Tus ojos Mis ojos

Acto 1

_Uff, finalmente en Nueva York, que emoción, estoy segura de que me irá bien ¡Más que bien!_ Ester sonríe ante la visión de toda esa gente moviéndose sin ningún orden, yendo de un lado a otro y aquellos altos edificios que reflejan en sus numerosas ventanas de cristal, las luces de la ciudad nocturna y ruidosa, el sonido del trafico mezclándose con las voces ininteligibles de las personas. Cuando miraba antes por la ventana del bus y atravesaban la ciudad, hasta perder todo de vista cuando cruzaron el puente de Brooklyn _ no es emocionante.
      _Yo no le veo nada de emocionante, es como cualquier otro lugar, ruidoso, con olores desagradables, altos edificios y gente por todas partes que te atropellan y no se disculpan ¡Ah!_ objetó Amanda, bajando del bus, cuando en ese momento un hombre de traje que parecía tener prisa y hablando por el manos libres mientras hojeaba un documento, tropezó con ella y subió al vehículo como si nunca hubiera chocado con nada, hablaba en chino_ ¿Vez a lo que me refiero?
      _ ¿A qué te refieres de qué?_ preguntó Ester, viendo el programa de diseño que adquirió del instituto en el que estudiaba hace unas semanas, luego de graduarse; no quería cursar la universidad, quería estudiar diseño de modas, era su más grande sueño, bueno uno de tantos en realidad_ ¿Sabías que tienen especializaciones en audiovisuales? ¡Mira esto! Diseño de vestuario escénico, teatro, cine…
      _ ¡Ah! No puedo contigo_ contestó Amanda, la bolsa de equipaje que llevaba le pesaba una barbaridad, le dio con ella un empujoncito a su compañera_ Vamos, estoy cansada y quiero dormir.
      _Estoy tan emocionada_ expresó Ester, guardando el folleto y cogiendo su bolsa de viaje que tenía a los pies, comenzó a seguir a su amiga y se alejaron de la parada.
      _ ¿Si te das cuenta de que no es gratis lo que deseas cursar?_ inquirió Amanda, miraba la pantalla de su móvil, abrió el enlace que le acababan de enviar, era un mapa del lugar con el camino que debía seguir para llegar a donde se quedarían_ debes buscar un trabajo primero.
      _Sí, ya lo sé, no hace falta que recuerdes que no tengo ni donde caerme muerta_ comentó Ester, alicaída, mientras serpenteaban entre un grupo de adolecentes que iban en sentido contrario_ gasté todos mis ahorros y le pedí prestado a mis padres para poder venir aquí contigo. Al menos tú si tienes algo seguro.
      _Que haya sido seleccionada para trabajar como la administradora de una compañía de productos de limpieza, no quiere decir que tenga algo seguro aún, Ester_ dijo Amanda_ primero estaré a prueba y si me va bien me quedo. Admito que no es algo que me guste en realidad, pero trabajo es trabajo y con ello me aseguro una buena vida, no con lujos, pero peor es nada.
      Ester no dijo nada más, sabía que su amiga, que era mayor que ella, le llevaba unos siete años por delante, nunca quiso estudiar administración, pero por alguna razón que nunca le contó terminó estudiando esa carrera y bueno pues no le fue mal; y ahora ahí estaba, con una propuesta de trabajo. Entonces queriendo perseguir sus sueños de diseño, quiso dejar el lugar donde vivía y venir con ella a Nueva York al ver aquel folleto, solo que ahora sería una carga para Amanda como siempre lo ha sido, porque era como una especie de hermana mayor también, sino conseguía un trabajo; no es nada bonito que tú mejor amiga tenga que mantenerte. Llegaron ante un edificio, el foco que iluminaba la acera frente a la puerta amenazaba con quemarse, parpadeaba de vez en cuando y se escuchaba ese sonidito eléctrico peculiar, los bichos revoloteaban en la luz y uno de ellos por estar mirando hacia arriba descendió, y se le metió en el ojo. Se estrujó el ojo con una mano, la otra aun sostenía el bolso de viaje que casi se le cae.
      _Aquí es, creo, es lo que me dice la dirección y lo que muestra el camino desde la parada_ decía Amanda, sin prestar atención a su compañera. Se acerca y acciona el comunicador con el número que corresponde.
      _ ¿Sí, diga?_ pregunta una voz dulce masculina, al otro lado.
      _ ¿Steven, eres tú?
      _ ¡Amanda, querida! Él mismo. Te estaba esperando ya creía yo que habían cogido el autobús equivocado y os habíais perdido_ hubo un sonido y con un chasquido la puerta se abrió_ adelante, suban, es el piso siete. Ah, y no usen el ascensor; se queda parado de vez en cuando.

La guitarra descansaba a un lado del sillón, la había estado tocando para relajarse un rato, del otro lado estaba el guión que había estado estudiando; ahora solo se preocupaba por no hacer nada, ahí echado, con las manos entrelazadas a la cabeza, recostado al respaldo, mirando hacia la ventana de la Suite del W New York, que le devolvía la vista de los edificios y las luces neón de Time Square. Cerró los ojos y segundos después, escuchó que alguien entraba en la habitación.
      _ ¿Chazz, se puede saber qué demonios estás haciendo?_ preguntó su manager, un tipo panzón con calva y gafas de sol a la cabeza, siempre vestía de blanco, odiaba eso de él.
      _Tú qué crees, estoy descansando, hombre_ respondió Chazz Norris, desde el sillón, con un movimiento de mano despectivo. El reloj de marca centelleó con la luz de la lámpara.
      _ ¿Descansando? Mañana tienes ensayo y tiene que ser perfecto ¿Me oyes?_ lo riñó el otro.
      _Relájate ¿Quieres? Todas las grabaciones, obras de teatros, etc, etc, etc, en las que actúo, siempre salen perfectas, exitosas_ alegó Chazz,  lo miraba con sus penetrantes ojos azules que tanto amaban sus fans; los cabellos negros le caían lacios y despreocupados sobre las gruesas cejas, parecía más un cantante de rock que un actor o modelo_ si no fuera así, no estaríamos hoy aquí_ hizo un gesto como si abarcara toda la habitación_ en la suite más costosa del W. Pasearnos por la ciudad con acceso vip a cada lugar que vayamos, mujeres sexys_ le giñó un ojo_  y después de aquí podemos hacer viajes a islas afrodisiacas o a donde se nos pegue la gana. Todos me quieren, soy el actor número uno, guapo, el tipo perfecto para un rodaje de romance o acción y lo mejor de todo, si se me olvida una línea, a todos les gusta mi improvisación sin salirme del libreto.
      _Y no olvides que también eres el hijo rico de mami_ repuso Fox, mirándolo con obstinación.
      _ ¡Ah! Vamos, deja de recordarme que soy el hijo rico de mami, sabes que no me gusta_ replicó Chazz, desviando la mirada, tenía las piernas desparramadas al frente y ahora los brazos le descansaban a los lados. Magnolia Russell, su sobre protectora madre y la más famosa diseñadora de modas, por ella había conseguido su carera como actor, además de que modelaba también sus diseños; pero detestaba que le recordaran que por ella estaba en ese mundo de famosos_ la mayor parte de mi fortuna la he hecho yo solito, que no se te olvide. Mi madre solo me dio un empujoncito como quien dice, lanzándome a la pasarela desde pequeño, después llega ese amigo suyo actor y ve en mí otro actor nato, lo que no discuto. Me hice de mucho dinero a lo largo de mi niñez y ahora incluso me sigo forrando en billetes; contrato tras contrato, firma de perfumes, etc. Así que no me vengas con esas.
      _Como digas, solo espero que no lo arruines mañana_ dijo Fox.
      _Descuida, lo haré bien, como siempre_ respondió Chazz.
      _Y  no olvides que temprano tienes una entrevista_ le recordó Fox, yendo hacia la puerta.
      _Si, si, no se me ha olvidado_ aseguró Chazz, alargando la mano y cogiendo la guitarra; comenzó a tocar una balada delicada_ ah, y antes de irte al bar, porque sé que estas ansioso de ir y yo también lo estaría si me sintiera con más ánimos; ordena que me traigan un Vodka. Se me antoja ¿Vale?
      _Vale.
      _Vale_ musitó Chazz, en tono burlón cuando su manager se fue_ no me pedirá nada. Bueno, a ver ¿Qué decía esta cosa?_ volvió a dejar la guitarra, era de su padre, y cogió el libreto de Hamlet. Se aclaró la garganta_ escena cinco: ¡Oh, si ésta demasiado solida masa de carne pudiera ablandarse y liquidarse disuelta en lluvia de lágrimas, o el todo poderoso no asestara el cañón el homicida de sí mismo! ¡Oh Dios! ¡Oh Dios mío!... ¡Qué fastidio!_ arrojó el libreto al sillón, comenzó a caminar, se pasó las manos por la cara, se detuvo, el cristal de la ventana le devolvía su reflejo entre las luces de la ciudad, pegó el rostro al vidrio; abajo se veía el tráfico de la avenida y la gente caminando que parecían hormigas. Si había dicho todo eso a Fox ¿Por qué se sentía vacio? Tenía todo lo que podría desear, buena vida, fama, dinero como si le lloviera del cielo, mujeres por montón, todos los choches que deseara; un rostro perfecto, buen cuerpo, no musculoso, pero era un cuerpo hermoso. Era millonario de cuna, incluso. Lo tenía todo ¿Entonces qué más podría faltarle? Volvió la vista hacia el sillón.
      _Si estuvieras aquí, seguro me dirías qué es eso que me falta_ dijo a la guitarra, pensando en su padre_ ya estoy loco, hablando con una guitarra, a verse visto.



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En el texto hay: drama, fama y moda, romance accion secretos

Editado: 12.10.2022

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