Tulipanes para Noah Libro #1

CAPÍTULO 12 –  ¿CON CUÁNTOS MUERTOS PODÍA CARGAR?

CAPÍTULO 12 –  ¿CON CUÁNTOS MUERTOS PODÍA CARGAR?

 

            Todo el viaje hasta la cafetería estuve pensando en toda lo que Mad me había contado de Anker y todo lo que yo había descubierto de él en todo ese tiempo.  Y no era poco ¿Habré juzgado a Anker antes de tiempo? Algo me había perdido para que de repente haya pasado mis últimas tardes estudiando con él, haciendo que recupere su puesto en el equipo, salvándolo de una posible sobredosis.      

            Nada parecía tener sentido. No era una persona fanática de lo desconocido ni aventurera. Me consideraba tranquila, rutinaria e incluso un poco aburrida. No me interesaban las experiencias nuevas y prefería lo malo conocido a bueno por conocer. De esa forma me sentía más segura.

            Llegué a la cafetería y me saqué el casco. El cielo podía verse hermoso a esa hora con sus tonos rosas y anaranjados. Contemplé un rato el cielo pensando en lo mucho que le gustaba apreciarlo a Noah desde la zona costera y que ya nunca más iba a volver a vivir esa experiencia. No con ella, al menos.

            –  ¿Andy? – la voz de Adrian me sacó de mis pensamientos y volteé a verlo. Tenía una bufanda y un sobre todo con un gorro que dejaba libre varios mechones. Sonrió al verme mientras paseó su mirada por todo mi cuerpo. – Te ves preciosa, Andy.

            Yo le sonreí de vuelta rezando no ruborizarme. Él estiró su mano para que yo la tomara.

            –  ¿Te gustaría hacer algo diferente? –preguntó. Noté como cubrió mi mano con la suya dándome calor y sentí como esa zona se anestesiaba. Asentí y comenzamos a caminar calle abajo.

            –  A Noah le encantaba cuando el cielo se ponía así, de colores anaranjados y rosas. Era todo un espectáculo para ella y podíamos estar horas contemplándolo.

            –  Llegará un momento que ese recuerdo deje de darte nostalgia y dolor y sólo sea eso, un simple recuerdo lleno de amor, Andy. Créeme.

            –  Es muy difícil cuando su hermano tiene sus mismos ojos. –Dije casi sin pensarlo. Él notó un cambio en mi actitud, como si entendiese que estaba arrepentida de haberlo dicho.

            –  Puedes contármelo, Andy. Puedes contarme lo que quieras, aquí nadie va a juzgarte.

            ¿Sería correcto hablarle de Anker? Todos los que nos rodeaban ya lo habían naturalizado. Sus padres me conocían, mis padres lo conocían a él y los amigos que teníamos en común – Mad –  ya nos habían incorporado en su rutina. Vernos juntos se podía ver como lo más normal ¿Pero lo era?

            –  Noah tenía un hermano gemelo. Anker se llama. Y tiene sus mismos ojos. Lo odiaba, ¿sabías? Y lo culpaba, porque mi psicóloga dice que intento buscar un culpable. Y en cierto punto creí que él lo era. Hasta que me di cuenta que Anker está tan roto como yo ¿Crees en la conexión de gemelos?

            Él rió como si se hubiera acordado de algo gracioso. –Sí, sé algo de eso. Todos decían que Luca y yo teníamos esa conexión, como si fuésemos gemelos.

            La alusión a su mejor amigo muerto me generó un poco de envidia ¿Cuándo iba a llegar ese momento donde me acordase de Noah y simplemente riera?

            –  Él perdió a su gemela, y yo perdí a mi otra mitad. Supongo que nos entendemos como nadie más puede hacerlo. Y eso es raro, porque antes que Noah muriese yo no podía estar con él en la misma habitación sin querer escapar. –Le conté algunos detalles, pequeños momentos que habíamos vivido Anker y yo. Por qué lo odiaba y aborrecía y por qué también lo culpaba. Él se limitó a escucharme atentamente mientras seguíamos caminando calle abajo.

            –  Menudo imbécil ¿Y ahora? ¿Qué sucedió? ¿Por qué no puedes  sacártelo de la cabeza?

            –  Intentó suicidarse. –Dije tajante intentando borrar ese recuerdo de mi mente que aún me hacía estremecerme – En realidad, no sé si quiso hacer exactamente eso. Pero llegué justo y ahora simplemente creo que debo ayudarlo. Porque siento que de no hacerlo, estaría fallándole a Noah ¿Entiendes? Hay tanto de Noah en Anker que me asusta, Adrian.

            –  Andy, ¿sientes que ayudas a Anker porque es lo único que te queda de Noah? ¿O porque no pudiste ayudarla a ella te sientes en la obligación de ayudar a su hermano?

            Resultaba fácil hablar con Adrian, era como si las ideas y pensamientos fluyeran y nadie pudiese juzgarme.

            –  Ambas respuestas son correctas. Es decir, es lo último que me queda de Noah. Y sus padres… Oh, Adrian, no sabes cómo sufrieron sus padres. Si ayudo a Anker estoy ayudando un poco a sus padres. Siento que no puedo fallar en esto porque le estaría fallando a Noah ¿Entiendes?

            Llegamos a la zona costera donde el cielo se veía más imponente que en ningún otro lado y donde también hacía más frío. Caminamos hasta un banco que daba justo a la puesta de sol y nos sentamos.

            –  Lo entiendo, créeme. Pero no te pierdas en el proceso, Andy. Debes hacer tu duelo, lo que eso signifique para ti. Lo entiendes eso, ¿no?

            Estábamos muy juntos para darnos calor humano. Adrian no tenía los ojos verdes pero sí tenía rasgos marcados que había adquirido con el tiempo. Tenía rasgos de hombre hasta que se le achinaban los ojos cuando reía que le daba un aspecto jovial y fresco.



#26369 en Novela romántica

En el texto hay: amorodio, muerte, primer amor

Editado: 25.05.2021

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