Tú, Yo y los Besos

50- Azul

—¿Qué sientes por mí? —le pregunto

Mateo abre los ojos como platos y reconozco sus gestos, está nervioso.

Ya esto es demasiado, no entiendo nada...

Cruzo los brazos esperando una respuesta; llegué a mi límite, he esperado demasiado…

— Te quiero... —me responde en un susurro bajo, entrecortado.

Todo en él me dice que se está conteniendo.

—¿Como qué me quieres? —sí, lo estoy presionando pero yo ya no puedo más con esto...

Él solo se queda en silencio.

—Mateo... —le apremio —esta vez no, Mateo...

— Maldita sea, Azul ¡¡No sé!! —explota —de todas las Malditas maneras —dice con rabia apretando mi muñeca para atraerme hacia él

Me suelta horrorizado cuando se me escapa un quejido de dolor por la presión con la que me agarraba.

Miles de pensamientos y emociones encontradas me embargan mientras lo veo caminar de un lado a otro de la sala.

Intento hablar pero no puedo; el corazón atorado en mi garganta tranca sin piedad mis palabras

¿Me quiere de todas las maneras? ¿Eso es bueno no? ¡¡Es lo que quiero!! Pero... ¿entonces por qué parece que justo ahora se está consumiendo en el mismísimo infierno? ¿Tan malo es para él quererme?

—Déjalo así; por favor, no lo compliquemos... olvidemos este tema, volvamos a como antes —pide encorvando sus hombros sin mirarme

—¿Como antes? ¿Cómo antes sin mí?

—Como ayer está bien —aclara...

Veo preocupación en sus ojos mientras se acerca hacia mí chocando con todo.

En ese momento me doy cuenta de que estoy llorando.

Alma, como duele, como duele... no voy a ser capaz de sostenerme...

Me tambaleo justo en el momento en el que me sostiene con un abrazo.

Habla rápido contra mi pelo.

— Soy un egoísta, Azul pero yo no puedo, no puedo dejarte —hace una pausa —pero tampoco puedo...

Se detiene esta vez por un tiempo más prolongado; está midiendo sus palabras y se cómo termina esa frase: "quererte", tampoco puede quererme. ¿No valgo lo suficiente?

¿Por qué te sorprendes, Azul? Nunca has valido lo suficiente, ni para él, ni para tus padres; siempre fue más fácil tomar la decisión de amar otras cosas antes que a ti, incluso a Arón, se quería a él mismo sobre todo…

Mateo suspira sobre mi cabello.

—No puedo arruinarlo, Azul, no puedo... te necesito, vale —aclara separándose un poco para verme a los ojos —así que volvamos a como antes, eh... —mi expresión no dice nada, creo que han infartado los nervios de mi cara.

Me suelta y se aleja otro poco antes de continuar con el rostro bajo

— Te necesito... nunca he dejado entrar a nadie —expone señalando su corazón, respira con dificultad por lo que se le cortan las palabras —solo para eso..."no perder" ¡¡No se puede perder lo que no se tiene!!

¿Yo que debo hacer ahora?

— He estado siempre sólo para no culparme de que me abandonen; pero llegaste tú y... —me mira, aprieta fuertemente la mandíbula y toma aire antes de dejar caer la cabeza contra su pecho —tú no... tú no me abandones...

—Hay mucho más, Mateo... —señalo con una voz tan aguda que se me hace extraña

— ¡¡No lo quiero!! —me corta —No lo necesito, Lu —añade en tono conciliador, acercándose.

Extiende su mano y acaricia mi mejilla mientras acomoda un mechón de pelo detrás de mí oreja

— Ha tardado demasiado y ha sido terriblemente difícil para mí construir esto...

Se refiere a la relación que tenemos; pero esto no lo es todo, no es todo lo que él puede experimentar, no es todo lo que yo quiero...

En estos momentos todo en mí está en pausa excepto mi boca quien suelta, no sé de dónde, las palabras:

— ¿Entonces renuncias a experimentar la satisfacción de amar libremente expresándolo de todas las formas posibles y que te amen de vuelta del mismo modo? —pregunto ¿Acaso no ve que justo eso podremos tenerlo? — ¿De reír con un grupo de amigos e incluso a la oportunidad de hacerlo diferente y amar como padre?

Niega repetidas veces con la cabeza y responde

—Yo simplemente no puedo, Lu; todo eso me queda grande... por lo que no puedo arruinar lo poco que tengo. ¡¡Ni siquiera puedo quererte como mereces!! —grita girándose para golpear la pared haciéndose daño en los nudillos —me asusta como no te imaginas el ¿y si el amor no alcanza? ¿y si nos hacemos daño?.

Oh no, Matty, ¿qué te he hecho? ¿Qué te estoy haciendo?

Se gira de nuevo centrando su atención en mí, quita mis manos de mi boca y me habla sosteniéndolas en las suyas

—Juro que te dejaré ir... en su momento... parcialmente... —añade de poco en poco las palabras como si estuviera cargando su propio madero

Su barbilla tiembla mientras su pecho sube y baja, está muy, muy nervioso y asustado; me mira con los ojos bien abiertos

—Perdona lo de hoy —me pide —lo arreglaré si de verdad te importa...

Niego con la cabeza, lo único que espero es que eso no lo meta en más problemas

—Pero por favor no me pidas demasiado y no me pidas que te deje ir totalmente... —me pide suplicante hasta el punto de caer de rodillas —Solo quiero estar a tu lado conociendo la felicidad a través de la tuya... no seré un estorbo ¡¡lo juro!!

Lo miro y al mismo tiempo no lo veo ¿Qué es esto? Esto no puede estar pasando...

—¿Reconoces estos versos? —me pregunta levantando su rostro hasta hacer que sus ojos choquen con los míos  — "... he tirado mi corazón en el estanque y la luna se deshizo en mil pedazos." (1)

Asiento, otra vez, Manuscrito de Pink Mountain(1) ...

¿Al final todo el tiempo fuiste tú la bruja y no yo? ¿Este es tu momento de renunciar a mí para convertirme en un inalcanzable príncipe?

— Yo no puedo correr ese riesgo, Azul… —su mirada desesperada me ahoga y condena —Sólo se mi Luna en mi estanque, déjame creer que me perteneces aunque la verdad tu corazón esté en otro lado y sea otro tu dueño —añade al tiempo en que sus brazos me envuelven y hunde su rostro en mi estómago —dime que lo entiendes, Azul...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.