Tuy@ desde el verano

Capítulo 30

Pasaba por el jardín del hotel cuando escucho:

-¿Has visto la comprometida del hijo del jefe? - pregunta algún empleado.

-Sí, ¿quién no los ha visto juntos por el hotel? - le respondió lo otro.

-Quien diría que teniendo todo el dinero del mundo, los jefes se fijarían a los de clase baja.

-¿A qué te refieres?

-¿Cómo? ¿Qué no sabes que la hija anda con uno de nosotros, Baldo Engenc y la de hijo, Ingrid, trabaja en la entrada del cine ya de años vendiendo los boletos?

Fue lo suficiente que escuchar para comenzar hervir de furia, apretó los puños y la mandíbula mientras se marchaba a casa.

 

Lo esperaba horas sentada, furiosa en el sofá.

-Por fin llegas - le dijo cuando cerro la puerta.

-No sabía que me esperabas - dijo, acercándose al sofá.

-Escuche algo hoy.

-¿Y eso conmigo, qué? - la pregunto, sacando el labio.

-Porque se trata de ti. Bueno de ti y de tu hermana.

-¿Y qué escuchaste? - pregunto con suspiro, sabiendo que lo espera un sermón.

-Como me humillan con sus pobres relaciones.

Escuchar eso lo puso tenso y perdió el color.

-¿De qué hablas? - intento hacerse el idiota.

-No me humillas más y dime solo una cosa. No se trata de la Ingrid de la que me imagino, ¿qué no?

-¿Cómo quieres que yo sé que te imaginas? - dijo, alejándose y dándole la espalda.

-Es la de Eva Valdez, ¿No? La que era amiga de tu hermana.

-Siguen siéndolo - dijo, dando la vuelta con las manos en los bolsillos.

-Contéstame - exigió con los dientes apretados.

-Si y te dejo claro como lo hice con papá que no les voy a permitir que se entrometan.

-No puedo creer que tuve que enterarme de esa manera tan vulgar. No, tú no puedes estar con ella - dijo, sumida en el impacto.

-Estoy y seré.

-¡No! ¡Yo no lo permitiré! - comenzó gritar, lanzándose hacia él.

-¡No puedes hacer nada! - le devolvió el grito, sonriendo.

-¡Sí, si lo haré! - dijo, pareciendo a una loca.

-¿Qué pasa aquí? - pregunto Klarrisa, bajando las escaleras.

-Nada, mamá se enteró de mi boda con Ingrid - respondió tranquilo y sonriendo, seguro.

-¡No habrá ninguna boda! ¡No con ella! - dijo histérica, alejándose de él.

-Mejor cálmate y deja de hacer berrinches - dijo, enseñando muy poca importancia por su arranque.

-No, no, tú no puedes estar con ella.

-No busque ni buscaré tu permiso.

Algo más calmada y con las manos en las caderas le dijo:

-Es tu hermana.

-¿Qué? - pregunto con el aliento apagado y congelado.

-Lo que escuchaste, que Ingrid es tu hermana.

-Eso no puede ser - dijo Klarrisa.

-¡O si puede! ¿O por qué crees que de repente las separe? Pregúntale a tu papá si no es cierto que él y Eva eran amantes. Mientras te llevaba a jugar... - continuo con el movimiento de la mano.

-Estás mintiendo, lo estás diciendo solo para salirte con la tuya - dijo, estremecido.

-Averígualo y te darás cuenta de quien miente - contesto firme.

Sin saber qué hacer, corriendo se fue de la casa con el fuego y las lágrimas adentro.

 

-¿Eva, que Ingrid nunca pensó en estudiar? 

-Para serte sincera a mí me hubiera gustado, pero ella nunca dijo nada y como no teníamos dinero con que pagar todo eso, yo no le insistí. 

-¿Y su padre, por qué no lo buscaste con él? 

-Por favor no me hagas reír - dijo entre risa.

-¿Cosas siguen así? 

-Vente años no sabemos de él, Ingrid apenas lo recuerda. Hasta ni no usa su apellido, es su padre solo en el papel. Cuando cumplió mayoría de edad se registró utilizando el mío. 

-Bonito gesto. 

-Sí. A pesar de que en el principio no lo pensé así, es como si fuera bastarda, en fin la críe sola, así que puede y que sea.

-Eva, no hables así y no seas tan dura. Fuiste su única familia y con eso te demostró cuanto te respeta, en cambio, de alguien que se fue sin preocuparse.

 

Sintiéndose como un niño de cuatro años llorando como lo hace, Óscar se detiene frente al cine. Mirando directamente al amor de su vida que está sonriendo al cliente y que del hoy podría ser su...

Incapaz y de pronunciarlo, limpia las lágrimas y se acerca a la caja redonda donde está.

-Tenemos que hablar - dijo lo más frío que pudo.

-Hola, ¿cómo estás? ¿Nada? - sonriendo lo saluda y pregunto.

Verla tan en paz y sonriendo, cubre la boca con la mano cuando las lágrimas irrumpen de nuevo.

-¿Qué pasa? - lo pregunta ella, con la preocupación en su voz. - ¿Óscar, que sucede? - lo vuelve a preguntar cuando él le daba la espalda.

-Mi mamá se enteró de nosotros.

-¿Y eso te tiene así? - pregunto, casi riendo.

-No. Lo que me dijo después...

-¿Y qué es eso? - pregunto, enseñado su fastidio.

-De que tu mamá y mi papá tuvieron una relación y de ella a ti - dijo como muerto.

La miraba procesar la noticia de la aturdida al abrir los ojos más de la cuenta y al final a romper a reír.

-¡Por dios! ¡¿Y le creíste?! - dijo, riendo hasta las lágrimas.

-Ingrid. Esto es en serio, no me pareció que miente.

-No, no mienta, lo inventa - lo corrigió.

-Se lo dijo y a Klarrisa.

Ella permaneció callado, por lo que él continuó expresando lo que rondo por su mente de camino a ella:

-¿Nunca hablaste con tu papá? Quiero decir desde que él se fue. ¿No sabes del motivo? ¿O lo sospechabas? Porque tendría sentido que se fuera por eso o que nunca te busco.

A todo eso ella solo lo miro a los ojos, invadida por las mismas dudas que él.



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En el texto hay: amor, amistad, ricoypobre

Editado: 01.04.2024

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