"¡Este va a ser el mejor Día de los Corazones Cálidos de la historia!" exclamó Discord, dando un gran salto y deslizándose por el suelo mientras bombas de confeti estallaban a su paso.
"Es el Día del Festival de las Dos Hermanas..." murmuró Spike sin mucho entusiasmo, avanzando detrás, junto a él estaba Big Mac.
Se encontraban en uno de los patios abiertos del castillo real de Canterlot, lugar que habian elegido como punto de encuentro para celebrar el otrora día del Ascenso del Sol de Verano.
"Detalles sin importancia, Spike. Lo que sí importa es que nosotros tres, el mejor grupo de amigos de toda Equestria, pasaremos el mejor día festivo que tres amigos como nosotros podrían llegar a pasar en un día como este. ¡Hurraaa!" declaró Discord con una sonrisa de oreja a oreja, apareciendo de repente detrás de ellos y envolviéndolos en un abrazo que se asemejaba más al ataque de un pulpo.
"Si-p", respondió Big Mac, con un tono ligeramente más seguro de lo habitual.
Pero, a diferencia de su caotico amigo, Spike no compartía el mismo entusiasmo.
"Pues... es muy amable de tu parte emocionarte tanto por nuestra reunión, Discord, y que también estés siendo tan inusualmente inclusivo con nosotros hoy, uhmmm..." dijo Spike con evidente desconfianza, para luego cambiar su expresión por otra de frustración. "Aunque... no sé si pueda llegar sentirme igual que tú ahora. No, no después de que ayer cancelaran a último momento el torneo de Ogros y Mazmorras en el que íbamos a participar esta tarde."
Aún abrazándolos, Discord no pareció inmutarse demasiado. Soltó a sus amigos y, girándose hacia Spike, declaró con un gesto despreocupado:
"Ah, estimado Spike, ¡qué gran pena! Lo sé. Pero no importa. ¡Hoy es un día especial para todos! ¿No se supone que en momentos como este uno deja atrás las preocupaciones y sigue adelante, viviendo experiencias únicas con sus amigos?"
"Bueno... eso es cierto, Discord, pero..."
"¡Pero nada! ¡Vayamos de una vez a la feria y divirtámonos como nunca antes! ¡No hay nada en este mundo capaz de detener el tren de nuestra amistad!" proclamo al aire, y (tras un chasquido de dedos) en un abrir y cerrar de ojos, su cuerpo se transformó en una estrafalaria locomotora viviente, con rostro y cuernos, que expulsaba humo verde por los costados.
Era, sin duda, un medio de transporte de aspecto muy bizarro. Nadie podía culpar a Spike por dudar antes de subirse. Sin embargo, Big Mac, con su clásico "Si-p", avanzó sin titubeos y entró en el tren de pelo y carne.
"¡Uuh! ¡Me hacen cosquillas!" chilló Discord, retorciéndose al sentir los pasos pesados del poni granjero dentro de él.
Spike, aún fuera, apenas pudo disimular su expresión de disgusto ante las muecas exageradas de Discord. Sin embargo, al ver que Big Mac ya conversaba tranquilamente con el draconequus y que, sorprendentemente, nada demasiado "discor-dante" había ocurrido aún, decidió subir también.
Tras un chasquido de dedos, el grupo de amigos (con el tren-discord haciendo ruidos ambientales) desaparecio en un destello de luz, rumbo a su próximo destino...
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Una música suave y relajante, repetitiva pero fresca, invadía cada rincón del lugar...
La Gran Feria de Maravillas de Canterlot estaba en su apogeo. Ponis de todos los tamaños y colores se movían por las calles adoquinadas, maravillándose ante las llamativas atracciones que ofrecían los distintos puestos. Algunos exhibían muebles de sala desconcertantes, cuya única función parecía ser evocar una estética enigmática. Otros mostraban libros de magia y fantasía escritos en lenguas olvidadas, colecciones de armaduras y armas para los más aventureros, e incluso ropas elegantes diseñadas para especies prácticamente inexistentes en Equestria. Cada rincón de la feria albergaba una rareza distinta, sumergiendo a los visitantes en un mundo de maravillas y curiosidades.
Elegida por Discord como primera parada en su cruzada de amistad esa tarde, el lugar habia resultado perfecto.
Para Spike, el paseo por la feria resultaba mucho más entretenido de lo que había anticipado. Aunque no era la primera vez que la visitaba, sí era la primera vez que la exploraba solo, junto a sus amigos. Las ocurrencias de estos hacían todo aún mejor. Como cuando, momentos antes, un grupo de vendedores de cuerdas había captado la atención de Big Mac, desafiándolo a una competencia de nudos. Para sorpresa de todos, (menos los vendedores), el robusto granjero terminó perdiendo. Ver a Big Mac, con su gran tamaño y fuerza, incapaz de desatar un pequeño nudo de cuerdas rosadas entre sus patas había sido justo lo que Spike necesitaba para recuperar el buen humor que le había faltado esa mañana.
Mientras avanzaban entre los puestos, Spike empujaba con orgullo una carretilla casi llena de las extrañas adquisiciones que había acumulado. A su lado, Big Mac caminaba en silencio, aún examinando la traicionera cuerda que lo había derrotado, la cual había terminado comprando por pura obstinación.
Con Twilight a su lado, nunca habría tenido la oportunidad de despilfarrar su dinero con tanta libertad.
"¡Wow, mira eso! Esa sí que es una herradura tamaño elefante", exclamó Spike, señalando una gigantesca herradura exhibida en un puesto de herraduras.
"Si-p", confirmó Big Mac, saliendo de su concentración en la cuerda.
"Umm... ¿Crees que si la pintamos de dorado, a Twilight le interesaría tenerla en la sala del trono?"
"No-p", respondió Big Mac con absoluta seguridad.
"Sí, tienes razón... aunque se vería genial como decoración en una sala. Espera... ¡lo tengo! El cumpleaños de Fluttershy es dentro de poco. Si le doy un toque más artístico, quedará perfecto como regalo. Seguro le encantaría si la baño en plata. O... ¿debería recubrirla con lana? Uhm... Discord, ¿qué te parece un regalo para Fluttershy por su cumpleaños? Una herradura de tamaño elefante recubierta de lana de plata... ¿Discord?"