Tuy@ desde el verano

Capítulo 17

-¡Ay, no! ¿Por qué él está ahí? - pregunta, disgustada, tirando la mano en la dirección del bar.

-Te dije que necesitamos unos consejos - le contesta Klarrisa, mirando al bar.

-Yo no voy ahí - dijo, tomando la dirección del mar.


 

-Cuando ya somos amigos, ¿te puedo preguntar algo? - pregunta Baldo con inseguridad.

-Si - le responde, poco extrañado por su cambio de actitud.

-¿Qué paso entre Klarrisa e Ingrid? Las escuché nombrarlo, sin embargo, las dos se niegan responder.

Su cara cayó al escuchar la pregunta, por lo que sopla antes de contestar:

-Es una historia muy difícil, pesada, mejor dicho - para explicarle mejor señala el corazón con el dedo. - Todos éramos niños, adolescentes. Klarrisa e Ingrid estaban entrando en esa etapa cuando les paso - le es imposible de continuar, por lo que desvía la mirada.

-¿Qué les paso, algo grave? - pregunta ya preocupado.

-Mi mamá, mamá paso - volviendo a mirarlo revela. - Eran inseparables - dice con una tierna sonrisa. -, arriba - abajo, día - noche, todo el tiempo. Creo que mama no tuvo problema con eso cuando eran niñas, pero ya dejaban de serlo...

Perdido en los recuerdos de esa época, Baldo se quedó mirándolo y esperando que continuara.

Contando las cosas como fueron, las revive:

-Mamá, no - grita la niña arrastrada por Sandra de la casa de Eva que junto a llorosa niña las miran desde la puerta.

-¿Por qué, mama? - pregunto Klarrisa de doce años entrando a casa.

-Ella no te conviene, ¿tú quieres un príncipe, que no? ¿Y consideras que un príncipe te volteara a mirar si tienes tan pobres amistades?

A todas esas preguntas, en las que Klarrisa no tiene respuestas, solo puede bajar la cabeza.

-Cenicienta, Blancanieves, Ariel hasta Barbie, la princesa y la plebeya a ellas las miro - inocente contesta abrazando el osito de peluche.

-Por dios, Klarrisa eso son películas, no la vida real. Aquí nada es como en las películas que miras. No te preocupes, pronto iras en la nueva escuela donde encontraras las amigas adecuadas - con voz más cariñosa le dice, dándole una caricia en la mejilla.

-Pero yo quiero a Ingrid - dice Klarrisa, mirando y acariciando al osito en sus brazos.

-¡No! - exclama. - Ella no - con el tono más calmado dice al ver que asusto a la niña con el primero.

-¿Qué pasa mamá? - viniendo por las escaleras pregunta.

Klarrisa corrió a abrazarlo, llorando, sosteniendo con otra el peluche.

-Dejarán de ir a la casa de Ingrid, desde hoy es estrictamente prohibido acercárseles, ¿Entendido? - pregunta, bajando a su altura para mirarlo a los ojos.

Klarrisa lloro más fuerte debido esa declaración que le rompe el corazón.

-Pasaron dos días en los que Klarrisa intentaba escaparse para ver a Ingrid - vuelve a contar con sus palabras. -, lo que provoco que mamá la tiene vigilada, amenazando de que la mandara en un internado y encerándola en el cuarto.

-¿Todo eso por las diferentes clases sociales?

-Mamá se cree la reina de sociedad y sofisticación, permitir que su hija se relacione con los de clase baja ya no era posible. Bueno, ¿dónde quede? Un día yo llevé a Klarrisa a la casa de Ingrid, escapándonos. Simplemente, ya no me aguante verla así... Klarrisa era más que feliz, pero supongo que presintió algo porque era más una despedida que un encuentro.

-¿Qué pudo ser? - pregunta Baldo, interesado.

Encogiéndose de hombros, prosiguió:

-Ellas reían con los ojos rojos de tristeza, cuando unos golpes nos asustaron a los cuatro, era mamá. Grito, por poco me pego viendo que fui yo él que la trajo y de nuevo comenzó a arrastrar a Klarrisa fuera de la casa, ellas a penas intercambiaron los peluches, llorando cuando mamá sé salió con la suya... Papá se puso de su parte y nunca más se vieron y yo me gané un castigo.

No teniendo más que decir, mira a Baldo en silencio.


 

-¿Qué te pasa? - pregunta Klarrisa, sentándose a su lado.

-Nada - contesta con algo de vergüenza en la voz y jugando en la arena con una piedrita.

-Entonces, ¿por qué reaccionas de esta forma?

-No lo soporto.

-¿A quién?

-Ese de ahí.

-¿Quién?

-Al tonto de ahí - contesta, dirigiendo la mano al bar que le es a espaldas.

-Espera, ¿Estás hablando de Óscar? - pregunta sorprendida.

-¿De quién más? 

-Baldo, también está ahí - aclara. - ¿Qué problema tienes con Óscar? - pregunta confundida.

-¿Qué, no te contó sus estupideces?

-No. ¿De qué hablas?

-Klarrisa - dijo, mirándola. -, la ciudad lo hizo estúpido.

-No comprendo, ¿Qué paso? - pregunta, desesperándose.

-Que te cuenta él - dice, levantándose avergonzada, confesarlo.

-Entonces si no me quieres contar vamos a la mesa - dice enojándose. - Me tienes harta con este tuyo comportamiento de niña - la agarra por el brazo con la intención de arrastrarla hacia el bar.

A pesar de no estar enojada por tener que sentarse en la misma mesa, Ingrid se tira cruzada de brazos y con los labios apretados. Mientas ignorándola, Klarrisa los saluda y se acerca besar a Baldo antes de sentarse.

Mirándolo debajo de las cejas, voltea a preguntar:

-Bueno, me obligarse sentarme aquí. ¿De qué se trata?

-Ahora son los únicos que nos apoyan - contesta Klarrisa, agarrándole la mano a Baldo en la mesa.

-Klarrisa - dice Óscar, afectado por su tono.

-No, Óscar. Papá lo dejo muy claro, no nos apoya.

-Lo sé, ceno en mi casa - informa Ingrid, cruzada de brazos.

-¿Cómo? - sorprendida pregunta Klarrisa.

-Vino a lamentarse con mamá, yo estaba preparando la cena y me pareció de mala educación no servirle.

Óscar suelta el aire por la nariz, antes de decir:

-Menos a alguien.

-¿Qué es eso no entendí? - pregunta Ingrid.

-Que menos con alguien la tienes - le espetó, inclinándose adelante.

-¡Ayy! ¿La quieres? - dice, ladeando la cabeza.



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En el texto hay: amor, amistad, ricoypobre

Editado: 01.04.2024

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