Los ojos se me cerraban, creo que debí haberle hecho caso a Nick y tomarme el día. Apenas si dormí, pero mi lado responsable me ganó y terminé en Autumn Delights a la hora de siempre. Por supuesto que no me escapé de todos los cuestionamientos de Brooke y Sophia, todo giraba en torno a qué hice al escaparme del club y la respuesta la obtuvieron cuando vieron mi dedo.
De todos modos, no me perdí de mucho, creo. Bebieron demasiado, Brooke terminó yéndose a un motel con un stripper, Florentine y Rebecca se hicieron las grandes amigas y Sophia terminó vomitando en el baño con una extraña sosteniéndole el cabello. De acuerdo, creo que al igual que yo, ellas debieron tomarse el día.
Quizás lo que me mantuvo despierta fue la visita de Florentine y George al restaurante, se morían por conocerlo, por saber cómo Pierre-Cortot logró poner un poco de su estilo en el lugar, aun estando del otro lado del océano.
—Es increíble, en serio, me encanta. —Me dice Florentine—. Aunque este lugar funcione de maravilla contigo aquí, debo aceptar que te extraño mucho en Le Champeaux, no es lo mismo estar sólo con Lorraine.
—También te extrañamos los viernes por la noche. —Comenta George.
—Oh basta... Me hacen tener ganas de regresar con ustedes a París.
George y Florentine se miran por unos segundos, después ella pone su vista en mí.
—¿Ya elegiste lugar para tu luna de miel?
—Elegimos Mónaco.
—¿Por qué? Existiendo tantos lugares hermosos, eligen precisamente Mónaco. —Pregunta George, seguramente porque ya conoce esa historia que involucra mi huida a esa ciudad.
—Nick quiere conocerlo, dice que tiene derecho después de que lo abandoné aquí.
—Mónaco también es lindo. —Asegura Florentine—. Así que es buena opción, espero que esta vez vayas a Montecarlo a jugar, no solo a beberte todo el bar.
No puedo evitar reírme, vaya noche que fue esa. Tristeza y mucho alcohol, mala combinación para mi tarjeta de crédito. Sin embargo, George intenta cambiar el tema de conversación, creo que es hora de dejar lo que pasó en Mónaco atrás.
—¿Y la pequeña Amy?
—La hermana de Brooke, Gina, la cuida. Pero hoy Nick va a salir temprano de la disquera por lo del ensayo de la boda, así que de seguro la va a traer como a las cinco. —Le respondo al novio de Florentine—. Es un encanto, la vas a amar.
George y Florentine comieron en el restaurante y decidieron salir a conocer un poco la periferia de Autumn Delights para poder regresar en cuanto Nicholas trajera a Amy, ya que mueren por verla. Mientras tanto, yo seguí con mis deberes en la cocina y en la administración como de costumbre, ahora que se han ido, el día comenzaba a hacerse eterno para mí de nuevo.
Cuando Brooke me avisó que Nick ya estaba ahí con Amy, salí de la cocina. No supe en qué momento regresaron al restaurante, pero Florentine ya la sostenía en sus brazos y George le hacía mimos para que ella volteara a verlo.
—¡Es preciosa, Elisse! —Dice George, sosteniendo su manita.
—Sí, tenía que serlo, es una Hyland. —Replica Nick, sonriendo mientras miraba a su hija en los brazos de la pelirroja.
—¡Hey! No sé si lo olvidas, pero también es mitad Wilkinson. Yo también contribuí.
—Hacemos bebés muy bonitos. —Comenta Nick entre risas.
Florentine acomodaba el moño azul que adornaba los castaños cabellos de Amy mientras George la tomaba en brazos. Los ojos verdes de ella tomaron una dirección hacia mí, balbuceando, intentando no llorar porque era la primera vez que George, quién era un total desconocido para ella, la cargaba.
—Amy es tan linda, Elisse. —Dice Florentine—. Ahora más que nunca agradezco haberte mandado a la boda de tus amigos en Los Cabos.
—Hablando de bodas, ¿estás nerviosa?
—Un poco George, Nick pasará su última noche de soltero con Mike y Becca vendrá a casa conmigo. Aún tengo algunas horas para arrepentirme, ¿no?
Nick mira el reloj en su muñeca, poniendo su vista en George después.
—Aún tengo unas horas para tomar un vuelo a Ámsterdam, ¿cierto? —Pregunta Nick—. Mike y yo podemos divertirnos en la zona roja.
—Las probabilidades de que ustedes se arrepientan son prácticamente nulas. —Dice Florentine con una sonrisa—. Dime Elisse, ¿conservarás tu apellido?
—Sí, seré Elisse Wilkinson-Hyland.