✦ II ✦

Título: A different birthday.

Personajes: Dabi, Toga Himiko, Jin Bubaigawara, Atsuhiro Sako, Krista Litzer (Oc).

Shipps: Dabi x Krista.

Advertencia: AU moderno, Quirckless, OOC leve en algunos personajes.

Cantidad de Palabras: 2055.

D A B I

Albergaba en mi interior diversos sentimientos encontrados, pues la época invernal no era nada grata para mí, a no ser que permaneciera bajo las mantas calientes de mi cama. Me sentía algo fastidiado de regresar a clases, un poco ansioso por ver los nuevos temas que nos daría el recién llegado profesor, quien fue presentado un par de días antes de iniciar las vacaciones y en especial, sentía un extraño cosquilleo en mi cuerpo entero, porque volvería a ver a Krista, mi acosadora.

Es una forma dulce de llamarla por decirlo de alguna manera, aunque ella no se queda para nada atrás a la hora de referirse a mí por mis perforaciones o grapas. Incluso hasta ahora no entiendo cómo es que sale conmigo. Bueno, comprendo que soy atractivo o al menos lo era antes de lucir esta apariencia.

Por lo general, las chicas no se me acercaban luego de los cambios que hice en mi cuerpo, por lo que no negaré que la noche en que la vi, me sorprendió bastante que me observara de esa manera tan ensimismada. Nos conocimos a mediados de septiembre y para la mitad de octubre, le había pedido que fuera mi novia, por lo que llevamos cerca de tres meses juntos y algo que me agrada bastante de nuestra relación es que ambos estamos enfocados en nuestras carreras.

Al llegar al salón de ciencias, me acomodé ante uno de los largos mesones, quitando de mi bolso una libreta donde llevo los apuntes importantes desde que regresé. He de decir que si lo hice fue gracias a Jin y Toga, pues ambos se encargaron de sacarme de aquel sitio de mala muerte al que fui a meterme.

—Estás muy pensativo —, aquella suave voz resonando contra mi oído derecho logró sobresaltarme. Fue entonces que me percaté que tenía rodeados sobre mi abdomen, unos delgados brazos—. ¿Todo está bien?

—Sí, todo bien —contesté luego de colocar mi diestra sobre aquel agarre—. ¿En qué momento llegaste?

—A la universidad, hace unos veinte minutos y aquí, uno. Iba a llamarte ya que no estaba segura de cual de los salones era... Pero luego te vi.

—Sólo por ser mi novia, lo tomo como una dulce manera de acoso —espeté y hasta podría jurar que rodó los ojos.

—Como sea, parchecitos —, ahora era yo quien gesticulaba con los ojos—. Hola —dijo de manera dulce antes de tomarme de la barbilla.

Apenas sentí su delicado toque me giré a verla, sintiendo la presión de sus labios sobre los míos, los cuales sin dudar, moví un poco para entrelazarlos con los suyos en un beso lento, pausado, tal como aquel primero que nos dimos cuando iniciamos nuestra relación. Me acomodé sin separarme de ella, logrando atraerla más a mí mientras mis manos se posaban sobre su rostro.

—Los jóvenes de hoy y su manera de demostrarse amor.

Aquella repentina voz masculina ocasionó que nos separáramos rápidamente, al tiempo que ella bajaba el rostro para que su negra cabellera suelta le cubriera el mismo. Existían diversas cosas que ya conocía de ella y sabía que cuando hacía eso era porque estaba apenada. La rodeé con mis brazos, apegándola a mi pecho antes de voltear hacia el frente para identificar a quién nos había interrumpido. Se trataba del profesor de biología, uno de los pocos profesionales que se alegró de que regresara a estudiar.

—Buenas tardes, profesor Atsuhiro —saludé, dedicándole una ligera sonrisa, viéndolo marcharse de nuevo. Suponía que iría a por café, algo típico de ese hombre.

Nos mantuvimos abrazados con Krista por unos cuántos minutos, disfrutando de nuestra compañía, como ella solía catalogar a aquel tipo de cosas. Mis manos se movían por sobre su espalda de arriba a abajo con lentitud, imitando las caricias que las suyas depositaban en la mía. Se removió un poco y me aparté a verla a los ojos, gracias a aquella época, sus orbes lucían más brillantes.

—Aunque no lo deseo, debo irme. Tengo que preparar mis materiales para la clase de hoy.

—¿Nos encontraremos en la cafetería más tarde? —, ella asintió antes de depositar un beso casto sobre mis labios.

—Te veré luego —aseguró luego de entregarme un pequeño sobre, marchándose del salón.

La observé hasta perderla de vista, para luego enfocar mi vista en lo que se encontraba en mi diestra, abrí el sobre, quitando un papel perfectamente doblado en cuatro partes. Al desdoblarlo me encontré con un dibujo mío, sosteniendo un bisturí mientras practicaba con lo que suponía era uno de los cuerpos en la morgue. Ella obviamente dibujó ciertos detalles, más los otros eran los que yo suponía al ver aquello y es que Kris tenía esa habilidad con sus obras.

Recuerdo que cuando presentó el retrato que hizo de mí en la feria, me quedé en primer lugar sorprendido por la habilidad que poseía, pues no cualquiera logra impresionar con su creatividad y talento. En segundo lugar, me gané una popularidad que no esperaba, pues varios grupos, sobre todo de chicas, se paseaba más por los pasillos que estaban cercanos a la morgue con el solo fin de lograr mínimamente cruzarse conmigo.