Tuy@ desde el verano

Capítulo 16

Soltando el aire de frustración, Ingrid continúa cambiando el agua de los floreros.

-Ayer me deshice del ramo - comenta a mamá.

-¿Y como lo has hecho? ¿No me digas que lo tiraste? 

-Me conoces, los entregué a Baldo para Klarrisa.

-Ay, de verdad espero que deja de mandarnos el que sea que lo hace.

-Somos dos y en esta casa ya no entrará ningún ramo - anuncia decidida.


 

Con su sonrisa de satisfacción, Óscar espera frente la casa de Ingrid.

Al salir de la casa, Ingrid se encuentra de nuevo con el ramo sobre su moto, mirando a su alrededor ve a joven que desde días siempre aparece en los lugares donde está.

-¿Quién eres? - lo pregunta cuando él se acerca.

-¿Te gustan? - pregunta con el dedo hacia el ramo en la moto.

-¿Tú eres él que los trae? - pregunta sorprendida con los ojos desorbitados sin esperárselo.

-Sí, soy yo, Ingrid - suspirando, confiesa algo decepcionado.

-¿Cómo sabes mi nombre o donde vivo?

-Nada que no se puede resolver con un poco de seguimiento - confiesa orgulloso. - Y para lo otro te debo decir que tienes una muy mala elección de amigas.

-¿Cuál de ellas te lo dijo?

-Eso no te reveló, pero lo que si te digo es que me decepcionó ver que sigues amiga de Klarrisa después de lo que te hizo - se divierte siendo misterioso.

-¿Cómo tú sabes...? ¿Quién eres? - pregunta Ingrid, ya confundida e irritada con él.

-¿No lo puedes adivinar Ingrid? Y yo que te recuerdo inteligente.

-Eres Rodozo - sin saber ella misma que le hizo pensar en él, lo dice sin ninguna emoción. 

Haciendo una mueca, Óscar habla: 

- Uh, duele cuando me etiquetas así.

-¿Óscar, qué quieres con esto? - pregunta llevando ahora ella la mano en la dirección a las flores - ¿Qué pretendías mandándome las?

-Lo que se hace mandándolas - sonriendo de nuevo con esa sonrisa suya que a ella la irrita.

-¿Tú te comenzaste drogar o los libros te secaron el cerebro?

-Ni uno ni lo otro, mi vida - contesta con una risa.

-¿Entonces a que viene esto? El niño que yo recuerdo era tímido e inteligente, no un bobo.

-Significa que cambie - dice, guiñándole el ojo. - Y lo bobo llega con el amor.

-¿Qué amor, que te pasa? - pregunta con disgusto.

-El que siente este corazoncito y yo - responde con sonrisa, poniendo la mano en la camisa para cubrirse el corazón.

-Estás loco - dice poniéndose en marcha y regresándole el ramo, poniéndoselo en las manos.

Se sienta en la moto y arranca, dejándolo ahí con las flores en la mano y una sonrisa. La confianza en sí mismo no le da el lugar a la rendición, por lo que se va sonriendo con las rosas a la oficina.


 

Al llegar a la oficina, se encuentra con su papá ahí, siendo incapaz de no preguntar:

-¿Qué haces aquí? 

Reynaldo lo mira entristecido y al ver que no le presta la atención que espero, le dice:

-Klarrisa no vino anoche a casa.

-Lo sé, ¿Y? - dice, dándole la espalda mientras arregla el ramo en el florero.

-¿Es mi culpa, que no? - pregunta, sintiendo más mal por lo que pasó ayer.

-No diría - dice con la vista en las rosas. - ¿Qué le has hecho? - pregunta dándose la vuelta, suponiendo que las culpas que sienten tienen fundamento.

-No era mi intención.

-Su invención no es nunca herirnos, sin embargo, siempre lo logran - dice, ocupando la silla.

-Yo solo quería que ella sea feliz y con lo que pasa no lo es.

-¿Adónde vas con esto?

-La presión de tu madre me hizo hablarle con sinceridad y darle mi opinión...

-¡Aaaa! Aquí estamos - lo interrumpe, diciendo. - ¿A ti te parece que yo estoy feliz? Eh, no lo estoy y mírame la estoy apoyando porque es mejor y eso que perderla. De esta manera la puedo tener checadita si nada.

-Y tienes razón, lo mismo debía haber hecho yo. Ahora lo sé, Eva tuvo razón, todo es mejor que perderlos.

-¿Estás viendo a tía Eva?

-Sí, desde que las niñas han vuelto a estar en el contacto, la busque y cuando está difícil busco su concejo.

-Yo también la he visto... Cuando se torció el pie - agrega después.

-¿La harás regresar? - pregunta, levantándose.

-No creo que será necesario, estaba con Baldo y hoy regresa.

Sin saber cómo sentirse con la información, Reynaldo asiente con la cabeza abajo antes de salir de la oficina.

-Vamos - dejando la vista de su padre atrás, se lanza a trabajo.


 

Ya comenzó a oscurecer cuando Ingrid regreso a casa.

-Me enteré quien dejaba las rosas - dijo tirada en el sofá.

-A si y ¿Quién era? - pregunta la madre desde la cocina.

-Óscar Rodozo.

-¡Fue Óscar! - sorprendida, exclama.

-Sí, nunca se me hubiera ocurrido que es él, como sea la ciudad lo cambio es ahora todo un bobo - dice, recordado la mañana.

Eva guarda silencio apoyada en la isla y ocultándole que lo ha visto.

-¿Qué haces levantada? - mirando el sofá donde debería estar.

-Iba a preparar la cena.

-No, vuelve a acostarte. Descansa el pie.

-¿Y qué comeremos? - pregunta, volviendo al sofá.

-No me da la gana de cocinar, así que saldré buscarnos algo - dice, levantándose sin ganas.


 

-¡¿Tú de verdad no comprendes que estás aceptando?! - no vino ni hasta las escaleras de la casa cuando oyó gritar a su madre.

-¡Sandra, ¿Qué quieres que haga?! ¡Intente hablar con ella para que comprenda y lo único que logré era que no viniera a dormir! - responde papá con el grito. - ¡No, ya basta! ¡Yo quiero a mi hija a mi lado y no que no sepa dónde está!

-No puedes estar hablando en serio.

-Lo hago. Quiero que me diga dónde está pasando la noche y no que la paso preocupándome.

Sacando su celular, manda el mensaje a Flavio por no querer estar en casa:

~¿Nos encontramos en el bar?

~Voy de camino.

En el mismo momento se dio la vuelta y abandono la casa de gritos.



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En el texto hay: amor, amistad, ricoypobre

Editado: 01.04.2024

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