Tuy@ desde el verano

Capitulo 23

-¿Me dices por fin que sucede entre mi hermano y tú?

-Nada. Es él ahí de nefasto - agrega cuando vio la mirada que le está lanzando.

-¿De verdad? 

-Sí, ¿qué más debería ser? 

 Vio acercarse a la persona indeseada, por lo que dijo:

-Ahí viene tu mamá, me escapo - se agachó y se fue.


 

-Hey - lo saludo Flavio desde la puerta.

-Hola - le devolvió el saludo, separando la mirada del monitor.

-¿Vamos al bar esta noche? Tienen planeada una noche - lo pregunto con una expresión que los dos llevaron de adolescentes cuando planeaban travesuras.

Devolviéndole la mirada traviesa, asiente con la cabeza.


 

-¿Qué quieres ahora?

-Que vengas conmigo.

-Siempre lo quieres.

Sabiendo que es una batalla que no ganara, lo siguió resignada.

-¿Qué hacemos aquí? - lo pregunto, cuando entraron en un bar lleno.

Sin contestarle la condujo hacia un hombre.

-Hombre - lo saludo entusiasta el amigo. - ¿Y ella? - lo escucho, preguntar.

-Y ella no quiere estar aquí - respondió en lugar de Óscar.

Ignorando su comentario como siempre, la pregunto:

-¿Qué quieres tomar?

-Quiero ir a mi casa - le respondió.

De nuevo la ignoro y le entrego el vaso unos minutos después.

-Soy Flavio, su mejor amigo - se presentó el hombre, señalado a Óscar y extendiéndole la mano.

-Y yo no quiero estar aquí - dijo, apretándole la mano.

-Ingrid - la reprendió Óscar.

Mirando a su alrededor y no teniendo de otra, se resignó con tener que quedarse.

-Vamos a bailar - le dijo y la jalo a la pista, ignorando su sorpresa y que estaba tomando un trago.

Cansada de ser su obediente muñeca, decidió servirle su propio chocolate.

Con el ritmo de Rombai y Marama "Noche loca" comenzó bailar pegándose a él en movimientos sensuales, queriendo volverlo loco y que de esa manera la deja en paz.

En cambio, él le puso la mano en la cadera.

Movimientos subieron y después de que subió la mano a su hombro mientras bailo, chocó sus labios. El beso los hizo olvidar todo y todos, pegando sus cuerpos y dando la bienvenida a sus bocas, que como las manos estaban en movimiento.

Recuperando la cordura, lo alejo con un empujón y después de estar mirándose unos segundos, abandono el bar corriendo. Dejándolo ahí, sorprendido y sin comprender nada.

Mientras se alejaba, sus ojos se llenaron de lágrimas, las que comenzaron caer antes de que pudo llegar a casa. Al llegar, correo a encerrarse en su cuarto y llora en la cama diciendo:

-Esto es tu culpa. Tú eres el culpable.



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En el texto hay: amor, amistad, ricoypobre

Editado: 01.04.2024

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