Matemáticas, odio matemáticas, vale haber me puede ayudar mucho en mi futuro pero en serio a quien se le ocurre poner matemáticas un viernes a primera hora, parece que los profesores hallan conspirado para que matemáticas sea aún más odiada con este horario. Sin embargo no podía dejar que una asignatura se interponga en mi camino, y aunque por muy duro que,sea, ingresar en la universidad de Columbia, siempre había sido mi sueño, por lo cual siempre he sido una alumna muy aplicada, así que no me quedó más remedio que soltar un suspiro, sacar mi cuaderno y ponerme a sacar apuntes de todo lo que decía la señorita Jhonson decía. Pasado treinta minutos de clase alguien abrió la puerta, Dylan Jones, el hijo del director Jones
-Buenos días Dylan, veo que hoy tampoco has tenido el repeto de tocar a la puerta- Dijo la señorita Jhonson con un tono más molesto de lo común.
-Pues si ya lo ve, ¿Para qué pregunta?- Y sin esperar serpuesta tomo asiento en único lugar que quedaba libre, es decir, al lado mío.
La señorita Jhonson suspiró y se giró hacia la pizarra, y esque Dylan era un caso perdido, muchas veces a estado expulsado, pero tampoco podían hacer mucho, ya que al ser hijo del director muchas veces, Dylan los amenaza diciendoles que le iba a decir a su padre que los despidiesen.
-Tampoco tenías que ser tan borde, es tú profesora- Le dije a Dylan sin mucho interés.
-¿Por qué no te metes en tús asuntos,Grace Carter?
La verdad su repuesta no me sorprendió mucho, para ser sincera, me esperaba algo peor ya que era la primera vez que hablabamos, haber compartiamos algunas clases, pero estas eran las primeras palabras que intercambiabamos.
- Eres insufrible Dylan-, Y esta vez si que se lo dije mirando a la cara.
En respuesta a eso, esbozó una muy pequeña sonrisa de lado, se encogió de hombros y volvió a girarse hacia la pizarra.
Yo me quedé mirándolo unos segundos de más y en parté comprendí porqué muchas chicas moririan por salir con él. Era alto, pelo negro como la noche, unos ojazos azules como el océano q estoy segura que si te miran más de 20 segundos te quedarías sin aire, cuerpo musculoso debido a todo el entramiento que hace por ser él capitán del equpo de baloncesto. Sí es muy guapo, pero solo basta que habra su boquita para que todo lo demás deje de importat, en serio no me cabe en la cabeza como alguien quisiera estar con alguien tan idiota y engreído como él, yo no podría por nada del mundo.
Cuando terminaron las primeras cuatro clases me dirigí con mis tres amigas, Judy, Lexy y Blake, a una mesa del patio del comedor.
- Estoy a tan poco de enrollarme con el profesor de química para que me apruebe el curso-. dijo mi amiga rubia y de ojos de color avellana.
- Blake, estás fatal de la cabeza.- Le contestó Judy mientras se comía su sándwich de atún.
-Si quieres yo te puedo dejar mis apuntes para que se te haga más fácil de estudiar.
Lexy y yo siempre hemos sido un poco más aplicadas en los estudios que Blake y Judy, pero siempre que podemos nos ayudamos las unas a las otras, porque para eso está la amistad.
Nuestro grupo es bastante diferentes, a Blake le encanta la moda y bueno es super guapa, así que eso le ha brindado muchas oportunidades, como ganar un desfile de moda de su pueblo, no es mucha cosa pero nosotras estamos super orgullosas de ella. A veces me pregunto por qué se junta con nosotras pudiendo juntarse con gente mucho más guays y popular del instituto. Judy tampoco se queda atrás, tambien es una persona super extrovertida, incluso salió con un chico del equipo de baloncesto, solo qué él la engañó y bueno... digamos que no terminaron muy bien, de verdad no entiendo como alguien puede serle infiel a alguien tan guapa como ella, es alta, de tez morena, pelo castaño y unos ojos color café super bonitos, y es una persona que sabe aconsejar muy bien. Lexy en cambio es la más introvertida del grupo, ella tambien es una persona muy atractiva, pero creo que si no fuera tan tímida sacaría un montón de provecho a sus atributos, es más bajita que nosotras, tiene el pelo negro y rizado y tiene los ojos verdes y es la persona más sensata del mundo. Y bueno estoy yo, que no puedo decir mucho de mí. No soy tan extrovertida como Blake y Judy, pero tampoco soy tan tímida e introvertida como Lexy. Soy de estatura media, pelo largo y castaño y ojos del mismo color.
-Chicas os tengo que contar algo-. Dijo Lexy por primera vez en todo lo que llevabamos de conversación.
-¿Qué ocurre?-. Conocía perfectamente esa cara, Lexy estaba nerviosa.
-He estado conociendo a... a un chico.
-¡Madre mía, ya nos estás contando quien es!-. Sí, Blake siempre se emocionaba mucho cuando se trataba de intereses amorosos.
-¡Eso, eso!-. Apoyó Judy.
-Chicas, pero dejarla hablar a la pobre.
-Es... bueno es Liam Baker.
O no, claro que conociamos a Liam, es uno de los amigos más cercanos de Dylan, aunque no sé porqué estoy pensando en él ahora mismo.
-¿Liam Baker él mismo que juega en el equipo de baloncesto?- Preguntó Judy.
-El mismo.
- Dios mí eso es tan genial - le contestó Blake, y tiempo seguido se levantó a abrazarla.
A continuación Judy y yo hizimos lo mismo, para demostrarle nuestro apoyo.
-Ahora solo quedamos Judy y yo, porque Blake tiene a su querido Dalton y ahora tú tienes a tú querido Liam.
-Haber chicas que todavía nos estamos conociendo. Aparte teneis la oportunidad de socializar mañana por la noche. Liam me ha invitado a una fiesta que va a organizar.
-Sí, claro que vamos a ir.-Dijo Blake.
-Claro cuenta conmigo.- Respondió Judy.
Las tres cabezas se giraron hacía mí en busca de una respuesta.
-Ehhh no lo sé chicas, tengo exámen de literarura el miércoles de la semana que viene.
-Pero llevas estudiando ese exámen desde la semana pasada, seguro que por una noche no pasa nada.-Me dijo Blake.