Cuando enfrentas a un león, tienes que ponerle de frente a otro que esté a su misma altura, o de lo contrario… tendrás que aceptar las consecuencias que se den como resultado de esa mala decisión. Sin embargo, y para fortuna de Chuuya, él estaba con el sujeto correcto en el momento correcto, solo que su contrincante, el cual fue provocado por ese ratón, decidió de repente embestir a Fyodor, no obstante, la rata tomó a Chuuya por la muñeca, obligándolo así a dar un salto con él hacia atrás, en donde un portal inexplicable se abrió sorprendiendo de buena gana al mafioso contra el cual pretendieron luchar.
—¡Nos vemos luego! —saludó Fyodor a los implicados, y justo después de desaparecer, la cabeza de Nikola se asomó para sacarles la lengua e instintivamente, se volvió a meter dentro, dejando una sombra de ira en el rostro de Mori al verlos desaparecer; Fyodor había logrado desechar el peligro en un santiamén solo porque había hecho un plan previo a todo esto; así como dijo, no iba a arriesgas su pellejo siendo quien era ahora. A todo esto, Mori, tocado por toda esta impertinencia, no se quedó de brazos cruzados.
—Vayan por ellos; no deben estar muy lejos —ordenó después de normalizar la apariencia de Alice.
—¡Sí señor! —y de inmediato partieron, mientras tanto: Fyodor, Chuuya y Nikola, aparecieron del otro lado de la pared, o sea que ese payaso de circo, no estuvo para nada ajeno; permaneció todo el tiempo lo suficientemente cerca como para activar sus habilidades dimensionales.
—¿Qué te pareció mi actuación, amorcito? —preguntó el peliblanco quitándose el sombrero con esa típica sonrisa burlona.
—Me resultó excepcional —comentó Fyodor yendo a rascarle debajo de la barbilla, y obteniendo una reacción muy original de parte de Chuuya:
La inevitable pregunta surgió desde lo más profundo de su ser en cuanto los vio juguetear de ese modo, y como era de esperarse, esa bebedora empedernida que le causaba escalofríos a este pelinaranja, no tardó en despejarle la sien a éste.
—Él es mi novio —señaló al susodicho.
—¡Es un placer! ¡Mi nombre es Hugo! —le extendió la mano lleno de florecitas a su alrededor.
—¡Ah! ¡El cuñado de ese loco también está aquí! ¡No puedo creerlo! —Chuuya se llevó las manos a la cabeza en lugar de responder el saludo, y aunque se sintió asqueado también estaba profundamente intrigado, así que preguntó—. ¿Y tú cómo terminaste aquí? —a lo que, sin importarle su falta de cordialidad, Nikola se llevó las manos a la cintura y amablemente le explicó.
—Cuando llegué a la casa de Candela, me encontré con mis suegros tratando de reanimarla, así que ofrecí llevarlos al hospital y entonces… —levantó un dedo en suspenso, pero Lucas le cortó el relato.
—No me digas que terminaron chocando…
—¡Así es! ¡Eres increíble! ¿Cómo lo supiste? —le soltó impresionado.
—No… lo increíble aquí, es el cómo todos los familiares y amigos de Kevin, terminaron en el mismo lugar —después de afirmar esto, Fyodor y Nikola se miraron mutuamente para entonces mover los hombros en señal de confusión—. Como sea… —Chuuya se acomodó el sombrero y alegó—. ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Nos reuniremos con Francesca y Kevin? —apenas terminó de decir esto, Nikola se llevó una mano a la oreja, y de ahí, pasó a otro tema.
—Me temo que no podemos hacerlo por las buenas —dio a entender.
—¿Por qué? ¿Qué pasó? —indagó.
—Al parecer fueron capturados, así que deberemos ir a rescatarlos —anunció el payaso elevando un dedo.
—Corrección, deberás, porque yo no sé usar bien mis poderes y podría matar a alguien más sin querer —comentó Fyodor.
—¡Entonces en verdad mataste a alguien! —se llevó una mano al pecho Chuuya horrorizado.
—¡Sí, fue muy sanguinario! ¡Cuando una de mis palomas se apoyó en su hombro, ésta explotó! —expresó dicho acontecimiento con señas acordes a lo dicho.
—… ¿cómo puedes considerar como un individuo a un animal? —lo miró serio el pelinaranja en lo que se cruzaba de brazos, pero justo en medio de la charla sin significado, levantó la mano Fyodor y avisó.
—¿Podemos dejar las charlas moralistas para otro momento?, les recuerdo que mi hermano y su novia están en peligro —ahora, enderezándose y con su inevitable sonrisa retorcida, prosiguió—. Es hora de usar todos los recursos que tenemos a la mano.
La vida humana podía ser tratada de muchas formas y tonos, pero… lo cierto es que solo vivimos una vez, por lo tanto, tenemos la obligación de disfrutar de cada amanecer, cosa que quizás en un momento menos bizarro, esto se aplicaría para Osamu y Oda, quienes fueron capturados en su hora mágica, y como era vital en toda trama, resultaba necesario que no se cortara la pasión entre ambos protagonistas para terminar de hacer degustar a los espectadores. Ahora, pasando a un tema más serio, Osamu estaba de pie con muletas porque le dolía demasiado las caderas como para mostrarse más digno, mientras que Sakunosuke se encontraba a su izquierda, siendo testigos de cómo el líder de la Port Mafia, había decidido reencontrarse con ellos en lugar de ir por su cuenta detrás de los otros tres que se le habían escapado.
—Saben que sus días están contados desde que llegaron aquí, ¿cierto? —comentó serio Mori.
—Y usted sabe que nuestras vidas no son lo único aquí en juego, ¿no? —se atrevió a soltar Osamu. Este simple comentario, acentúo la expresión lúgubre en el líder de la Port Mafia.
—¿Qué quieres decir con eso? —comentó a secas y con poca paciencia.
—¡Oh! ¡Nada más que…! —expresó largamente con un tono cómico en lo que inclinaba su cabeza a un lado y entonces, con la debida seriedad que Dazai tenía en ocasiones respondió con una divertida sonrisa—. Seguramente el nuevo miembro al que le han dado la bienvenida… sea el que termine por hacer caer a su organización.