Twilight frente a la oscura marcha marcial - Pt 01 | Fanfic

Entre la armonía y el orden II (P4)

"Poof". El grupo de amigas ponis cayó con un golpe sordo, con Pinkie Pie aterrizando sobre ellas. La teletransportación había sido exitosa, pero en el último segundo antes de que el hechizo se completara, Pinkie Pie realizó un salto imprudente que perturbó la teletransportación de Twilight. El resultado de su arriesgada acción y las circunstancias únicas del hechizo provocaron un efecto de rebote, haciendo que todas ellas cayeran desordenadamente una sobre otra.

"¡Ay... Pinkie!" exclamó Twilight desde debajo de la pila de ponis, todas enredadas y desorientadas.

"Ups, perdón... ¡Waaaaaa!" respondió Pinkie Pie, tratando de ponerse de pie pero cayendo de costado debido al mareo.

"Hagan menos ruido, podrían ..." dijo Applejack molesta ya que había sido derribada de nuevo por la mareada Pinkie. Luego se levantó y miró a su alrededor con sorpresa. "¿Qué está ocurriendo?"

Aunque todavía estaban resguardadas por la burbuja mágica de Twilight, era evidente que su ubicación había cambiado.

"No te preocupes, Applejack. No nos han descubierto. Esta es mi burbuja anti-espionaje, combinada con el hechizo de teletransportación. Así nadie podrá rastrear nuestro destino", explicó Twilight mientras ayudaba al resto de sus amigas a ponerse de pie con su magia.

"Eso suena bien, Twilight, pero... ¡Estamos de nuevo en el tren!" exclamó Applejack alarmada. Todas, excepto Twilight, miraron a su alrededor, consternadas, y se dieron cuenta de que, efectivamente, habían vuelto al vagón donde previamente habían conocido a Vainilla.

El lugar estaba tan desordenado como lo habían dejado. Incluso una de las puertas que daba al exterior seguía entreabierta, aunque no lo suficientemente como para que alguien desde afuera notara la repentina aparición de las ponis en el tren.

"No se preocupen, chicas, esto también está dentro del plan... Creo que es hora de que les explique el plan..." comentó Twilight, de inmediato agitó suavemente su cuerno. La cápsula mágica que las protegía comenzó a expandirse, adhiriéndose a las superficies del vagón. Desde afuera, nadie notó ningún cambio.

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Fuera del tren, el Gallo Dragón Titanicus descansaba tumbado en la pradera. Con su enorme cabeza asomando tímidamente entre sus alas plegadas, entonaba un somnoliento canto de kakareo. A lo lejos, la enorme bestia parecía estar sumida en un profundo sueño diurno.

Sin embargo, confiar en esa impresión superficial sería un error catastrófico.

El Gallo Dragón Titanicus no estaba dormido, ni mucho menos adormecido o letárgico. Todo lo contrario, estaba plenamente alerta ante la presencia de un enemigo. Su estado actual era resultado de las órdenes que había recibido: "Quédate inmóvil y vigila", pero la más crucial de todas era: "... escucha, criatura, si encuentras a la princesa Twilight y a sus aliadas, destrúyelas...". Esta última orden fue acompañada de la imagen mental de sus objetivos.

El colosal gallo dragón erizó las plumas en su cuello al recordar. No le gustaba recibir órdenes que no vinieran de su amo. Mucho menos que no lo llamaran por su nombre. Él no era una 'bestia'; se llamaba 'Beak'. Hasta hace poco, había sido un gallo dragón ordinario. Sin embargo, los compañeros de su amo habían empleado una extraña magia que lo transformó en la colosal criatura que era ahora. Se sentía incómodo consigo mismo, pero su amo le aseguró que todo estaba bien. Beak también notó que su amo se comportaba de manera extraña. Ya no era amable y cariñoso como solía ser; en cambio, se había vuelto agresivo, hosco y oscuro.

¿Por qué había cambiado su amo? ¿Sería por culpa de esas ponis? ¿Le habrían hecho daño?

Si ese fuera el caso... entonces no dudaría en aplastarlas. Y así, quizás, su amo volvería a sonreírle.

Beak alisó las plumas de sus alas y acomodó su cabeza. La luz a su alrededor le resultaba molesta; después de todo, era una criatura nocturna. Pero esa pálida luminosidad no le impediría atrapar a sus presas y liberar toda su furia sobre ellas.

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En Equestria, existe una amplia variedad de criaturas mágicas de diferentes tipos y tamaños. Una de estas especies es el Gallo Dragón, un depredador nocturno que habita en los bosques oscuros y salvajes del reino, en particular en el Bosque Everfree. Su cuerpo se divide en una parte superior que se asemeja a un ave de corral, mientras que la parte inferior presenta rasgos de un dragón. Tiene la habilidad de petrificar a sus presas antes de llevarlas a sus nidos para alimentarse. Aunque es una criatura sumamente agresiva, rara vez ataca directamente a los ponis fuera de su hábitat, siendo los casos más graves los ocasionales incidentes de petrificación.

No obstante, eso es en el presente. En el pasado, la situación era mucho más peligrosa.

Hace muchas lunas, antes de que Celestia y Luna encerraran a Discord, el Señor del Caos, ambas princesas emprendieron una cruzada para purificar Equestria de los terribles monstruos que acechaban el reino: dragones negros, minotauros codiciosos, hidras gigantes de nueve cabezas y otras criaturas malignas. Las princesas enfrentaron una variedad de amenazas durante su travesía. Sin embargo, uno de los primeros desafíos que enfrentaron cuando aún eran jóvenes fue erradicar la presencia del Gallo Dragón Titanicus. Esta inmensa criatura, de origen desconocido, aterrorizaba las afueras de Canterlot. La bestia había desarrollado un gusto por los ponis y era responsable de numerosas desapariciones de viajeros y soldados. Su influencia en el reino llegó a tal grado que incluso otros Gallos Dragones ordinarios comenzaron a imitarlo, volando impunemente a plena luz del día y sembrando el terror entre campesinos y ciudadanos del reino.

Llenas de valentía y acompañadas por cazadores experimentados, las nobles princesas decidieron poner fin a este estado de zozobra cazando a la bestia. Tras un viaje lleno de adversidades que puso a prueba sus habilidades y determinación, finalmente lograron acorralar a la criatura en una cueva, donde fue sellada en un capullo de savia de pino. Permaneció ahí hasta la actualidad.




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