Correr entre los callejones de la ciudad ya era parte de mi rutina diaria
Aunque normalmente escapaba de uno que otro matón o un par de policías, pero nunca juntos, hasta ahora
Entre la calle 68 y la avenida había una cerca que los separaba, ya la había saltado antes y se hizo costumbre escapar en esa dirección
No sabía que los policías ya tenían registradas mis huidas y sabian exactamente mis atajos
Salte hacia la cerca, escalandola lo más rápido que pude.
Escuchaba a los matones gritando mi nombre y amenazas
- nos las vas a pagar, scar-
Un apodo poco original, pero era algo que me caracterizaba, una larga cicatriz desde mi ceja derecha atravesando mi párpado, bajando por mi mejilla llegando a un costado de mi labio
Crecer en las calles no era algo bonito, yo lo descubrí por las malas
Caí de pie del otro lado de la cerca, senti como una mano se posicionada en mi hombro dando un leve apretón
Gire mi rostro, encontrándome con un policía
Retire su mano, e intente huir, pero para mí suerte me encontraba rodeado por varios policías
- vamos niño, estás atrapado, solo entregate- hablo uno de los policías
Levante mis manos en señal de rendición, un policía se acercó intentando esposarme
Lo golpee en la barbilla haciéndolo caer, nunca fui bueno tomando decisiones bajo presión
Odiaba estar esposado, y sentirme atrapado
- iré con ustedes, pero sin esposas- exigí mirando a los policías listos para atacarme
- está bien, Sebastián, sube a la patrulla- me habló Jhon un policía con el cual ya había cruzado caminos
Camine al auto, dispuesto a ir con ellos, no sin antes mirar en la dirección de aquella cerca
Dónde se encontraban los matones que me habían estado siguiendo, me miraban con desprecio haciendo señas
- lo siento, se terminó el juego por hoy, pero supongo que volví a ganar- me burle de ellos, para luego verlos desaparecer
...
Comenzaba a perder mi paciencia, habian transcurrido un par de minutos, solo entre aquellos muros.
El oficial Jhon entro con unos papeles bajo su brazo, camino sin mirarme para después sentarse frente a mi
- Sebastian que haremos contigo está vez?- pregunto sin mirarme- quieres volver al reformatorio? Sigues escapando de las casas hogares que te asignan y para que?-
Comenzo a revisar sus hojas desordenandolas un poco
- Sebastian- su tono molesto cambio a uno comprensivo- ya tienes 16 años, tu madre se fue cuando tenías 11, han pasado 5 años y aún la esperas en el mismo departamento-
- quien dijo que la espero?-
La verdad era que mis esperanzas de que volviera habían desaparecido al año de su partida, pero aquel departamento había sido en algún momento mi hogar.
- Sebastián, ya te asignaron una casa hogar, y es algo gracioso por qué es la primera casa hogar de la que escapaste- sonrió de lado, para el era gracioso
Me entrego una hoja con toda la información, ordenando que ingresará lo más pronto posible
- o si quieres puedo arreglar todo para que regreses al reformatorio, aún están varios de tus amigos, seguro estarían felices de verte-
No tenía que recordarme aquella prisión para jóvenes.
Fue hace 3 años cuando en aquel lugar me dejaron marcado el rostro, con un vidrio roto
Recuerdo haber pensado que perdía el ojo, pero al final fue un rasguño por encima de este
- vamos, te llevaré por tus cosas para trasladarte a tu nuevo hogar-
...
Guarde ropa en mi mochila y un par de cuadernos de dibujo, no quería llevarme más de lo necesario, tampoco era como si tuviera muchas cosas.
- Jhon quisiera pedirte un favor- había algo que necesitaba hacer antes de marcharme
Me miro con duda pero después asintio, talvez noto en mi rostro lo cansado que estaba de correr
Deje mi mochila en el suelo, salí por la ventana de la que era mi habitación, subí por las escaleras de incendio dos pisos
Una suave musica provenía de aquel departamento, que tantas veces visite, tantas noches cuando la soledad me llamaba y no quiera responder
Toque la ventana dos veces y rápidamente mire su melena roja asomarse
Sarah, mi vecina, tendría cuando mucho unos 30 años pero la verdad nunca le pregunté.
Camino hacia mi con una sonrisa, esa sonrisa que me había brindado por varios años
Llevaba su ropa con manchas de pintura, era obvio que estuviera haciendo arte, siempre lo hacía con música
Ella me enseñó a amar ambos
- Sarah- hablé lento pero serio
Ella me miro y en su rostro se formó una mueca de manera triste
- te vas?- pregunto, siempre tan inteligente
Asentí sin mirarla, temia perder el control, no quería que me viera llorar
- Sebastián, se que estarás bien, a dónde quiera que vayas, eres un chico muy inteligente-
Aquella mujer me había adoptado sin saberlo, cuando aquella noche que lloraba por la partida de mi madre, me abrazo y acompaño
Me ayudó a distraerme, me enseñó como dibujar, aunque su arte siempre fue con pinturas de colores y lo mío mas a lápiz.
Perdí la cuenta de cuántas veces nos desvelamos juntos, solo dibujando u escuchando música
- no se por cuánto tiempo me vaya, pero prometo visitarte-
- espera, tengo algo para ti- se adentro a su departamento sin dejarme dar respuesta
Regreso con una sonrisa algo traviesa, extendió su mano entregándome un teléfono celular
- Sarah no puedo aceptarlo-
- así puedes hablarme cuando lo necesites- seguía con su mano extendida hacia mi- no te preocupes este ya no lo uso-