Twilight frente a la oscura marcha marcial - Pt 01 | Fanfic

Entre la armonía y el orden II (P1)

Los Wonderbolts volaban en una cerrada formación en V, rozando el suelo. Esta disposición dejaba poco espacio para maniobrar, haciéndolos vulnerables a un ataque desde tierra, pero era ideal para pasar desapercibidos a largas distancias. La capitana que lideraba dio una señal, y el equipo de pegasos rompió la formación, elevándose rápidamente hacia el cielo en distintas direcciones, entremezclándose con las nubes.

Twilight, junto a los soldados de la Guardia Real, observaba todo desde una colina mientras los Wonderbolts continuaban revisando el perímetro desde el cielo. Momentos antes, les había ordenado llevarla al lugar del secuestro lo antes posible, pero ellos se opusieron, argumentando que era imprescindible realizar primero una inspección completa para asegurarse de que no hubiera más amenazas, además de identificar la mejor ruta de escape en caso de que la situación se saliera de control.

Twilight no tenía intención de huir y dejar atrás a sus amigas o a cualquier otro poni, pero sabía que las normas de seguridad y prevención eran esenciales en situaciones como esta. Resignada, aceptó la decisión.

"¡Peligro, peligro! ¡Qué terrible, qué terrible!" clamaban en pánico los rebaños de ovejas desde la llanura. Sus voces llegaban hasta Twilight, quien las observaba con lástima mientras huían en dirección opuesta a su llegada.

No podía culparlas por hacer tanto ruido; ella misma sentía algo de miedo. Frente a la colina donde estaba reunida se encontraba la fuente de su temor y la causa del pánico de las ovejas.

Una enorme nube oscura con forma de yunque se alzaba en medio de la planicie, cortando el camino del tren. No era raro que algunos nubarrones de lluvia escaparan del Bosque Everfree y terminaran perdidos en ese lugar. Sin embargo, aquella nube tenía una forma tan absurdamente perfecta y definida que no dejaba dudas sobre su origen antinatural. Era una nube creada con magia, parte del plan del criminal que había tomado el control del tren de Ponyville a Canterlot.

Twilight entrecerró los ojos, reflexionando. ¿Cuál era ese plan? A pesar de las muchas ideas que cruzaban por su mente, las apartó de golpe. No tenía sentido especular; pronto llegaría al fondo del asunto.

Desde su posición, vio cómo los Wonderbolts regresaban, acompañados por un miembro de la Guardia Real. Liderado por Spitfire, el grupo de pegasos aterrizó con disciplina frente a Twilight.

"Princesa, hemos revisado el perímetro y no encontramos nada sospechoso que indique la presencia de cómplices del captor. Sin embargo, nos ha sido imposible atravesar la nube suspendida sobre el tren. Es demasiado densa y está rodeada por un viento mágico que nos repele", informó Spitfire con un tono más grave de lo habitual.

"Entiendo. Gracias, capitana. ¿Y cuál es la situación en el tren?" preguntó Twilight con calma, dirigiéndose al guardia que los había acompañado.

"No ha habido cambios, Princesa. Los rehenes se encuentran bien, y el captor no ha modificado sus exigencias. Sin embargo, recalca la urgencia de verla de inmediato o cumplirá sus amenazas", respondió el guardia con evidente molestia. Twilight notó que tanto los Wonderbolts como el resto de la Guardia Real compartían ese sentimiento. Ella misma sentía lo mismo, pero sabía que no podía permitir que esos sentimientos nublaran su juicio. Necesitaba mantener la mente lo más clara posible para tomar las decisiones correctas.

"Está bien, sargento. Regrese y dígale que estaré allí en un momento", ordenó Twilight. El guardia partió rápidamente.

Entonces, se volvió hacia los Wonderbolts y les instruyó que continuaran inspeccionando el terreno. Una vez que terminó de dar sus órdenes, Twilight, con una mirada decidida, alzó el vuelo y se dirigió hacia la oscura nube.

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Bajo la sombra de la ominosa nube, todo estaba sumido en una profunda oscuridad. Durante el vuelo, Twilight encendió su cuerno, proyectando un suave resplandor que iluminaba su camino. Siguiendo las vías férreas, llegó al tren detenido. Tal como le habían informado, el tren se encontraba en buen estado y los pasajeros aún se mantenían en calma. Considerando las circunstancias, el temple de los rehenes era admirable, especialmente porque no estaban solos en aquel lugar.

"Grrrr." Una serie de gruñidos y graznidos rasgó el silencio cuando Twilight llegó al vagón donde se encontraba el captor.

Una multitud de gallo-dragones rodeaba ambos lados del vagón, y algunos incluso se posaban en el techo.

Twilight respiró hondo antes de descender lentamente al suelo, donde la esperaba el guardia real que había enviado previamente. Los gallo-dragones, como obedeciendo a una señal invisible, comenzaron a retroceder y alejarse del lugar. Esas criaturas también eran parte del plan del captor, y su presencia solo incrementaba las preocupaciones de Twilight mientras reflexionaba sobre las exigencias que le habían impuesto.

En primer lugar, pedían la presencia inmediata de la Princesa Twilight en el lugar. En segundo lugar, solo podía acercarse al tren acompañada, como máximo, por un guardia personal. En tercer lugar, no tolerarían ningún intento de usar la fuerza para liberar a los rehenes, o de lo contrario, empezarían a reducir la cantidad de pasajeros. Finalmente, insistían en que solo deseaban conversar y no lastimarían a nadie si se cumplían sus condiciones.

Twilight aterrizó con gracia y observó el vagón frente a ella. Era el mismo en el que, en tantas ocasiones pasadas, había compartido momentos especiales con sus amigas. Ahora, ese mismo vagón servía como prisión para ellas, bajo el control de un misterioso secuestrador.

Un torbellino de emociones la invadió, pero predominaba una en particular: estaba profundamente molesta.

"La Princesa Twilight Sparkle ha llegado. Esperamos su respuesta", anunció el guardia real con voz firme.




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