Twilight frente a la oscura marcha marcial - Pt 01 | Fanfic

Entre la armonía y el orden II (P7)

Magi podía jactarse de tener muchas cualidades que la colocaban por encima de otras ponis. Una buena fortuna, un agudo sentido para los negocios y una novia extremadamente amorosa... Magi realmente creía que era una pegaso sumamente afortunada cuando dejó Manehattan aquella mañana. Estaba convencida de que su día sería aún más brillante al caer la noche.

Sin embargo, esa confianza se desmoronó a medida que avanzaba la tarde, enfrentando una serie de infortunios que no había anticipado en absoluto.

En primer lugar, el delicioso café de alta calidad que había llevado consigo se arruinó cuando una poni rosada la empujó mientras abordaba el tren al mediodía. Aunque el incidente fue claramente un accidente, Magi sintió que eso debió haberla puesto en alerta, como una advertencia de lo que estaba por venir.

En segundo lugar, su intento de sembrar discordia entre las amigas de la princesa Twilight, utilizando a Rainbow Dash como herramienta, resultó en un rotundo fracaso. Había esperado más de ellas, y su incredulidad ante la irracionalidad llamada "amistad" casi le hizo sentir náuseas. El vínculo entre ellas era mucho más fuerte de lo que había calculado.

Tercero, el tren en el que viajaba fue atacado por un enemigo misterioso que finalmente las secuestró. Aunque, siendo honesta consigo misma, nunca abria divinado eso venir. Estos problemas eran, en teoría, asuntos de la princesa y su séquito. Magi tenía la opción de simplemente retirarse y permitir que las cosas siguieran su curso natural...

Pero no lo hizo.

Tuvo un presentimiento. Magi siempre había escuchado una voz interna que la guiaba cuando se trataba de tomar decisiones. Podría ser su subconsciente o incluso su cutie mark actuando como guía. La fuente no importaba tanto como el hecho de que esa voz siempre la había conducido a tomar decisiones acertadas. Esa voz interna nunca la había traicionado.

Hasta ahora.

Magi se miraba al espejo, observando la desesperación reflejada en su rostro. Ahora maldecía la confiable voz interna que siempre la había guiado. Pero esta voz no tenía intenciones de quedarse callada.

"Te equivocaste y ahora eres una perdedora como ellas, ... acepta la realidad", le hablaba su burlón reflejo.

"¡NO ME HE EQUIVOCADO! ¡SALDRÉ DE AQUÍ COMO SIEMPRE! ¿ENTIENDES?" respondió Magi con furia a su propio reflejo.

"Claro, claro, y dime, ¿qué harás ahora? Salvaste a las amigas de la princesa y ahora están a tu merced, justo como lo planeaste. ¿Crees que te creerán cuando les digas que todos estos artefactos mágicos y aparatos que tienes son solo para defensa personal?" se rió el reflejo de Magi, señalando los tres orbes de piedra que flotaban sobre ella, el comunicador en su oreja y los otros accesorios tecnológicos que llevaba puestos.

"Están desesperadas, me necesitan. Creerán lo que les diga... solo debo convencerlas de trabajar juntas, eso será suficiente".

"Oh, claro... luego derrotarás a los villanos y serás nombrada la salvadora de Equestria. ¡Magi, la súper-amiga! Ja ja ja ja", se rió con desdén su reflejo.

"¡Cállate!", respondió una furiosa Magi a su reflejo, su voz resonando en la pequeña habitación.

"Sabes, deberías dejar todo esto y aceptar que no tenemos salvación... al menos asi podremos regresar en paz con la familia..."

"¡CÁLLATE!", gritó Magi con una mezcla de rabia y desesperación, golpeando con fuerza el espejo del baño.

Los fragmentos del espejo cayeron al suelo en un tintineo. Luego, una sudorosa Magi se sentó en el suelo y se quedó quieta, mirando fijamente el techo. No pensaba en nada... excepto en una cosa. Con solo concentrarse, los tres orbes mágicos que flotaban a su alrededor comenzaron a girar y a formar una pantalla circular.

La pantalla estaba en blanco.

Magi rápidamente deshizo la magia, sintiendo cómo la frustración se acumulaba en su pecho. Se acurrucó aún más, buscando apartar la soledad que la envolvia.

"¿Por qué no hay futuro?", se preguntó en voz baja, casi sollozando. Sus planes y esperanzas habían sido desbaratados de una manera que nunca antes había imaginado.

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El escenario donde antes se extendía la vía del tren de Ponyville a Canterlot, ahora se encontraba sumergido en un inmenso lago que cubría toda la parte baja de la pradera.

Una feroz ola de agua encantada se había desatado en aquel lugar, arrancando árboles, destrozando rocas y aplastando al tren que se encontraba en su camino. La ola había arrasado con todo a su paso, dejando los restos del tren dispersos como hojas flotantes en la deriva o sumergidos en las profundidades del lago.

Sobre la única roca que sobresalía en medio de aquel lago, Mannah estaba de pie, contemplando la destrucción que había causado con uno de sus ataques de magia elemental más poderosos.

"Quizás me excedí un poco", pensó para sí mismo, ya que no percibía ninguna señal de vida en el agua. Se suponía que debía capturar a las ponis, pero dada la actual condición del terreno, era muy probable que hubieran sido eliminadas...

A su lado, Badwhiz parecía estar impresionado, aunque era difícil confirmarlo, dado que gran parte de su cuerpo estaba compuesto por sombras.

"Uhmm", aclaró su garganta el sub-líder de los Caballeros del Orden. "Esto es solo una pequeña muestra de mi inmenso poder. ¡QUE LOS ENEMIGOS DE CUNÁBULA SE ARREPIENTAN DE SU NECEDAD!" exclamó con orgullo, levantando sus cascos hacia el cielo. Sin embargo, se tambaleó un poco debido a su poca familiaridad con su nuevo cuerpo de poni.

"Hooo", respondió Badwhiz golpeteando sus cascos contra el suelo.

Para Mannah, esos gestos le parecían bastante entretenidos. Su especie no tenía cascos ni tan pocas extremidades, y en general, las criaturas cuadrúpedas no eran de su agrado. No obstante, la atención que recibía de aquel poni le resultaba curiosa y hasta graciosa.




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