— ¿Qué edad tienes? —le preguntó el chico con completa indiferencia.
— Tengo diez —respondió firme cuando minutos antes se había armado de valor para poder entablar una conversación con aquél chico del que quería aprender sus brazadas.
— ¿Diez y no sabes nadar? ¿Qué eres, un bebé?
Jimin sintió que su corazón se hundía por alguna extraña razón y de repente tuvo el más intenso deseo de decirle algo muy grosero; pero se había alejado un poco de su zona de confort y decidió voltearse para agarrarse más fuerte al borde de la piscina.
«¿Por qué Jimin se sentía de tal manera?»
En los últimos minutos se lo había pasado observando al otro niño, anhelando nadar de la forma en que este lo hacía. Observaba su cabello verde brillar bajo la luz del sol cada vez que salía a la superficie, sacudiéndose el agua del mismo, hasta que fue atrapado mirándolo y un suave rubor se asomó en sus mejillas.
Quería acercarse a él, hablarle; pero no sabía nadar y la forma en que el otro niño lo hacía tan perfectamente, le hacía sentir celos y más ganas de aprender.
— No soy un bebé —fue lo que se le ocurrió decir mientras pegaba su cuerpo contra la pared de la piscina para no arriesgar su vida.
— Entonces suéltate —dijo el niño con tono de voz retador.
Las mejillas de Jimin se volvieron a sonrojar pero esta vez por la vergüenza.
— Lo haría si quisiera —espetó frunciendo el ceño con determinación.
— Entonces suéltate —reiteró.
Jimin se quedó sólo mirándolo y el otro niño soltó una risita de burla, para luego sumergirse completamente bajo el agua. Jimin trató de echar un vistazo y se estiró bastante hasta únicamente quedar con las puntas de los dedos de su mano derecha sujetos al borde de la piscina.
«Lo logró.»
Pudo ver la figura bronceada del chico destellando en el agua cristalina y también su cabello bailando con las olas delicadas que había provocado al sumergirse.
«Jimin lo miraba asombrado y celosamente.»
Cuando el niño salió del agua a tomar aire lucía tan esplendoroso que Jimin le sonrió de manera estúpida y deseó poder nadar hasta él; pero tuvo miedo y regresó a la orilla.
— ¿Por qué me miras de esa forma tan tonta? —preguntó el chico quitando el agua de su cara y de sus ojos brillantes—. ¿Eres discapacitado o qué?
— Yo... am, bueno... —tartamudeó Jimin, sin poder defenderse; pero el otro niño se río discretamente provocando que él también se echara a reír.
— Lo siento, estuvo mal lo que dije. ¿Estoy disculpado?
— Sí —susurró Jimin para después dirigirse fuera de la piscina—. Voy al baño, ahora vuelvo.
— ¿Al baño, puedo acompañarte?
Ante la pregunta los ojos de Jimin se ensancharon y regresó la mirada al otro niño.
— ¿De qué te asombras? También tengo ganas de ir —dijo acercándose a él—. ¿O es que pensaste cosas equivocadas?
Jimin tragó saliva y sus siguientes palabras no fueron realmente las que su mente pensó decirle.
— ¿Y si hubiera sido así?
***
UwU~ Aquí está: el primer capítulo de Tú + Yo = Nosotros. (^_-)
Espero con todo mi kokoro (♥️) que lo hallan disfrutado.
Si te gustó déjame una linda [🌟] y cuéntame qué tal estuvo este comienzo. Gracias.
^_^ Los quiere @yalien.