Tú ya sabes a mí [2]

Capítulo 65

La hermana de Brooke volvió a cancelarme esta mañana, ahora comenzaba a creer que tal vez Elisse me está poniendo a prueba y ha hecho que Gina continúe cancelándome para que me encargue de Amy yo solo por completo. Así que de nuevo no tuve otra opción, tuve que llevar a Amy conmigo a la disquera y tendría que hacerlo también a mi encuentro con Jeremy.


 

—¿Quieres que sostenga a Amy?

—Por favor.

 

La secretaria sostuvo en brazos a Amy mientras yo me encargaba de entregar los documentos que William necesitaba, después regresé por ella para continuar con mis planes del día de hoy, encontrarme con Jeremy en el restaurante. ¿Qué será eso que va a darme? Hace cuarenta minutos me dijo en un mensaje que ansiaba saber cómo iba a reaccionar ante mi sorpresa, eso solo potenció mi impaciencia. 

 

—Hola, ya tengo reservación        




—Hola, ya tengo reservación. —Le digo a la chica de la recepción—. A nombre de Nicholas Hyland. ¿Podrían llevarme a la mesa una silla de bebés para mi hija? 

 

Seguí a la chica a la mesa, cargando a Amy con el brazo derecho y sosteniendo la pañalera en el hombro izquierdo. La morocha me indicó en dónde se encontraba mi mesa y fue entonces que me di cuenta de que se trataba la dichosa sorpresa.

 

—Yo te mato Jeremy...

—¿Disculpe?

—No, no, nada. Gracias. 

 

Amanda estaba ahí sentada en la mesa que Jeremy hizo poner a mi nombre. Lucía demasiado diferente a aquella última vez que nos vimos en Boston, llevaba el cabello rubio recogido en una coleta bastante alta, dejando a la vista unos bonitos aretes que no son nada extravagantes, como los que solía usar. Además, hoy está usando un maquillaje discreto, no era la misma mujer que vi esa noche en el bar. Lucía tan diferente que me costaba creer que era ella quien me estaba esperando, sólo supe que no se trata de una alucinación por el tatuaje en su muñeca. ¿Qué está haciendo Amanda Jones aquí? 

El corazón se me detuvo por un instante, ¡no podía creer lo bajo que me ha jugado Jeremy! No después de pensar en el último recuerdo que tengo de ella, por un momento pensé en esa noche en Boston y lo que este extraño encuentro planeado por Jeremy significaba. Ya ni siquiera podía salir huyendo, se ha puesto de pie para saludarme con un beso en la mejilla, incluso le ha apretado la mejilla a Amy.

 

—Amanda... ¿Qué haces aquí?

—Ayer me encontré con Jeremy en un club y le pregunté por ti, quería verte.

 

El mesero llevó la silla alta para bebés que solicité y me encargué de sentar ahí a Amy, torpemente. En verdad que me sorprende que aún logre ponerme así de nervioso, pero aquí estamos de nuevo, frente a frente. Y así como es ella, no sé qué es lo que me espera. 

 

—Así que ahora eres niñero.

—Oh cierto, Amanda ella es Amy, es mi hija.

—¿Hija? ¿Eres casado ahora?

—Aún no, mi prometida está en París en este momento. Vaya, vestida así con ese blazer, a pesar de que es negro... —Le digo, cambiando el tema—. Te ves tan diferente.

—¿Me veo bonita?

—Sí, ¡claro! Tú siempre, pero... No, olvídalo. 

 

Tomé la carta para echarle un vistazo, quizás con eso lograría distraerme un poco o por lo menos, calmar mis nervios. 

 

—Estás muy callado Nick, ¿te comieron la lengua los gatos?

—Amanda, ¿a qué se debe ese interés en verme?

—No lo sé, he estado pensado mucho en ti desde aquella noche que pasamos juntos en el club en Boston. Todo fue tan rápido... Y después de que me pediste que me fuera, no dejé de pensar en ti toda la noche y lo he hecho en estos últimos meses. 

 

Mi teléfono comenzó a sonar, miré rápidamente la pantalla, qué momento tan oportuno has elegido para llamarme, Elisse Wilkinson.

 

—Lo siento Amanda, tengo que contestar.

—Adelante.

 

Deslicé el dedo por la pantalla y me puse el celular en la oreja, intentando actuar lo más natural posible.

 

—Hola Elisse, ¿cómo estás?

 

Hablé con Elisse para ponerla al tanto de mi situación con Amy, ultimadamente, es por eso que me llama tanto. Por supuesto que evité mencionar que estoy con Amanda, preferí decirle una mentira piadosa, que estoy con William discutiendo un par de cosas en un restaurante cercano a la disquera. La llamada fue realmente breve, así que apagué mi teléfono y le entregué toda mi atención a esa rubia que esperaba impaciente.

 

—Lo siento, era mi novia.

—Déjame refrescar mi memoria, ¿Elisse no era la misma chica que te llamó cuando cogimos aquella noche hace algunos años?




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