Twilight frente a la oscura marcha marcial - Pt 01 | Fanfic

La llegada de la medianoche II

El Tartaro, una hora antes del día del "Festival de las Dos Hermanas".

Ubicado en una de las regiones más hostiles de Equestria. Esta infame prisión mantiene cautivos a los monstruos y criminales más peligrosos de todo el reino. Para cualquier poni, no era difícil imaginar la clase de vida que le esperaría al desafortunado que cayera en ella.

Una vida de encierro claustrofóbico. Acompañado de una soledad que devoraba el alma más rápido que la misma hambre al cuerpo. Un día a día que parecía repetirse eternamente. El prisionero solo podía soñar en despertar algún día de aquella pesadilla. 

Si, todo este sufrimiento era de conocimiento común entre los ponis. Pero, en un lugar escondido del Tartaro, otro tipo de sufrimiento estaba desarrollándose.

Balor de Cunabula, miembro de los Caballeros del Orden y portadora del elemento de la Magia. Se encontraba soportando una incómoda e inusual situación.

" ... créeme querida, te imaginaras el escándalo que causo Morron cuando se enteró que Raimi ya me había propuesto matrimonio ese mismo día. Claro que YO no había aceptado su propuesta y tenía que habérselo dicho. Pero verlo con las plumas al rojo vivo, fue todo un DELEITE."

"Vaya que la tienes fácil. Déjame adivinar que sucedió después. ¿Se batieron en un duelo a muerte?"

"Como si tuvieran la cresta para hacerlo. AMBOS SE DESAFIARON EN UNA COMPETENCIA DE CANTO."

Las risas llenaron la habitación.

Esta era una habitación que no debería existir en aquel lugar. Tenía velas aromáticas colgando del techo como candelabros. En las paredes se mostraban hermosos relieves coloridos que se asemejaban a las olas del mar. Tres estanques de agua estaban espaciados irregularmente en el piso con escalones de piedra para facilitar el acceso. Incluso había un tobogán que conducía a la piscina más grande.

Todo el lugar tenía la apariencia de ser una casa de lujo SPA. Y de hecho fue construido con este objetivo.

Morrigan y Ceridwen se encontraban charlando en el estanque más grande. Habían comenzado su baño hacía menos de una hora. Pero para Balor, que se encontraba en el estanque más pequeño, le habían parecido días de charla insulsa. Momentos como este hacían que la Draco Dragon lamentara haber tenido que liberar a sus compañeros. Por supuesto esta era una queja infantil y no podía compartirla con nadie más. Sin embargo, ella realmente deseaba que ese par de aves chismosas terminaran ya su baño y se fueran. 

Sumergida hasta la nariz por el agua. Balor esperaría lo necesario para poder continuar con su baño de purificación.

"... bueno al final mi padre termino por rechazar a mis pretendientes. Eso me ahorro tener que hacerlo por mí misma. Aunque siendo honesta me sentí mal por Morron" dijo Morrigan mientras se disponía a tomar uvas de una canasta.

"¿De veras?" respondió inquisitiva Ceridwen que había terminado de pulir las escamas de su cola.

"Mmm ... No" 

Mas risas llenaron la habitación. Ceridwen noto como su compañera Draco Dragon hacia burbujas en su estanque.

"Vaya, vaya, parece que el jabón floral realmente no sirve para limpiar el mal carácter. ¿Acaso interrumpimos tu baño de purificación querida amiga?"

"Si, así es" Respondió una malhumorada Balor.

Ambas se miraron confundidas.

"Pensé que realizabas tu baño de purificación en tu propia habitación" Pregunto Morrigan.

"Cierto. Pero hoy tuve la idea de probar el SPA. Después de todo, yo misma fui quien lo creo."

Ceridwen frunció el ceño. 

"A ti nunca se te dan ideas tan a la ligera. ¿Sucedió algo?" Ceridwen pregunto seriamente.

"Nada que pueda decirles" 

"Si tiene que ver con Danu entonces no tienes que decírnoslo. Ya sabemos que te pidió que nos vigilaras."

"Puff" Balor resoplo. "El solo se preocupa por nosotros. Deberías ser más comprensiva con los sentimientos de nuestro líder querida Morrigan" 

Ceridwen se rio del sarcasmo de su amiga.

"Tengo una clara comprensión de lo que siente por nosotros. Sin embargo. ¿Porque lo defiendes?" Pregunto Morrigan.

"¿Eso hago?"

"Si. Como cuando defendiste su ridículo plan de tres años para derrotar a la princesa poni y sus aliados. Tú sabes que bastaría uno de nosotros para acabar con ella en menos de cinco minutos." Había un ligero desprecio y arrogancia en aquellas palabras.

"Ahh querida Morrigan ... te repetiré lo mismo que dije a los otros. No funcionara. Si solo se tratara de la princesa poni y sus amigas, incluso las otras princesas, sería difícil. Pero olvidas al Señor del Caos. Mientras este con ellas no podemos hacer nada que no pueda revertir. En el mejor de los casos, si triunfáramos, ese maldito draconiqus buscaría venganza. Terminaría causando alguna calamidad igual o peor que la ocurrida hace mil años. Danu no se equivoca en tener que esperar los tres años para poder usar nuestros elementos de la armonía y así sellarlo para siempre. Además... ¿Cualquiera de nosotros? Tú no eres MUY UTIL sin tus marionetas."

"Oh, eso crees. Es lamentable tu IGNORANCIA sobre la magia de los Urutaú."

"Se lo suficiente. Como lo inservible que es contra pociones de viejas curanderas."

"TU... necesitas que te enseñe el verdadero poder de mi gente." Dijo Morrigan con ardiente ira, en un momento un aura negra envolvía sus alas y sus ojos se inundaban con una lechosa negrura.

"Bien. Aprender algo nuevo nunca me ha molestado." Dijo Balor desafiante, poniéndose de pie en posición de combate.

El tranquilo SPA se llenó de tensión en un instante.

"BASTA" Ceridwen se interpuso entre ambas con una larga barra de plata que hizo aparecer con su magia. "No debemos pelear entre nosotras. Morrigan, Balor. Pueden parar este desagradable malentendido y disculparse."

Ambas se miraron por un breve momento.

"No es un malentendido." dijo Morrigan.




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