Tuy@ desde el verano

Capítulo 31

Su paciencia se agota, por lo que se levanta y comienza a caminar nervioso.

-¿Puede tranquilizarte? - lo pregunta Klarrisa que se encuentra sentada a lado que abandonó.

-No puedo esperar más, la incertidumbre me mata. ¿Tú sabes que significa esto? - se explica, preguntando.

-Sí, lo sé. Lo estoy viviendo. No de la misma manera que tú, pero lo estoy viviendo.

La puerta de la casa se abre y se sienta. Papá entra con indiferencia hasta sonríe al verlos sentados.

-Hola - los saluda. - ¿Paso algo? - los pregunta al ver sus expresiones, borrando su sonrisa.

-Eso es lo que tú nos vas a contar a nosotros - le dijo. - ¿Es cierto que engañaste a mamá con Eva?

 

Apuradamente, entro en la casa, gritando:

-Mamá.

-Aquí estoy - dijo sonriendo. - ¿Qué pasa? - la prosiguió a preguntar.

-¿Es mi padre el que siempre me hiciste creer?

-¿Qué pregunta es esa? - la pregunta con la expresión congelada.

-Una razonable, teniendo en cuento lo que acaban de oír mis oídos - contesta.

-¿Y de dónde viene eso? ¿Qué oíste? - pregunta, sin ser consciente de lo que se le viene.

-Que fuiste amante de Reynaldo Rodozo quien es mi padre - dijo muerta por fuera y temblando de dentro.

-¿Quién te contó eso? - la pregunto mamá con la mirada al piso.

-¿Importa?

-Sí.

-La señora Rodozo se lo contó a Óscar.

-Claro - dijo y se fue a sentar.

-¿Entonces? - la pregunto, acercándose.

-No, él no es tu padre. Eso fue después, cuando ustedes ya eran niñas - confiesa.

La declaración la manda hacia atrás. La liberación que siente se mezcla con la pesadez de la verdad y la mira con los ojos llenos de lágrimas, encontrándose con la misma mirada.

-Era un error - fueron las próximas palabras de su madre.

 

-¿Dónde vas? - pregunta, viéndolo subir las escaleras por dos.

Junto a Klarrisa lo sigue al piso de arriba.

-¡¿Cómo pudiste hacer esto?! - lo escuchan gritar a mamá. - ¡¿En qué pensaste cuando les contaste eso?!

-¿Y qué querías que permanezca callada por siempre y permita que mi hijo se casa con la hija de esa? - pregunta, tranquila mamá.

-¡Esa cosa está en el pasado y ahí debió quedarse!

-¡Ay, no! ¡A mí no me eches la culpa de tus malas decisiones! Yo hice lo que tuve que hacer y lo vuelvo hacer si eso va a impedir que mi hijo se case con una ...

-¡No te atrevas! - la interrumpió papá, gritando.

-¿Y qué la verdad duele? - lo pregunta con una sonrisa triunfante.

-Solo por qué tú estás herida y tu orgullo no te permite mirar más lejos del cristal, no significa que mis hijos van a sufrir un matrimonio sin amor. Porque no creas que no sé lo que estás tratando de hacer.

-¡Decir la verdad!

-¿Y qué es la verdad, según tú?

-Que muy bien sabes que Ingrid es tu hija.

-Tú está loca - le contesto.

-¿Entonces no es cierto? - pregunta la pequeña voz de Klarrisa a su lado.

Papá los volteo a mirar.

-Por supuesto que no. ¿Qué piensas que soy? 

-Un mentiroso infiel - responde mamá en su lugar.

-Tú cállate que suficiente mal has hecho - le dije papá, volteándola a mirar con una mirada que mata y la voz que lo dejo frío. 

-Es verdad - afirma, levantando la barbilla.

-Vamos abajo y les explico - los pide.

Sin esperas sus respuestas se va de la habitación. Sintiendo la necesidad de saber todo lo sigue.

Deteniéndose en la mitad de las escaleras, dice, sin voltear sé:

-No, mejor, nos vamos afuera que aquí no se puede hablar - dejando evidente su enojo hacia mamá.

 

-Habla ahora - lo apura cuando se sentaron en el sofá de la oficina.

-Está bien - dijo papá con la mirada abajo. - Aclaramos algo al principio, Ingrid no es mi hija - dijo, mirándolos a los dos en los ojos.

-Pero, mamá... - comenzó decir Klarrisa.

-Olvídate de tu madre - la interrumpió papá. - Es cierto, Eva y yo tuvimos un romance, el que comenzó cuando ustedes tres ya nacieron. 

-¿Cómo pretendes que te creamos después de que has estado mintiendo tanto tiempo? - lo pregunto.

-Porque nunca lo hice. Ya pasaron los años desde que el padre de Ingrid se fue. Ustedes dos se volvieron inseparables y la amistad que había entre nosotros se nos fue de las manos - dijo, mirando a Klarrisa. - Con tu madre apenas había contacto con todas sus beneficencias y ese deseo de ser importante - dijo ahora mirando a él.

Escuchaba una historia que no quería escuchar y que, sin embargo, es necesaria.

-Cuando lo descubrió descargo su ira contra ustedes y se volvió más ambiciosa - dijo mirando a Klarrisa y después a él. - Y eso es toda la historia - termina diciendo.

Sintiéndose todavía inquietos, se miraron el uno al otro y con sus miradas comprobaron que los dos no saben qué creer.



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En el texto hay: amor, amistad, ricoypobre

Editado: 01.04.2024

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