Tuya y en problemas

Capítulo 4

Erick

 

—Buenos días ¡Me enuncias con mi madre! —le dije a la secretaria de presidencia de la empresa familiar.

—Buen día, señor Brown, enseguida lo anuncio ¡Puede tomar asiento en la sala de espera! La señora Isabella está en junta con accionistas —me informo y tuve que hacer lo que me pedía, ya que si no hacía buena letra mi madre cumplirá su amenaza y pondrá al bueno para nada de Stefano.

Mientras esperaba recordaba a la profesora de marketing de la universidad, como es posible que no me recordara al verme, ni bien ella ingresó en el aula la reconocí.

—Señor Brown dichosos los ojos que lo ven —dice al verme Jefferson mi mejor amigo quien trabaja en el área de contabilidad en la empresa.

—¡Lo mismo digo! —me levanto de mi lugar y nos fundimos en un abrazo.

—¿Y como te sienta la primera semana de universidad? —me pregunte y la rubia vino a mi cabeza.

—Nunca pensé que sería mi mejor año —él me miro como no entendiendo.

—¿De qué hablas? Hace una semana atrás odiabas tener que ir ¡No me digas que te enamoraste!

—¡Patrañas! Eso no sucederá nunca, pero si debo confesar que se trata de una rubia con lindas curvas para pistear.

—¡Oye que estás hablando de una mujer! —dijo en defensa de esa mujer, pero era imposible no hablar de autos si eran mi debilidad.

—Lo sé ¡Tranquilo! Solo es un hobby.

—¿Quién?

—Pues quien más ¡La rubia! —le respondí.

—Cambiando de tema porque voy a hacer que te creo que tu hobby no te interesa…

—No estoy entendiéndote.

—Si mezclas mujeres con las carreras es por algo ¡No lo niegues!

—¿De qué querías hablar? —le dije para dejar el tema de la rubia zanjado.

—¡Si ves que tengo razón! Pero hablando en serio agradezco que estés aquí porque me llamaron para que corras en la próxima competencia ¡Que respondo!

—Que si obviamente, nada ni nadie va a hacer abandonar mi pasión.

—Entonces pásame los horarios de la universidad para ver qué días pedimos el autódromo para hacer las prácticas, también tenemos que ver los modelos nuevos y los sponsors.

—Te los enviaré al mail y postea algo en nuestra fan page, así la competencia se prepara porque Erick Brown volvió con todo.

—¡Como tú digas campeón! Ahora debo irme o tu madre va a despedirme —salió hacia el área en donde estaba la sala de conferencias, mientras yo seguía allí sentado esperando por mi madre.

Pasado veinte minutos más las puertas de la sala de juntas se abrieron y todos los accionistas y socios salieron de allí.

—¡Erick! A mi oficina —dijo mi madre como si aun fuera un niño de 10 años, hice lo que me dijo, ya que necesitaba hablar con ella.

—Hola madre, vine a darte buenas noticias —dije al entrar y luego tomé asiento al frente de su escritorio.

—Te escucho, espero sea rápido, tengo una reunión en media hora —dijo ella mientras escribía en su iPhone.

—Como quieras, solo vine a decirte que mi asistencia a clases es perfecta ¡Necesito me liberes mis tarjetas de crédito! —al negarme a volver a la universidad, ella bloqueó todas mis cuentas y obligado tuve que hacer lo que ella quería.

—¿Era eso? —me pregunto y por fin dejo el móvil sobre la mesa de su escritorio, me miro un instante como estudiando mis movimientos.

—¡Si! No puedo vivir sin dinero, como te dije ¡Ya cumplí!

—Erick Brown liberaré tus cuentas, solo espero tus calificaciones sean buenas y no quiero faltas.

—Madre soy grande, no crees que es mucho.

—No y no olvides que las reglas aquí las pongo yo…

 

 

Cassidy

 

Mi segundo día laboral había llegado super rápido, mis clases en la universidad eran lunes y jueves, me había preparado mentalmente para no caer en las trampas del joven Brown a quien investigue al leer su legajo personal y para suerte es un poco mayor, peor aún menor para mí, ya que tengo 27 años y el 24, era una maldita mala suerte mi vida.

—Buenos días —dije al ingresar en el aula y todos al verme me saludaron, ignoré la presencia de él, quien se había sentado al frente, pero su cara sonriente no me ayudaba para nada.

—Iniciaremos la clase desarrollando las respuestas que entregaron el lunes.

—¿Estaban mal? —pregunto una alumna.

—No precisamente, pero sus respuestas eran muy básicas, note que varios hicieron copy and paste, lo cual no está mal, pero ustedes son alumnos universitarios, me gustaría ver un resumen más elaborado con base en su aprendizaje a lo largo de estos dos años que transcurrieron de la carrera.

—¿Eso quiere decir que tenemos que volver a hacerlo?

—¡No! Porque mi intención es avanzar en el programa, les daré la opción de elegir un punto para que desarrollen, mínimo tres hojas les pido, es una materia semestral, lo que quiere decir que será corta.

—¿La evaluación final será promocional? —consulto un alumno del último.

—¡No! Mi materia la pueden rendir al final del semestre o al finalizar las clases.

—¡Tengo una duda! —dijo él y me puse nerviosa, pero debía mantener la calma.

—¿Cuál? —le respondí mirándolo fijo.

—¿Le gustan los orales? —su pregunta me confundió y enfureció, pero debía mantener la calma.

—¿Perdón?

—Si como escucho, el examen será oral o escrito —el alma volvió a mi cuerpo y sonreí falsamente.

—No lo sé aún ¡Ahora por favor hagan el trabajo! —mientras la clase transcurría note que él me miraba y eso me molestaba.

—Los que van terminando, van pasando a sala de conferencia para ver un video sobre los diferentes métodos de mercadeo…

Al cabo de 20 minutos él se levantó y me llego su informe, su provocación me molesto al leer nuevamente su tarea firmada como alma libre.



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En el texto hay: amor, profesora, alumno

Editado: 04.04.2022

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