Esa tarde, al salir los chicos de la universidad, a Kevin se le ocurrió invitar a Fran a pasear, es así cómo esa copia de Dazai, mientras tomaba la mano de su dulce novia y le daba muestras de cariño con su pulgar, se mantuvo en silencio hasta que la joven preguntó algo que era una verdad innegable.
—Oye, Kevin, ¿cuándo te vas a presentar delante de mi familia? —indagó ella con tranquilidad, en consecuencia, el que interpretó el papel de Osamu, se rascó la mejilla con nerviosismo y en un intento por disimular, explayó una tonta sonrisa en su rostro.
—Bueno… la verdad es que no estaba en mis planes hacerlo tan pronto, pero ahora que lo pienso… —se detuvo en seco un segundo y se miró a sí mismo, lo que le dio una excelente idea—. ¡Tengo el método perfecto sin lugar a dudas! —confesó.
Y desde aquí, con las ideas bien claras, Kevin puso marcha hacia la casa de sus suegros, los cuales no esperaban la visita de este falso Osamu, quien entre su ansioso caminar, estuvo a punto de ser detenido de diversas formas por la preciosa Fran, quien al fin lo dejó ser producto del cansancio, de modo que, de repente, ya se encontraban en la casa de estas personas.
—¿En verdad piensas presentarte con ese cosplay a mis padres?
—¡Tú solo déjamelo a mí cariño! —se llevó el pulgar al pecho con un exceso de confianza abismal, es aquí que justo una pareja mucho mayor que ellos se apareció después de que abrieron la puerta, acción que no desaprovechó este carismático ser, el cual confesó lo siguiente con una pose estratégicamente cómica con la intensión de lucirse frente a sus suegros—. ¡Muy buenas tardes! ¡Tal vez ustedes no me conozcan, pero me llamo Osamu Dazai! ¡Y…! Su hija me dice papi —canturreó al final con ese aire de hombre intrigante mezclado con uno pedante sentido del humor. Después de la extraña actuación, se vieron en obligación de dejar pasar unos incómodos minutos silenciosos, en donde tanto Fran como a sus padres, lo miraron sin la menor pizca de prestarse a la broma.
—Te conocemos, Kevin —aseguró el hombre.
—Cariño, no es como si no supiéramos quién eres y las locuras que haces después de todos estos años —mencionó la madre.
—Sí, así es, además… —Fran se acercó a él y le susurró—. Creo que es a otro al que le dicen papi… —le aclaró, poniendo así a su novio, de un fuerte bermellón.
—PERO ¡QUÉ ESTÁS DICIENDO DE FORMA TAN ATREVIDA! ¡AH! —justo aquí se volvió hacia los padres de Fran—. ¡Por favor, ignoren las salvajadas que acaba de mencionar mi futura esposa! —las cosas que decía Kevin, no pasaron por alto para esa gente, y mientras el padre de Fran se llevaba una mano a la frente en señal de estrés, su madre, lo miraba como si fuera el espécimen más interesante del mundo, solo que, por dentro, se partía de risa. Como sea, la broma le duró poco menos de un minuto a este personaje, porque la que fue alguna vez Oda, le dio un zape en la cabeza, y lo obligó a entrar; esto solo podía tomarse como el comienzo… de una muy divertida relación.
FIN
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Muchas gracias por llegar hasta aquí, y espero que hayan disfrutado esta historia así como yo lo he hecho escribiéndola. ¡Nos vemos hasta la siguiente entrega y no olviden dejarme su apoyo! :)