.

 

—¡Ve!

—No, no. Ni siquiera me sé las canciones de Ian, no soy ni su fan. 

 

Al ver que no tengo intenciones de subir, Ian decide bajar por mí. Me toma en sus brazos y me carga hasta el escenario cuidando que mi vestido no se alzara para que los demás no vean mis bragas. Una vez arriba, me deja sola, ¿por qué lo ha hecho? ¡Ay no! Todos me están mirando, por primera vez en mi vida estoy sufriendo de pánico escénico.

Pongo la vista en el público y siento como se crea un infinito silencio que se ve opacado segundos después cuando iluminan a Nicholas, quien caminaba hacia mí con seguridad, con una sonrisa en el rostro. Me volví para mirar a Ian, está en la esquina del escenario con Stella de la mano, indicándome con un ademán que debo acercarme a Nicholas para escuchar lo que tenía que decir.

El silencio se rompió cuando las fanáticas de Ian comenzaron a gritar, quizás fue eso lo que me hizo poner atención al momento en el que Nick se arrodilló frente a mí. ¡No-pue-de-ser! Tragué saliva en cuanto tomó mi mano, el corazón me latía fuerte y rápido, un escalofrío recorrió mi cuerpo entero, ¿en verdad esto está pasando?

 

—Hace muchos años si me dijeran que trabajé en hacer que una celebridad como Ian Accolo diera un concierto privado para despistar a Elisse Wilkinson para traerla conmigo y pedirle matrimonio, hubiera dicho que «ni estando loco me casaría con ella». Pero las cosas cambian, ahora estoy loco por pasar el resto de mi vida contigo. Elisse, llegaste a mi vida por accidente, literalmente. Te conocí cuando te golpeé sin querer con un balón de fútbol americano sin saber que ese día cambiaría todo. Te convertiste en mi mejor amiga, mi cómplice, el amor de mi vida. 

 

Nicholas está a punto de hacerme llorar con sus palabras, en verdad no sabía cuánto más voy a continuar resistiendo sin derramar una sola lágrima. 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.