Twisted Mirrors

Capítulo 1: Samantha Coleman

6 de Enero, 2023

 

 ―Garreth y John Coleman bajen YA, llegan tarde a la universidad.  ― grito a todo pulmón, porque odio que mis hermanos lleguen tarde a clases.

 ―Si, mi capitana.  ― bromean al mismo tiempo.

 ―Podemos ir en autobús, y lo sabes. ¿Por qué esa manía de llevarnos siempre?

 ―Washington no es tan segura como nuestro pueblo  ― digo simplemente  ― Además, si no los llevo, no aparecen en clases.

 

Se miran como cómplices que fueron atrapados en pleno crimen.

 

 ―Odio que nos tengas bajo vigilancia  ― responde Jax, visiblemente molesto.

 ―Que trabaje para el FBI no significa que te tenga bajo vigilancia. Sabes que en la universidad también toman asistencia, ¿verdad?  ― digo con una sonrisa digna del gato de Cheshire. El entendimiento cruza su mirada.

 ―Oh… ― dice

 ―Si, Oh. Ahora vayan a desayunar antes de que se haga más tarde.

 

Luego de desayunar entre bromas y de molestarlos una vez más para que se apresuren, logramos salir de casa a tiempo para que no les coloquen un llamado de atención por llegar tarde a clases (de nuevo).

 

En camino al trabajo, llamo a Stan.

 

 ―Hola, amor.  ― digo apenas contesta

 ―Buenos días, bella.  ― se lo escucha cansado  ― ¿Cómo la pasaron anoche?  ― pregunta

 ―Bien, vimos unas películas y después nos fuimos a dormir. Hoy tenían universidad y yo trabajo ahora a las 10.  ― miro la hora. 9:40, tengo tiempo  ― Hoy volves, ¿verdad?  ― pregunto con ilusión

 ―Si, si. Creo que a las 20 ya puedo estar en casa. ¿Vos a que hora salis?

 ―A las 19. Butler quiere que revisemos un nuevo caso de Dakota, pero no creo que viajemos. 

 ―Bueno. Nos vemos esta noche entonces, ¿si?  ― sonrío como tonta

 ―Si, amor. ¿Sushi?  ― sugiero

 ―Si, por favor. Argentina tiene mucha costa, pero el pescado es horrible.  ― río imaginando su cara de asco

 ―Bueno, te espero. Te amo  ― digo

 ―Te amo mucho más, hermosa. Hasta más tarde.  ― luego la línea se desconecta.

 

Stanley y yo estamos juntos desde hace 6 años, nos conocimos en la universidad aunque no estudiamos lo mismo. 

 

Mientras yo pasaba mis días con la nariz metida en libros sobre perfiles criminales, escenas del crimen y comportamiento de UnSubs, Stan estudiaba Derecho. Es abogado, especialista en el ámbito corporativo, de ahí su viaje a Argentina. Una de las empresas que representa tiene una filial ahí y necesitaban que solucione una cosa esta semana.

 

Doblo a la derecha y puedo ver el edificio donde trabajo. El FBI. Cuando inicie mis estudios, jamás imaginé que me reclutarían a la corta edad de 23 años, siendo que me gradué a los 21. Pero también era de esperarse, ya que fuí el mejor promedio de mi clase y mi tesis fue aplaudida por el que ahora es mi jefe, Will Butler, director de la Unidad de Análisis de Conducta (UAC).

 

Llego al estacionamiento a las 9:50, y me dirijo a mi lugar habitual, el cual me fue asignado hace casi tres años cuando empecé a trabajar aquí.

Amanda, la secretaria, me hace una seña para que me acerque a su escritorio cuando me ve bajando del ascensor. 

 

 ―El repartidor trajo este paquete temprano, está a tu nombre.  ― dice con su mejor sonrisa

 ―Gracias, Mandi  ― agarro la caja y me despido

 

Me encamino a mi oficina, pero en el trayecto me cruzo con Andrew, mi compañero de equipo.

 

 ―Sam, ¿cómo están tus hermanitos?  ― pregunta Andy mientras me quita un expediente de las manos

 ―Igual de molestos e igual de bestias para comer. Estoy segura que mi buffet favorito de sushi anoche declaró bancarrota por culpa de ellos  ― finjo preocupación. Amo ese maldito buffet.

 ―No me gusta que hables asi de mis Coleman favoritos  ― Andy me señala con el dedo

 ―Te quebraré ese dedo, Andrew.  ― amenazo  ― Te dejo, tengo que ponerme al día.  ― me despido y sigo mi camino

 

Mi oficina no es nada especial. Un par de fotos con mis hermanos y papá, mis gatos y mi perro. Mi diploma universitario está colgado en una pared y una placa con mi nombre se encuentra en mi escritorio. 

 

Dejo mi bolso y el paquete que me llegó sobre la mesa. No había pedido nada, quizás fue Stan que me envió algo. Me dispongo a abrir la cajita, pero Butler aparece en mi puerta, indicando que en 5 minutos tenemos reunión en la sala de conferencias. Dejo todo y lo sigo.

 

 ―¿Qué tal tu fin de semana?  ― pregunta mientras caminamos

 ―Tranquilo, mis hermanos se quedaron en casa para hacerme compañía. ¿El de usted?  ― pregunto tímida

 ―Bien, también pasé tiempo con mi familia. Y basta de decirme “usted”, puedes tutearme.  ― me mira irritado pero divertido. Todos los días me lo repite, pero simplemente no me acostumbro a tutearlo aún después de tantos años.

 

Entramos a la sala de conferencia y están todos: Andy y el Dr Joshua Collins, mis compañeros de equipo, y también Peter Wilson, el genio de las computadoras. 

 

Luego de revisar un par de posibles casos, y crear perfiles para algunos detectives, damos por terminada la reunión y me dirijo a mi oficina. Me dispongo a abrir el paquete para ver que es. No veo una nota, puede que no sea de Stan después de todo. Quizás papá envió algo.

 

Una caja de zapatos me sorprende, está decorada con papel brillante y una etiqueta blanca. Abro la caja y mi grito se escucha por toda la oficina.


 

El equipo forense se lleva la caja y Butler me da un vaso de agua. 

 

 ―¿Estás bien?  ― pregunta realmente preocupado 

 ―Si, solo me sorprendió  ― tomo agua  ― ¿Quién haría algo así? 

 ―Tendremos que averiguarlo. ― dice, presionando suavemente mi hombro



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En el texto hay: fbi, serialkiller, criminal minds

Editado: 17.08.2024

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