Faltaban cuarenta y cinco minutos para la fiesta en casa de Liam y la casa de Blake parecía un salón de belleza, en serio, toda su cama estaba llena de accesorios, el suelo estaba repleta de la ropa que estabamos eligiendo para la fiesta y su tocador estaba saturado de maquillaje.
Menos mal que tenía amigas como Blake, porque sino no sabría que ponerme la la fiesta. De verdad, yo no me se arreglar mucho, y menos para este tipo de fiesta a las que nunca he sido invitada. Para mi un plan de fin de semana común es ver películas románticas con las historias más clichés posibles, salir con mis 3 amigas al centro comercial o leer algún libro.
Cuando terminamos de arrelarnos me miré al espejo y sinceramente me sorprendí. Llevaba un un vestido negro ajustado y mis Converse blancas, el vestido me quedaba por encima de las rodillas y aunque no era muy corto, no estaba acostubrada a llevar algo así, creo que llevaba sin útilizar un vestido desde hace tres años cuando tenía catorce. Aunque yo creía que iba muy expuesta, mis amigas iban con vestios y faldas mucho más cortas y sexis, y claro no llevaban zapatos, sino tacones, incluso Lexy se puso tacones,algo que no es muy comín en ella, pero sinceramente yo prefería estar cómoda a estar sufriendo toda la aldita noche por culpa del calzado.
De repente un coche tocó el timbre, era Liam. Nos subimos al coche y empezamos a hacerle mis amigas y yo una especie de interrogatorio a Liam hasta que Lexy dijo que ya parasemos, mis amigas y yo teníamos la manía de hacerle una lluvia de preguntas al lige de alguna de la otra para darles el visto bueno. Esta vez Liam había pasado la prueba.
Liam era un chico muy guapo, era alto, rubio y de ojos marrones. Era muy majo (a diferencia de su mejor amigo), era gracioso y se veía que tenía muy buenas intenciones con Lexy. Estaba muy feliz de que Lexy conociera a alguien como él, es perfecto para ella.
Llegamos a la casa y al bajar del coche pude notar lo alto que estaba la música, en verdad desde hace 3 cuadras se escuchaba la música.
Estaba bastante nerviosa porque nunca me habían invitado a una fiesta como esta, y bueno supongo que Lexy se pasará la mayor parte de la noche con Liam, y Blake y Judy se pasarán la velada socializando con la gente, cosa que a mi no me da muy bien, pero todavía tengo espernzas de que mis amigas me abandonen esta noche.
Entramos dentro y lo primero que vi fue a un montón de personas, en serio, creí que en el patio había visto a muchas, pero no hay punto de comparación con las que hay dentro.Había personas bebiendo, bailando, hablando...metiendose mano y no me quiero imaginar lo que estarían haciendo arriba en las habitaciones.
Liam nos enseño lo más que pudo la casa, la verdad es que era bastante grande. Nos llevó a la cocina a coger algunas cervezas y yo la verdad en primer momento me negué, pero mis amigas insistieron y no me quedó más remedio que aceptarla. No era una persona que bebiera mucho, es más, ni siquiera me gustaba el alcohol y pocas veces lo había tomado.
Nos dirigimos al salón y Lexy y Liam se fueron a no se que sitio para poder hablar mejor, así que me quedé con mis otras dos amigas.
-Venga chicas vamos a bailar-. Dijo Judy.
-Sí, venga vamos-. Después de que Blake contestara, las dos me miraron en busca de respuesta.
-No sé chicas, hay mucha gente bailando- Intenté poner de excusa.
-Por fa Grace bamos a bailar, ya verás que nos lo pasamos genial.
Aunque Blake me insistiera, La verdad no es que me apeteciera mucho bailar, quizá después de un par de cervezas me animaba más.
-Mirar chicas ya sabeís que soy un poquito aguafiestas, así que mejor ir vosotras y mientras yo me quedó aquí en el sofá, me bebo unas cuantas cervezas y así me animo para ir con vosotras-. Dije con una sonrisa para que aceptaran.
Las dos se me quedaron mirando con una cara que claramente señalaba que no les gustaba mucho la idea, pero después de insisterles muchas veces, finalmete me abrazaron y acptaron la idea, dejando claro que no estaban muy contentas por el plan.
Pasaron diez minutos y ya no aguantaba más estar en ese sofá. Al comienzo del asiento habían dos chicas que en vez de tener de tener una conversación normal y civilizada, gritaban, y entiendo que la música estaba alta pero eso era ya pasarse. Lo peor no era eso, lo peor es que al lado mío había una pareja enrollandose, y podía escuchar todos los soniditos desagradables que hacían. Me levanté del sofá y fui a dar una vuelta al patio, que como ya dije, estaba menos lleno de gente. Caminé hasta la parte más vacía del jardín y ví unos columpios donde, menos mal, no había nadie. Me senté mientras bebía mi cerveza y de repente sentí que alguien estaba detrás mío. Cuando me giré me encontré con unos ojos azules, era Dylan.
-Necesito que te enrolles conmigo-. Dijo el chico sin más.