Enzo Golgoni
El bar se detuvo con mi entrada, todos me conocían y respetaban o como yo le llamo, me temen. Pero me da igual, no vivo de ellos solo de sus almas, camine por el extrabajante lugar rumbo a el balcón donde se encuentra el dueño, Daniel Vannu, un hombre de negocios bajo cuerda que usa la fachada de este club para lavar dinero de la mafia. Mi mafia. El hace poco me dió la información que el hombre que llevo buscando se enamoro de una bailarina de aquí y que venía todas las noches por ella, eso es bueno ya que significa que está confiado
Subí con paso firme al balcón donde me encontré cara a cara con el señor Vennu, el solo me extiende la mano en forma de saludo y lo le corresponde
— señor Golgoni, un gusto verlo- intento sonar seguro pero ví atravez de el, tiene miedo
Asentí con la cabeza, y me sentí en un sofá que da vista a la pista que estaba por comenzar el show, o eso supuse porque las luces se fueron descaneciendo y la música subiendo
—¿donde está?- hablé serio
Vennu solo me miró algo nervioso, sabe que lo mataré si no me da respuestas rápido
—el siempre pide a orquídea después de el show de dalia- hablo en clave
Nunca entendí porque tiene eso nombres para sus bailarinas, pero parece tan estúpido. Son solo bailarinas no tiene que protegerlas
—no tengo paciencia- lo mire
—el show de dalia solo dura unos minutos, después lo guiare a el vip donde el se encuentra- se enderezó- por lo pronto, disfrute del show, se lo aseguro, no se arrempentira, dalia es mi
—aviseme cuando acabe-hable
Me levanté de mi lugar, no tenía tiempo para ver a unas bailarinas moverse y ofrecerce a los hombres, ni ver a una mujer que piensa que es superior por estar en un escenario. Camine hasta una terraza para poder fumar un poco, es lo único que me logra centrar, a lo lejos escucho la música y los gritos, supongo que el show ya inicio. Distingo un nombre sobre todos
DALIA
El nombre de la estrella del lugar, o eso me informaron cuando investigue sobre aquí, nunca profundice sobre quien era esta mujer y su nombre de verdad, lo que si me parecía interesante era su apodo... Las dalias eran la flor favorita de mi madre, eso me hace nunca querer conocerla
Mientras mi cigarro se consumida escuché como la música desaparecia, supongo que el show de dalia termino, camine para volver al interior mientras seguí fumando. Vi por el reojo como todos aplaudían mientras un presencia que me causo curiosidad ya que no pude verle la cara salía del escenario contorneado sus caderas con cada paso. Llegué a donde estaba el señor Vennu quien con sus hombres me esperaban
—no puede haber nadie cerca- hablé serio
—como quieras, pero no dañes a la bailarina - dijo suspirando- perdería mucho dinero si la matas
Lo mire sin expresión, la verdad, me importa como y nada lo que él quiera, si esa bailarina se cruza en mi camino tendré que matarla y desaparecer el cuerpo. El entendió por medio de mi silencio y me guío por un pasillo que nos llevó a un lugar lleno de puertas bastante caras, pero se notaba que no era de valor alguno
Hasta que llegamos a una, casi a la mitad del pasillo, se escuchaba una leve música adentro un risa
—la bailarina no a llegado, me informaron que está con otra bailarina- dijo Vennu cuando uno de sus hombre se acerco- el está solo hay
Eso me hizo sonreír un poco, el espera un espectáculo y yo le daré uno, con un solo movimiento de mi mano mis hombres tomaron posición
—se puede ir- hablé mirándolo y el asintió y acato la orden
Mi hombre me miró si estaba listo para que el pudiera abrir la puerta, yo asentí mientras me soltaba las mangas ancioso por lo que se venía. Mi hombre acato y abrió la puerta en la que solo yo entre, le ordene a los demás que se escondieran para que nadie sospechará y ingresen. Escuché al maldito hablar por celular y camine detrás del escenario para escuchar mejor
—por favor, ese cabron no se dará cuenta- hablo en alemán- ¿Enzo?, no juegues, es solo un niño jugando a ser un alfa rudo. Nunca se atreverá a hacer nada contra mi
Camine con cautela acercándome, sus palabras no me afectaron ni poquito estaba más que acostumbrado a los rechazo. Camine al mini bar que había en la habitación y tome un cuchillo que era para las sandías para el cóctel favorito de el ( aunque parecía un machete). El ni siquiera se fijó en mi movimento solo seguía hablando por celular en un tono egocéntrico, subi el volumen de la música
—no te preocupes, el negocio será todo
¡¡Aaaaaarjjhjhdhsa!!
gritó, y fue música para mis oídos, soltó otro cuando quite el cuchillo de su pierna derecha
—¡¡bastardo!!- gritó con todas sus fuerzas
—vamos... Termina tu conversación - le respondí también en alemán
Sonreí al ver el miedo en sus ojos, me reconocí, se nota en como su cuerpo temblando por el miedo, dolor y perdida de sangre, es la mejor sensación que se puede obtener por la vista
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Editado: 17.04.2025