Tú + Yo = Nosotros [yoonmin]

Extra #2

❀❁❃ Danza de corazones ❃❁❀

“Mi sangre, sudor y lágrimas: tómalo todo”.

 

9 de marzo del año 2020.

 

—Holaaa —chilló un chico de cabellos castaños abrazando a Jimin.


—Ho Seok, pesas —refirió Jimin un poco incómodo.

—Sorry. Déjame verte —se alejó y recorrió a su compañero de pies a cabeza—. Mochi, pareces más el cumpleañero que aquél —señaló a Suga—. ¿Por qué tiene esa cara?

Yoongi no tenía buena cara, parecía estar molesto con algo y más que era su cumpleaños.

—Su madre trajo regalos y no le gustaron —dijo Jimin con amplia sonrisa y cerrando la puerta que había abierto segundos antes por la llegada de Ho Seok.

—¿Y eso te alegra?

—Es que fueron regalos de pareja —dijo el chico arrastrando al otro hasta su cuarto y al entrar señaló la cama.

—Wooow, son lindas —dijo Ho Seok quedando con la boca abierta.

Eran dos manillas, una para cada uno. A Jimin le fascinaron, a su novio no mucho; pues no la quería usar y sabía que tenía que hacerlo.

Todo por su Chim Chim.

—Mochi, la familia de Yoongi...

—No te preocupes —le interrumpió—, todo está bien, el resto de los chicos están en el comedor, ve a saludarlos, mis padres y los de Suga están en el jardín trasero.

—¿Soy el último en llegar a la fiesta?

—Sí; pero no te preocupes, la noche aún es larga y todavía es temprano.

Jimin llevaba razón, la fiesta apenas había comenzado; una fiesta donde todos compartieron como una gran familia, donde Jimin lucía un elegante traje y Yoongi vestía lo más casual del mundo, una fiesta donde estos dos chicos y sus amigos disfrutaron de la vida y el jardín trasero de aquél dulce hogar se volvió un patio de recreo, una “fiesta de piñatas” llena de regalos y cosas divertidas; donde los lazos de amor, amistad, confianza y  complicidad entre todos se fortalecieron.

Sí, todo era perfecto.

No había nada que echara a perder esa noche, hasta que Taehyung vomitó encima de Jungkook de lo borracho que estaba y a partir de ahí todos decidieron irse a casa. Jimin y Yoongi quedaron solos, fueron dejados a libertad, a ser el uno para el otro y a profanarse amor bajo las sábanas.

—Te odio —dijo Yoongi.

—Me amas —le refutó Jimin.

—Da igual —expresó el peliverde.

—Es lo mismo —le respondió el pelirosa.

—Me voy —afirmó Suga derrotado.

—¿Sin saber cuál es tu regalo de cumpleaño? ¿Y de paso, a dónde vas envuelto en una toalla, a la sala, o a la cocina a tomar agua?

—Y encima te burlas. ¿A ver, qué tontería me compraste hoy?

—Tú amas esas tonterías —refutó—. Pero esta vez no te compré nada, porque tu regalo: soy yo —dijo dejando caer la toalla que lo cubría.

—Demasiado tarde, ya me arrepentí y no quiero regalo —abrió la puerta y salió.

—Bueno —recogió la talla.

—¿Qué bueno ni qué nada? —dijo Yoongi entrando como un huracán y lanzando a Jimin a la cama para luego seguirlo.

—¿Yoongi? —preguntó Jimin desconcertado—. ¿Qué acaso ya no querías tu regalo?

—Mi hermoso y lindo regalo que se mueve y habla, ni yo mismo me creí lo que dije, por qué tú sí.

—Lo dijiste muy serio.

—Tontito —dijo y sin más cháchara lo besó.

A partir de ese instante se convirtieron en amantes sin reglas; sólo una: absorber hasta la última gota apacionada de esos momentos, donde las prendas de vestir eran un obstáculo para las manos curiosas y aventureras, donde las caricias se convertirían en secretos; secretos que sólo ellos conocían, caricias que luego se transformarían en intromisiones inconstantes en su deseo adolescente y fugaz, para apagar la llama de sus besos.

Ahora Jimin reposaba su cuerpo sobre el de Yoongi que sólo se encontraba envuelto en una toalla.

—Chim...

El nombre que iba a pronunciar quedó a medias, un suave y provocador tacto de la mano del medio nombrado había llegado a su entrepiernas. Las miradas de ambos chicos se conectaron y no era necesario que mediaran palabras para escuchar sus voces, sus pensamientos y el sonido de cada corazón bombeando con mucha fuerza.

Aquella mano aferró su agarre y su portador se apresuró en devorar los labios de quien se encontraba bajo la piel y el calor de su cuerpo, y como un fiel soldado que acata órdenes Yoongi dejó que su chico tomara las riendas de su aventura, después de todo este era su regalo: su dulce, lindo y tierno regalo que le había dado la vida.

Era inevitable que un fuego hormonal creciera en el interior de ambos, era inevitable que los dedos de Yoongi sobre el cuerpo de Jimin danzaran como patines en una pista de hielo y obvio era inevitable, que la toalla que aún lo cubría saliese volando por los aires.

Finalmente se unían piel con piel, y como la abeja que entra a su colmena a depositar la miel: una danza de corazones sucumbía ante el dulce néctar de una flor, que inmortalizaba la eterna sinfonía de un jurado y fiel amor.

Juntos descubrieron lo infinito, juntos viajaron a las estrellas, juntos desentrañaron los secretos del placer y juntos hicieron del presente: un tiempo al cual pertenecer.

—Amor, quiero darte algo —mencionó Yoongi—. Algo que una vez quise regalarte en tu cumpleaño número 16 y que yo arruiné —se estiró y abrió una gaveta de la cómoda que se encontraba al lado de la cama, sacó un sobre—. Aprovecho ahora este momento para darte: la última carta que te escribí como tu admirador secreto.

El contenido de aquella carta causó que Jimin derramara lágrimas de alegría.

—Es hermosa, gracias —dijo y besó la mejilla izquierda de su amado Yoongi.

—Me alegra que te halla gustado —expresó el peliverde y le devolvió el beso.

—La atesoraré, así como las tres palabras finales que escribiste en ella: “Tú + Yo = Nosotros”.

(〜 ☌ω☌)〜✾ Ahora sí hemos llegado al final de la obra, espero que hallas disfrutado leyéndola como yo lo hice escribiéndola; pero si quieres saber el contenido de esa última carta que le escribió Suga a Jimin, pasa la página.



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En el texto hay: yoonmin, boylove, btsfanfic

Editado: 25.04.2021

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