Tú ya sabes a mí [2]

Capítulo 67

Becca y Mike se quedaron conmigo hasta las diez, cenamos juntos, conversamos, pero eventualmente llegó el momento en el que tuvieron que irse a su casa, la cual ya no quedaba tan cerca de la mía como solía ser antes.

El resto de la noche fue un poco complicada, intentaba componer, necesitaba hacerlo. William me ha pedido nuevas letras para esa banda, The Flood, pero Amy se empeñaba en hacer que mi atención fuera exclusivamente para ella y no en la música, esto fue así hasta que se quedó dormida de nuevo, poco después de la media noche.

Cerré la puerta de su habitación con cuidado, con el radio monitor en una mano y la plumilla en la otra. Entré a mi habitación y dirigí la mirada hacia mi guitarra. 

 

—Bien, ahora tú y yo tenemos una cita pendiente. 




 

Elisse

Cuando llegué al aeropuerto de Los Ángeles, me llevé la grata sorpresa de que Nick ya esperaba por mí. Llevaba puesto esos lentes oscuros que tanto le gustan y está un poco despeinado, como si hubiera salido con velocidad de casa o como si no hubiese dormido bien anoche. Caminé hasta llegar a él, una vez que lo tuve en frente, lo abracé fuertemente, besándole los labios, un beso que necesitaba ya.

 

—¡Hey! ¿Cómo estás?

—Tengo un poco de sueño pero estoy bien.

—¡Por favor! Tú no tienes que hacer cambios de horario como yo, el jet-lag es lo que más odio de ir a Francia. —Le digo—. ¿Y Amy?

—Con Becca, deberíamos avanzar. —Nick toma mi equipaje—. Comenzamos a estorbar.

 

Caminamos juntos tomados de la mano hacia el estacionamiento. Una vez que encontramos el auto, él abrió la cajuela para subir la maleta mientras yo lo esperaba en el asiento de copiloto, poniéndome el cinturón de seguridad. ¡Ya quiero llegar a casa! Quiero ver a Amy, quiero saber cómo está todo allá. Nick subió al auto, se puso el cinturón y lo encendió para echarlo a andar. Me pregunto si realmente fue tan malo dejarlo un par de días a cargo de nuestra hija por lo cansado que se veía. 

 

—¿Qué tal todo en París?

—Perfecto. Estuve con Florentine haciendo un par de compras y ser su rommie por unos días realmente fue asombroso. —Comento, con cierta emoción—. Pero aún con todo lo que me pasó, los extrañé demasiado.

—¡Me alegro! ¿Y la convención?

—El hotel en dónde fue está súper cool, pero siento que en Mónaco fue mucho mejor. 

 

Nicholas voltea a verme de reojo, regresando casi de inmediato su vista hacia el volante.

 

—¿Y viste a Staton?

—Sí. Pero fue muy amigable, le enseñé fotos de Amy y le conté que me voy a casar contigo, celoso. 

 

Bajo el volumen de la música, no intenta disimular que lo ponía feliz escuchar que Noah ya está al tanto de nuestra relación. Bien, él ya me preguntó, ahora me toca a mí interrogar.

 

—¿Por qué llamaste a Becca?

—¿Te soy sincero y no te enojas? ¿O prefieres que te mienta?

—Intentaré no enojarme. —Le respondo—. ¿Qué hiciste?

—Digamos que no pude cuidar a Amy solo, quemé mi cena, arruiné tu recipiente preferido y tu filipina quedó un poco quemada también, Amy deshiló tú la toque blanche y no dejaba de llorar, además tuve que llevarla al trabajo y casi se comía el boceto de la publicidad de la nueva banda.

—Recuérdame llevarme a Amy la próxima vez que tenga que ir a París.

 

Nick frena en el semáforo, me voltea a ver y acaricia mi mejilla con el dorso de su mano.

 

—Antes de que te enteres por alguien más, quiero contarte algo.

 

Ha puesto de nuevo la atención hacia el frente, el tono de su voz, algo pasó. Me preocupa, ¿ahora qué? 

 

—Vi a Amanda hace dos días. 

 

El corazón comenzó a latirme rápidamente cuando escuché ese nombre, ¿qué habrá pasado en ese encuentro? ¿Será que Nicholas revivió esos sentimientos que tenía por ella? Digo, pasó demasiado tiempo pensando en esa mujer, tenía su nombre tatuado en la piel antes de que fuera cubierto por esa pluma que tiene en el brazo, pasó noches enteras soñando con ella, añorando su regreso. ¡Maldición! ¡No puedo con esta incertidumbre! ¿Qué habrá pasado entre ellos?

 

—¿Cómo fue que pasó?

—Ahmm... Nos encontramos de pura casualidad en un restaurante.

—¿Y qué sentiste al verla? —Cuestiono, con miedo ante su respuesta.

—Creo que debo contarte algo, algo que ni siquiera Mike lo sabe. —Dice, con tanta seriedad que me asusta—. Ya la había visto antes, en Boston.

—¿Qué estabas haciendo en Boston?

 

Odiaba no poder verlo a los ojos en este momento, ¿por qué no se ha quitado los lentes? ¿Qué hacía en Boston? ¿Cuándo fue eso?

 

—Ian dio un concierto y cuando terminó nos invitó a un club para celebrar. Fue la noche en la que te hablé usando el celular de Mike, cuando me dijiste que te ibas a casar. —El tono de su voz, completamente glacial al recordar eso, hace mucho que no lo escuchaba así—. Yo... Estaba muy enojado, fue una muy mala noche para encontrarme con una mujer como ella. Ni siquiera hablamos mucho, solo bebimos una copa juntos, bailamos y después...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.