Tuy@ desde el verano

Capítulo 7

-Me voy - informa bajando las escaleras. 

Vestido con una camisa azul de verano, listo para su plan.

-¿Dónde? - lo pregunta mamá.

-A hacer lo que dije que tengo que hacer - responde y va por la puerta.


 

Cuando llegó frente el cine la ve comiendo un croissant de una bolsa arrancando pedazo por pedazo.

-Hola, buen provecho - acercarse, le desea.

-Gracias.

-¿Está bueno?

-Si-i - dudosa por su curiosidad.

-¿Lo hiciste tú o cómprate?

-Mi mamá - responde con la ceja fruncida y sin entender por qué pregunta.

Teniéndola enfrente se toma todo el tiempo que puede para mirar sus ojos. Disfrutando de esos ojos azules que lo miran interrogantes. Volviendo a la realidad, asiente con la cabeza a su respuesta, haciendo la pregunta para que no piensa que es idiota:

-¿Tienen boletos de todo el día?

-¿Quieres estar todo el día aquí? - sin creerlo pregunta.

-Si, ¿qué tiene? Tú estás todo el día aquí, además por el momento no tengo nada mejor que hacer.

-Yo trabajo aquí, por eso te parece que estoy todo el día aquí. Estamos en la playa con los días de sol y tú ¿quieres estar encerrado todo el día? - expresa su incredulidad.

-Si, ¿qué tiene? Me gusta este viaje de los recuerdos por las películas.

-Ok, no tenemos boletos como tales, sin embargo, te haré un descuento - dice encaminándose hacia la caja. - ¿Cuánto tiempo te quedaras?

-No lo tengo claro todavía.

-Está bien, aquí tienes por seis horas. Te pondré atrás un mensaje para los guardias - lo informa.

Cuando le entrego el boleto, se despide diciendo:

-Que te diviertes.

Sin tener otra, Óscar va adentro, feliz por ese pequeño logro de haber podido hablar con ella y hacer menos un paso.


 

-Me gustaría volver a ver a Ingrid - expresa su deseo Reynaldo, sentado en el sofá de cuerdas.

-Si no quieres que te vea, trabaja en la entrada del cine. Sus horarios son siempre variados - le dice Eva.

-¿Cómo le permites volver sola por la noche a casa? Sandra no se lo permite a Klarrisa.

-El cine tiene la última proyección en media noche y como tiene ese dichoso quad está bastante segura.

-¿Por qué no siguió con la escuela? No digo nada en contra que trabaja, pero...

-Fue su decisión y yo no me opuse. Aquí no hay escuelas, lo que significa que deberíamos habernos separado y eso ninguna quiso...

-Tienes razón, te puedo comprender a mí también me era difícil cuando Óscar tomo la decisión de irse, poco a poco nos dejó claro que no tiene intención de volver. Cuando llegó el turno de Klarrisa la pregunta no era ¿si va a ir, sino donde irá? En fin decidió quedarse y matarse acudiendo diario desde aquí a la escuela.

-Creció en una joven hermosa y muy educada. ¿Tú tampoco piensas decir que sabes de qué han vuelto ser amigas?

-¿Tú no les dijiste nada, que no?

-No, no quise delatarte. Vi que tienen sus razones por callar. Reynaldo, Klarrisa tiene miedo, las dos la tienen - poniendo su palma a la de él, le dice.

Al escuchar lo que le reveló Eva, sus ojos llenos de emociones mezcladas pone en ella, preguntando:

-¿Te lo han dicho? - miedo está en su voz, mientras él lucha con sorpresa y arrepentimiento.

-No - bajando la cabeza y quitando la mano, Eva responde. - Me di cuenta por las palabras de Ingrid, ella dijo que no me contó nada por miedo que le dijera, que no por lo que sufrió. Para Klarrisa debe ser más, por como se dieron las cosas - con tristeza deduce.

-A veces me arrepiento de no haber hecho nada. Situaciones como estás me hacen arrepentirme de no haber detenido a Sandra... - mientras lo confesaba, Reynaldo se levantó para colocarse a lado de la ventana.


 

Cuando salió del cine ya eran las cinco, dirigió la mirada a la caja donde ya no estaba la chica. Decepcionado, dirigió la mirada al lugar donde siempre deja su quad y ahí la vio a punto de subirse. Decidió hacer una locura y seguirla, por lo que se montó a su scooter, manejando detrás de ella.

Dándose cuenta de que esta disminuyendo la velocidad, pasa al otro lado de la calle para observar y no ser visto. Ella bajo de la moto y entro en una casa. 

-Aquí vives - concluye anotándose la dirección.

Después de unos minutos que se pasó ahí de pie, ha tomado la decisión de irse.

Cuando estaba a punto de subirse al scooter e irse, la vio salir. Detrás de ella salió una mujer mayor, llamándola:

-Ingrid.

La mirada de Óscar quedo en la mujer, dibujando una sonrisa en sus labios, gratamente sorprendido, murmura:

-Tía Eva.

Mientras mira a las dos, Óscar pasa por un mar de sentimientos terminando riendo de incredulidad.

-No lo puedo creer, de nuevo tú - dice, negando con la cabeza.

Ingrid, la niña por la cual sabía pasar el tiempo apoyado al marco de la puerta del cuarto de su hermana, contemplándola hasta que su hermana no se percataría de su presencia y le cerraría las puertas en la nariz.

Esa misma Ingrid que hace unos días se estaba escondiendo detrás de su hermana y una revista. La niña por la cual jugaba más de lo necesario con su hermana.

Frunce el entrecejo, viendo que desesperado Baldo vino detenerse frente ella y que le está diciendo algo que párese muy grave por sus expresiones y desespero.



#2467 en Joven Adulto
#13115 en Novela romántica

En el texto hay: amor, amistad, ricoypobre

Editado: 01.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.