En el interior del molino en la cima de la colina AutumnBreeze...
Los sonidos a su alrededor se intensificaban. Sus sentidos nublados empezaban por fin a reaccionar.
Fluttershy, inconsciente hasta hacía apenas unos segundos, abrió lentamente los ojos. Todo estaba oscuro. No podía ver nada, algo lógico considerando el hermético casco de látex que llevaba puesto. Pero eso no era todo: lo que percibió a continuación la invadió de inquietud al instante.
No podía mover su cuerpo con libertad.
"¿Qué ha pasado?" murmuró en voz apenas audible, agitándose en vano.
Las voces difusas a su alrededor comenzaron a definirse. No tardó en comprender que una conversación, nada amistosa por el tono, se desarrollaba muy cerca de ella.
"¿Applejack? ¿Rainbow Dash?" volvió a susurrar, con un hilo de esperanza.
La conversación —de la que seguía siendo ajena— continuaba, y aunque reconocía las voces de sus amigas, había otra que le heló la sangre.
No la conocía. Era grave, intensa, violenta... y por la forma en que se expresaba, estaba claro que no era en absoluto amistosa.
Casi sin pensarlo, acomodó su cabeza dentro del casco, asegurándola y permaneció inmóvil, atenta. Escuchando todo lo que se decía en medio de la conversación.
No, no era una conversación. Era una discusión.
"¿Twilight? ¿Alicornio de Fuego? Espera... ¿El Rey de la Armonía?" repitió mentalmente, tratando de procesar cada palabra.
De pronto, la discusión se detuvo. Un silencio pesado llenó la habitación.
Peligro.
Su instinto de supervivencia gritó dentro de ella. Algo muy malo estaba a punto de suceder.
Segundos pasaron. Y la tensión no paró de crecer en la pegaso, casi cortándole el aliento.
Finalmente, el silencio se quebró de golpe. Las palabras que llegaron a sus oídos confirmaron sus peores temores.
"¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?! ¡Twilight, qué debería hacer?!" rogó en un susurro desesperado, con lágrimas formándose dentro de su casco.
Fue entonces cuando, como si una chispa encendiera su mente, que Fluttershy recordó algo. Algo que Twilight le había dicho mucho tiempo atrás, sobre el mágico regalo que una reina le había dado.
La respuesta era clara. Sabía lo que debía hacer.
Un instante después, la bolsa de malla en la que estaba atrapada se estremeció… y fue aplastada.
[---]
Momentos antes, en ese mismo lugar...
"Por favor... necesito encontrar a la princesa..." La voz grave resonó como un eco en el sombrío espacio.
Apenas visible en la penumbra, una criatura de aspecto amenazante —una enorme bestia con cuernos— permanecía erguida en el centro de la habitación, con la mirada fija en sus prisioneras.
"...solo la princesa Twilight tiene el poder para derrotar a la yegua malvada que aprisionó a mi gente..." continuó.
Frente a ella, meciéndose sin viento, tres bolsas de malla colgaban del techo. Applejack y Rainbow Dash, atrapadas en dos de ellas, observaban a su captor sin pronunciar palabra.
"...por eso necesito que me lleven con ella. Se los suplico..."
La bestia terminó su discurso. Su voz, que había comenzado como un rugido amenazante, ahora temblaba al borde del quiebre, reflejando así su desesperación.
O al menos, eso aparentaba.
Las ponis permanecieron en silencio, incluso cuando la expresión de la criatura se volvió más impaciente.
"¡¿Es que no entienden que necesito ayuda?!" rugió de pronto "¡Las vidas de todos los habitantes de mi mundo dependen de ella! La malvada Alicornio de Fuego no se detendrá ante nada para robar toda la magia que existe en el universo. Si no la derrotamos pronto, ¡su mundo correrá la misma suerte que el mío!"
Las palabras retumbaron en las paredes, cargando el ambiente con una tensión palpable.
Aun así, volvió el silencio. Y así prosiguió hasta que, contrario al ambiente, una voz cargada de desdén lo rompió:
"Ya veo, bonito cuento... ¿'la Alicornio de Fuego'?," dijo Rainbow Dash, haciendo crujir su cuello. "¿Sabes si tiene un nombre menos estúpido?"
La bestia permaneció inmóvil unos segundos, reprimiendo la respuesta inmediata que le quemaba en la garganta. Tras un instante, finalmente respondió en un tono sepulcral: "Opaline Arcana"
"¡Ajá!" exclamó Rainbow Dash, ladeando la cabeza. "Applejack, ¿recuerdas si Twilight nos mencionó alguna vez a una tal Opaline Arcana? ¿La 'malvada Alicornio de Fuego'?"
"No..." replicó Applejack, sin apartar la mirada de la criatura.
"Exacto. Nunca lo hizo, ni lo hemos escuchado antes. Lo que significa que, muy probablemente, todo esto no sea más que un montón de ¡mentiras!"
"¿Crees que estoy mintiendo?" gruñó la bestia, esta vez sin contener su ira. "¡Es pura verdad! ¡Tu princesa lo sabe! Llévenme con ella y les demostrará lo equivocadas que están."
"¡¿Ah, sí?! ¡Grandísima bola de pelo!" explotó Rainbow Dash, agitando las alas. "Si tanto quieres que te llevemos con ella, ¡¿por qué no nos sueltas primero?!"
"Ya se los dije: es por su propia seguridad," respondió la bestia, bajando el tono. "Este refugio ya fue invadido por los sirvientes de Opaline. Si las libero ahora, podrían caer en manos del enemigo..."
"¿Y no lo estamos ya?" replicó Rainbow Dash con sarcasmo, pero fue ignorada.
"Ya están a salvo, no tienen que preocuparse por eso. Solo díganme dónde está la princesa Twilight."
Rainbow Dash rodó los ojos, exasperada, y volvió la mirada a su amiga, que se había mantenido en silencio casi todo el tiempo.
"Applejack, ¿me ayudas un poco con el sentido común? Para que esta cosa—"
"Soy GAM," interrumpió la criatura.
"¡Qué importa!" gruñó Rainbow Dash. "¡Que nos libere de una vez!"
Applejack no respondió de inmediato. Exhaló profundamente y, sin mirar a su amiga, dijo: