Tú, Yo y los Besos

Capítulo 1- Azul

Aguanto la respiración, aprieto el culo y el estómago cuando lo veo aparecer con solo una toalla amarrada a su cintura y las gotitas de agua recorriendo la piel aceitunada de su torso.

Mierda, mierda, mierda... os juro que si pudiera, mandara a ahorcar a la estúpida neurona a la que se le ocurrió que robar "el cuaderno" de Mateo Adams sería pan comido para alguien como yo: "La reina del hielo"

Sus ojos pardos parecen fijarse momentáneamente en mí pero se limita a flexionar los brazos para pasar los dedos por entre su cabello castaño oscuro que la humedad hace ver totalmente negro.

Me muerdo los labios para no gemir —vamos, Azul, respira despacio y por lo que más quieras en la vida, no tiembles...

Estoy apretujada dentro de uno de los casilleros en el vestuario de los chicos que hay en la cancha de baloncesto, apesto a mono e intento no moverme para que la taquilla no se mueva conmigo delatándome

Es viernes, tuvimos educación física a último turno, así que éste parecía, hasta hace unos 20 minutos, el plan perfecto:

Todos saben que Mateo espera a que los demás se bañen para entrar solo a las duchas; así que solo debía esperar a que la cancha se quedara desierta para colarme en el vestuario, buscar su taquilla y robar su cuaderno antes de que él terminara pero...

Error uno: no tenía ni idea de cual taquilla utilizaba así que tuve que irlas abriendo una a una muy, pero muy lentamente.

Para cuando al fin la encontré había perdido bastante tiempo, y justo en el momento en el que abrí su mochila, el agua cayendo dejó de escucharse.

En vez de dejarlo y salir corriendo, cogí el cuaderno, cerré su taquilla y apenas tuve tiempo de meterme en la de al lado antes de que se escucharan sus pasos acercándose.

No, no, no vas a hacer eso... —me tapo los ojos con una mano cuando veo que las manos de Mateo van hacia el nudo de su toalla para desatarlo, pero al final la tentación me puede y termino separando los dedos un poco para ver cuando se vaya, según yo, la verdad no pierdo detalle de como se seca frente a mí, con todo su... eso mismo, saltando ante mis ojos.

Se me contrae el estómago y un conocido cosquilleo desciende desde mi bajo vientre hasta...

Se viste con parimosidad, todo frente a mí, sin darme la espalda en ningún momento.

Coge sus cosas y se va sin dar ningún signo de haberme descubierto.

5 minutos después, aun no reacciono, y cuando lo hago, salgo de la taquilla temblando y jadeando mientras me aferro al tacto de la tapa de cuero de su cuaderno:

—Lo logré... —intento animarme, pero la verdad no puedo dejar de ver la imagen de mi némesis regalándome un striper de forma inconsciente

Piel aceitunada,  ojos pardos tirando a dorados, pelo oscuro casi negro, de 1, 75 a 1,80 de alto, ni robusto ni extremadamente delgado, más bien... Atlético...

¡No puedo creer que yo, Azul Vega, esté considerando la idea de que Mateo Adams está más bueno que comer con los dedos!

Recojo mis cosas y me voy corriendo, un fin de semana en Palacios, rodeada a de viejos, me servirá para desintoxicarme y recordar que "odio" a muerte a "El Rey Mono"




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