Mientras conduce hacia donde le indica el GPS que instaló al móvil de Ester, antes de llevárselo y quedarse a verla dormir aquella mañana en Las Vegas, ignora todos las llamadas entrantes de Fox <<De seguro ya habrá notado que me salí del coche y si es inteligente sabrá por qué lo hice, y estará pensando que soy un egoísta. Pero ¿Qué se hace? soy así; me importa un demonio los demás solo quiero encontrar a Ester>> llegó y aparcó junto a la acera, estaba justo cerca del edificio donde ella recibe las clases de diseño. Chazz se bajó del coche y siguió la señal, llegó ante un callejón con el inconfundible olor a basura, pero no tuvo que adentrarse porque quien tenía el móvil de Ester estaba echado contra la pared a la entrada y hurgaba en la bolsa de la chica. El joven abrió el monedero y extrajo todo el dinero, luego se los guardó en un bolsillo donde debía de estar el móvil; el actor le dio un susto cuando sin que se diera cuenta, se le plantara en frente y lo hiciera levantarse cogiéndolo por la sudadera, y acorralándolo contra la pared.
_ ¿Dónde está la chica a la que le pertenecen esas cosas?_ preguntó Chazz, encolerizado.
_Y-yo n-no lo sé…_ el joven estaba asustado.
_No te hagas el inocente o me dices donde está o te mato_ amenazó el actor.
_Vamos, hermano, c-cálmate ¿Vale?
_No soy tu hermano ¿Dónde cogiste esas cosas, a quien se las quitaste? ¿A ella, se las quitaste a ella, verdad?
_Mira, no le quite las cosas a ninguna chica ¿Vale? Se las quité a un vejete, un indigete, hace unos momentos.
_ ¿Y dónde está ese viejo que dices?
_No lo sé, en el mismo lugar o tal vez se fue…
_Llévame al lugar donde lo encontraste y no intentes escapar porque te va a pesar.
Amilanado, el joven conduce a Chazz no muy lejos de ahí, lo lleva un poco más allá del edificio donde estudia Ester, y ve a un anciano harapiento alejándose más y más de allí con andares tambaleantes; el joven le señala que está ebrio y pregunta si se puede ir, Chazz le quita las pertenencias de Ester incluso el móvil y deja que se vaya, luego aborda al viejo, pero éste no parece cuerdo.
_Escúcheme, señor, por favor, esta bufanda_ Chazz coge una parte de la bufanda que el hombre se echó al cuello y se la muestra_ ¿Sabe a quién le pertenece, recuerda a la chica que la llevaba puesta?
_Es mía, yo la vi primero_ el anciano le arrebata la punta de la bufanda que el actor le meneaba ante las narices, se tambaleó un poco de lo ebrio que estaba_ y no te la doy.
_No la quiero, se la puede quedar, pero dígame ¿Vio a la chica que la llevaba?_ insistió Chazz, entonces extrajo su billetera y le pagó unos doscientos dólares al viejo que sonrió y asintió con la cabeza, murmurando chica, como si de repente se acordara de algo_ si me dice lo que sabe, le doy otros doscientos más.
_Yo venía por allá y ahí había una chica, una camioneta negra se detuvo y un hombre con pasamontañas se bajó; luego la cogió por detrás y la subió a la camioneta, con ayuda de otro tipo que se bajó después, también con la cara cubierta. Ella se dejó caer una cartera, yo la cogí, pero un muchacho me la quitó.
_Esos hombres que se llevaron a la chica ¿Dijeron algo, como si hablaran entre ellos?
_Mencionaron algo de: rápido, luego el Bronx, antes de inauguración de edificio en la mañana, un helicóptero…; no escuche mucho y luego se fueron ¿Me va a pagar o no?_ el hombre extendió una mano esperando el dinero que Chazz le prometió.
Le dio el dinero al viejo borracho, pero cuerdo y se alejó rápidamente, fue hasta el Audi y segundos después el motor rugió. Sabía cuál era ese edificio, era el único en inauguración cerca del Bronx, no había más ninguno y además el viejo le dijo sobre un helicóptero, justo en la azotea de aquel edificio había un helipuerto, la pregunta era ¿Cómo es que esos tipo tenían acceso a un edifico de los de su abuelo? Aceleró.
Ester despertó con el frío de una brisa clavándosele en la piel y los huesos, las estrellas resplandecían en lo alto del cielo nocturno, escuchaba a lo lejos el sonido del tráfico ¿Pero dónde estaba? Trató de incorporarse, pero descubrió que tenía manos y pies atados, entonces escuchó unas voces masculinas totalmente desconocidas, miró más allá dándose cuenta de que estaba en la azotea de un alto edificio; trató de escuchar qué decían aquellos hombres cuyos rostros estaban cubiertos y le daban la espalda.
_ ¿Por qué demonios tarda tanto? Ya debería haber llegado_ decía uno de los hombres.
_Estate tranquilo, ya viene ¿Vale?_ dijo el otro, mientras Ester trata de hallar algo con qué soltarse, halló un morral tirado despreocupadamente en el suelo no muy lejos de ella, se arrastró; le llegó el olor a cigarro, el hombre había encendido uno y le ofrecía otro a su compañero cuando ella llegaba junto al morral.
Ester se sentó y sin dejar de mirar a los hombres que seguían esperando algo del cielo en quién sabe qué dirección porque ella no tenía sentido de la orientación estando ahí arriba, hurgaba dentro del morral que debía de ser de uno de ellos; encontró una navaja, sonrió ante el hallazgo y comenzó a cortar la cuerda de las manos, era difícil, pero sabía que debía darse prisa. Soltó sus manos, desató sus tobillos y se escabulló sigilosamente hacia la puerta que marcaba como salida de emergencia.
_ ¿Qué hará con la chica?_ pregunto el otro hombre, cuando ella alcanzó la puerta.
_Imagino que luego de matarla, la arrojará al mar. Por eso nos pidió traer la maldita roca y el saco_ contestó el otro. Al escuchar esto, a Ester casi se le cae corazón a los pies << ¿Matarme, arrojarme al mar?>> ella ve lo que antes no notó entonces, las marcas en el suelo donde estaban parado los hombres, la azotea era un helipuerto; se apresuró a entrar y bajó las escaleras un piso, cruzó una puerta entre abierta a un pasillo con numerosas oficinas vacías y corrió al ascensor_ ¿La ataste bien?
_Si… ¡Carajo!_ el otro hombre se volvió para ver a Ester, pero ella ya no estaba donde la dejó.
_ ¿Qué pasa?_ quiso saber su compañero, tirando el cigarro al suelo y aplastándolo.
_No está, la chica no está_ anunció el otro, con las manos a la cabeza.
_Estúpido, te dije que no dejaras tirado el morral_ espetó el compañero, al ver la navaja y las cuerdas cortadas junto al morral_ vamos.
Mientras los secuestradores se lanzaban hacía la salida de emergencia, Ester cruzaba ya el vestíbulo solitario y con las luces apagadas, llegaba a las puertas de cristal giratorias, salía fuera y se llevó un susto al ver el cuerpo sin vida del vigilante. Corrió hacía la calle y un coche dio un frenazo, casi la arrollaba. Escuchó que alguien se bajaba, pero las luces eran tan incandescentes que no la dejaban ver bien, ese alguien se apresura hasta ella y de pronto la abraza, besa su cabeza. Reconoce ese olor y esos brazos que la rodean.
_ ¡Chazz!
_Me tenías preocupado desde que me dijo Amanda que estabas desaparecida ¿Estás bien?_ él la abrazó más porque ella temblaba, pensando que era de frío.
_N-no lo sé, pero vámonos_ dijo ella_ vámonos ahora, por favor.
_Vale ¿Pero seguro que estás bien, no te pasó nada?_ insistió Chazz, separándola y cogiendo su rostro con ambas manos. La miraba con preocupación.
_No me pasó nada_ contestó Ester.
_ ¿Quiénes te trajeron aquí y por qué?_ quiso saber él.
_No lo sé, no lo sé, me quiero ir, por favor, ya vámonos_ dijo ella.
_Vale, vale, vamos_ respondió él, en ese momento uno de los secuestradores salió del edificio, pero ellos ya habían subido al coche. Chazz pisa el acelerador_ baja la cabeza.
_ ¡Alto, deténganse!_ exigió el hombre, apuntándolos con un arma, Chazz casi le pisa los pies con el coche cuando pasó rosándolo. El hombre disparó, pero no alcanzó a darles, solo dio a la cajuela del coche. Su compañero llegó con la camioneta desde el aparcamiento.
Chazz coge una avenida transitada, esquiva el tráfico y acelera al ver que la camioneta negra los seguía e intenta perderlos. Mientras cogía otra ruta donde casi se lleva por el medio a un motorizado, echó un vistazo a Ester; estaba pálida y no dejaba de ver el retrovisor del copiloto. Él alargó una mano y la aferró en un gesto reconfortante a la muñeca de ella.
_Descuida los perderemos, no dejaré que te cojan ¿Pero por qué demonios te quieren esos tipos?_ Ester no sabía que decir, no sabe quién es esa gente ni por qué la quieren matar; estaba asustada y no podía siquiera mirar a Chazz, que conducía como un loco, ella no sabía ni en donde están ni que avenida era esa, no le interesaba, solo quería alejarse de esa gente. La camioneta les dio alcance cuando Chazz disminuyó la marcha antes de que chocaran contra un camión virando bruscamente; la camioneta les dio en la parte de atrás y Ester gritó_ carajo, si me dañan el coche…
_ ¡CHAZZ!_ le gritó Ester, molesta porque se preocupara por cosas triviales como que le dañen el coche.
_Vale, vale, lo siento; si tan solo pudiera perderlos…_ Chazz había dejado atrás el trafico de Manhattan y se vio obligado a coger el puente que conecta con Staten Island, cuando un mustang negro salido de la nada, le dio de costado; al parecer aquel conductor misterioso, si que no le importaba dañar el coche_ no puede ser… estoy seguro de que son cómplices del que te quiso matar en el casino.
El mustang se adelanta y se le cruza en medio a Chazz dando un frenazo; Chazz frena y se detiene. Tras el Audi se aparca la camioneta, se baja el piloto con un arma y apunta al actor, su compañero llega por la puerta del copiloto y obliga a Ester a bajar cogiéndola del cogote.
_ ¡AH! ¡CHAZZ!
Incapaz de dejar que se la lleven nuevamente y reprimiendo cualquier temor a la muerte, Chazz abre la puerta bruscamente y le da con ella al que le apuntaba con un arma; al hombre se le cae la pistola y el actor la envía lejos de su portador con un punta pie al bajar del coche, luego coge al hombre por el cuello de la camisa y lo golpea contra la capota del Audi. Se dirige corriendo al que arrastra a Ester hacia la camioneta.
_Suéltala imbécil_ exige Chazz. Pero se detiene al ver que el hombre saca un arma y apunta a Ester.
_Te acercas y la mato_ amenazó el hombre.
Chazz se sentía contra la espada y la pared, tenía miedo de que una bala se escapara y le volara los sesos a Ester, el hombre presionaba el arma fuertemente contra su sien. Ella lo mira con el terror grabado en sus ojos, lloraba y le temblaban los labios; Ester sentía el frío del metal en su piel y entonces vio más allá de Chazz quien solo tiene ojos para ella, el conductor del mustang se bajó, no tenía la cara cubierta, era rubio y vestía informal, tenía un arma. Ester quería gritar a Chazz que tuviera cuidado, pero las palabras no le salía y él no parecía percibir lo que ella quería decirle con la mirada; el hombre del mustang ya estaba tras el actor, alzó el arma y lo golpeó con ella. Chazz cayó inconsciente preso de un dolor terrible en el cráneo, Ester lo llama recuperando la voz finalmente mientras su captor la obliga a subir a la camioneta, momentos después mientras la volvían atar, el hombre que Chazz había golpeado antes estaba de regreso y también subía al actor.
_Quédate atrás con ellos, si intentan algo, mátalos_ le ordenó a su compañero, mientras arronjaba dentro a Chazz.
_Vale_ dice el otro. La puerta se corre y rato después ya estaban en marcha. Ester no deja de llorar al ver a Chazz inmóvil_ cállate o lo mato de verdad, CALLATE TE DIGO.