_Señora, aquí tiene la revista de siempre_ dice la asistente de Magnolia, entregándole una revista. La madre de Chazz, se encontraba en la casona de Florida frente al mar, disfrutando del sol en la terraza y bebiéndose un Martini.
_Gracias, Liz_ Magnolia Russell, hojea la revista_ parece que dicen algo de mi hijo. Es de hace varios días atrás, noticia vieja, pero tratándose de mi Chazz…
Liz observa a su jefa y la expresión en su cara mientras lee.
_ ¿Sucede algo, señora?_ pregunta Liz.
_Sí, quiero que canceles todas mis reuniones, invéntate cualquier excusa, eres buena en eso y prepara mi viaje a Nueva York para mañana en la mañana_ respondió Magnolia, haciendo a un lado la revista. Se termina el Martini_ le haré una visita a mi querido hijo.
_Sí, señora.
Por varios días Ester no ha visto a Chazz, pero si ha recibido sus mensajes de texto y despampanantes regalos, aunque había dejado de enviarle las flores, algo que alegró a Steven; sin embargo, un día le llegó un enorme peluche de conejo que tuvo que devolver, no solo porque no le gustaba el animalito sino porque era enrome, exagerado, luego le enviaba peluches más pequeños, pero no iban solos, traían joyas costosas con ellos. Esto la molestaba ¿Qué parte de no le gustan esos regalos no entendía el actor? Le devolvía al hotel cada uno de esos molestos peluches enjoyados, Chazz por su parte se quejaba por mensaje, pero eso a ella le tenía sin cuidado. No obstante, se contentó cuando llegó el día en que por fin recibiría su primera paga, llegando temprano al café, antes de que llegase alguien más. Estaba resuelta a pedir un adelanto para pagar la inscripción y pedir el primer turno libre, había hecho muy bien su trabajo esos días ¿Por qué no concederle un adelanto y unas horas? Llegó Patrick y abrió, estaba nerviosa, si fuera Sara no lo estría tanto, había tratado más con ella que con el marido.
_Día de paga ¿Eh?_ dijo Patrick, cuando entraron.
_Sí_ asintió Ester_ ¿Y la señora Sara?
_Está enferma, pescó un resfriado ayer. Así que me toca quedarme hoy todo el día_ respondió Patrick, un poco triste porque ya no puede ir al juego golf con sus amigos.
En ese momento llega John y aborda al esposo de Sara, le comenta que tiene una emergencia familiar y le pide un adelanto para pagar la operación de su hermano; Patrick, por supuesto no se lo niega con la condición de que trabaje con más eficiencia. Al ver esto, Ester ya no pide su adelanto y resolvió solo pedir la mañana libre para ir a inscribirse en el curso de diseño e intentar convencer a aquella mujer de que aceptara la mitad del pago con la garantía de que ella pagaría el resto después. En lugar de darle solo la mañana y estando Bonnie de regreso, Patrick le dio el día completo libre por ser amiga de Steven. Sin embargo, una vez llegó al edificio, descubre que Chazz ya le ha pagado no solo la inscripción sino todas las mensualidades, no tenía que pagar absolutamente nada, solo le faltaba terminar de dar sus datos completos. Aún en shock y sintiéndose un zombi caminando, deja edificio, se pasea sin rumbo por Central Park.
Sentada en un banquito, con un hot dog que no sabe en qué momento se lo compró, vuelve en sí, sintiendo que le hervía la sangre << ¿Cómo se le ocurre hacer tal cosa? ¿Quién se ha creído que es, con qué derecho se cuela en mi vida y se toma tantas libertades? Ah, pero me va ha oír, ya verá>> Ester se puso en pie. Tenía que ver a Chazz y reclamarle, porque por muy buena que haya sido su intención, ella no era nada de él, tampoco se conocían de años como para decir que eran los mejores amigos siquiera <<Seguro quiere acostarse conmigo y ya>> pensó molesta de camino a la parada << Y tú contenta ¿Verdad?>> ronroneó una vocecita en su interior <<No, porque no es correcto>> discutió la razón << ¿Por qué no es correcto?>> quiso saber Ester, pero ni ella misma o esas voces en su cabeza, que era ella misma, podía darle la respuesta. Cuando llega al W. le pregunta a la recepcionista por Chazz, la mujer le echa una miradita inquisidora a su atuendo de mesera y luego le dice que está en su suite.
_ ¿Podría decirle que lo buscan?_ pregunta Ester, ansiosa.
_Claro_ responde la mujer, con una sonrisita despectiva; coge el teléfono y marca a la suite, al tercer repique Chazz, contesta_ señor Norris, lo buscan en recepción_ dijo la mujer, Ester le musitaba del otro lado del mostrador <<Diga que es departe de Ester, Ester Carter>> pero la mujer colgó de inmediato, aun manteniendo esa sonrisita molesta_ el señor Chazz Norris, no está disponible por los momentos, dice que deje un mensaje o vuelva más tarde.
_Gracias_ dijo Ester, tratando de mantener la calma y no sacarle los ojos a esa mujer. Sale fuera del hotel y decide aguardar ahí fuera <<Tal vez el muy imbécil salga en algún momento o me tope con Fox, total, no pierdo nada con esperar un poco>>
Chazz, estaba tocando la guitarra de su padre, no hubo ensayo ese día y componía una canción para dedicársela a Ester algún día; en un cuaderno tenia anotado acordes y letras sobre la mesita; la recepcionista le había dicho que alguien lo buscaba, pero no quería recibir a ningún fan en esos momentos, porque estimaba que era algún fanático al no haberle dado el nombre de quién lo buscaba. Si fuera alguien importante el nombre habría salido a relucir. Fox entró en la habitación como siempre sin llamar a la puerta ¿Qué le cuesta tocar? Pero el hombre no estaba solo, Magnolia Russell estaba con él. Madre e hijo se miran a los ojos, ojos del mismo color como verse en un espejo, después de un año. Ella vistiendo elegante, severa y radiante como siempre, enjoyada y con sus plateados cabellos recogidos; él con una camiseta de algodón azul, unos jeans negros rotos y descalzo, el cabello alborotado. Fox se retira y los deja solos.
_ ¿Me puedes explicar que es esto?_ preguntó Magnolia, mostrando a su hijo la misma fotografía de él con Ester almorzando que le mostró el director antes, pero ahora en una revista. Por suerte para Ester no se le veía el rostro y eso alivió a Chazz, porque sería una razón más para odiarlo.
_Hola, Chazz, hijo mío ¿Cómo has estado? Bien madre, gracias, es una sorpresa tenerte aquí, bienvenida a Nueva York ¿Qué tal tu viaje?_ dice Chazz, sarcásticamente.
_Déjate de boberías y responde_ exigió Magnolia_ quiero saber quién demonios es esa mujer negra con la que estabas almorzando. Cuando vi tu entrevista y mencionaste a una mujer en tu vida, pensé que bromeabas y que describías a tu madre para salir del paso, porque que yo sepas siempre andas de falda en falda, ni siquiera tuviste una relación sería con Emma, tu ex novia y ahora me encuentro con esto ¿Quién es ella?
_Primero no es negra, negro es el pantalón te traigo puesto_ Chazz señaló sus pantalones_ ella tiene piel de color, sí, de un moreno muy, muy claro y muy bonito además ¿Desde cuándo eres racista? Y segundo, es la mujer que me gusta, la única que me quita el sueño.
_Es una mesera, su uniforme lo dice todo_ Magnolia no podía dar crédito a lo que decía su hijo_ seguro no tiene ni donde caerse muerta y su educación debe ser mediocre. Esa mujer no puede gustarte, no puede ser tu novia como dice el encabezado. Debe ser una cualquiera.
_No te permito que hables así de ella_ espetó Chazz, el solo hecho de decirle que Ester es una cualquiera, le hizo hervir la sangre_ y para tú información, me importa un carajo su estatus social. Es la única persona que me hace sentir vivo en este mundo de mierda y la amo ¿Me oyes? La amo.
Chazz se calza las zapatillas deportivas, va al dormitorio y coge del armario una gorra roja, y una peluca rubia que le quitó un día a un maniquí de una tienda; Fox tuvo que pagar la peluca. Se echa encima una sudadera azul.
_ Chazz ¿A dónde vas?_ quiso saber Magnolia, cuando éste se dirigía a la puerta.
_A dar una vuelta ¿O eso también debo explicártelo?_ dijo Chazz, con la mano en la manija.
_Espera hijo, al menos dime que almorzarás conmigo_ rogó Magnolia, acercándose a su hijo, no se atrevía a tocarlo por temor al rechazo_ hace tanto tiempo que no pasamos un rato juntos, como madre e hijo.
_Tal vez_ dijo él, abrió la puerta y salió de la suite, dejando sola a su madre sin atreverse a ver su rostro seguramente con una mueca dolida que sabía era fingida << ¿Pasar tiempo como madre e hijo? Eso nunca ha pasado, siempre está metida en su mundo de telas y pasarelas, las únicas veces que hemos compartido algo juntos es cuando diseña algo que yo usaré o cuando cenábamos luego de un estúpido evento de modas; y poco era lo que hablábamos>> Subió al ascensor, cuando llegó a planta baja atravesó el lobby desapercibido y salió del W. Sonríe entonces al reconocer a la muchacha que miraba el trafico y le daba la espalda, reconocía esas deliciosas curvas; se aproximó sigilosamente hasta Ester, le robó un besó en la mejilla. Y recibe una bofetada_ ¡Ay!
_ ¡Pero si eres tú! ¿Te has vuelto loco? Casi me das un susto de muerte_ soltó Ester.
_Sí que golpeas duro_ se queja Chazz, sobándose la mejilla.
_No te reconocí con esa peluca_ se excusó ella_ pensé que era un pervertido. Aunque pensándolo mejor, tú pareces un pervertido.
_No soy ningún pervertido y no quería asustarte. Perdón.
_ ¿Se puede saber con qué derecho vas y me pagas todo el curso?_ quiso saber Ester, sin más rodeos y haciendo a un lado sus disculpas.
_Con el derecho que me otorgó por los inconvenientes que te he causado_ dijo él, luego sonríe con malicia pícara_ y un poco por venganza, por no aceptar ninguno de mis regalos.
_No puedes hacer eso_ objetó ella, sin poder dar crédito a lo que oía_ ¿Primero como una especie de disculpa y a la vez te estás vengando? ¿Estás mal de la cabeza?
_Tal vez, tú me vuelves loco_ respondió Chazz, giño un ojo_ lo bueno es que este es un presente que no tiene devolución, o lo aceptas o lo aceptas.
_ ¿Seguro que no tiene devolución?_ inquirió ella.
_Diez millones por ciento seguro_ comentó él, confiado. Entonces Ester le pega contra el pecho un sobre. Era la quincena de la chica.
_Pues fíjate que te pagaré hasta el último centavo_ alegó ella_ empezando con un pequeño adelanto.
_No gracias, no me gustan las limosnas_ expresó él, incomodo, no por lo que ella le daba sino porque no quería que le devolviera nada <<Ya ríndete y al menos acepta mi ayuda>> quiso decirle, pero no se atrevía.
_O lo aceptas o se lo hago llegar a Fox_ amenazó Ester_ estoy segura de que él, sí que no rechazará el sobre y de que tendrá un linda reprimenda para ti, porque intuyo que no sabe nada ¿Verdad?
Chazz acepta de mala gana el sobre y lo guarda en el bolsillo de la sudadera, si Fox se enteraba de lo que hizo también lo sabría su madre y no estaba para reclamos. Luego ve a Ester, pregunta si eso era todo por lo que estaba ahí, ella dice que sí y antes de que se vaya él la detiene y le pide que lo acompañe a dar una vuelta, a escaparse algún sitio. Ester ve que algo le molesta y decide aceptar su invitación, en el fondo no quería dejarlo solo. Se alejan del hotel y Chazz detiene luego un taxi, diciendo que deseaba ir a Coney Island, ella no se niega, siempre quiso ir ahí. Una vez en Coney Isliand disfrutaron de los juegos de atracción, subieron a la montaña rusa donde gritaron a todo pulmón, Chazz casi perdía la gorra y la peluca; fueron al circo; comieron algodón de azúcar, palomitas de maíz, hot dogs… se divirtieron como nunca, se sentían como unos críos de nuevo. Ester no pudo parar de reír, ninguno de los dos quería que el día acabara. Por supuesto Chazz le colgó todas las llamadas a su insistente madre y no respondió ninguno de sus mensajes rogándole que volviera al hotel; o los de Fox preguntando dónde estaba y por qué no se llevó el Audi.