Última cita

❊Capítulo final❊

—¡Ya vale! —gritó Tonny enojado.

—Lo has hecho muy bien —dijo Jenny.

Puso su mano encima de mi hombro y la miré. Negué con la cabeza.

—No tenía que haberlo hecho —comenté desilusionado.

Pero lo sabía, sabía que el tal Tonny era su ex novio y que todo esto era para ponerlo celoso. Jenny me había hablado en un mensaje del WhatsApp en privado, contándome toda la historia e incluso me sugirió que la besara. Sin embargo, no lo hice porque ella me lo pidió, mas bien ella fue quien me empujó para hacerlo, porque quería besar esos labios.

—De todas formas fue una linda experiencia —añadió Sara, la que estaba tan acaramelada de Gabriel.

—No te preocupes, tío, si te gustaba lo has echado todo a perder —se burló. Sara le dio en el pecho.

Que no me preocupe dice. Gruñí y me fui, pero Jenny no dejó que me fuera o por lo menos se enganchó a mi brazo y caminamos en dirección a Gran Vía. Hicimos un minuto de silencio hasta que ella lo rompió.

—Ya sabías que esto no acabaría bien, pero fue divertido mientras duró.

Me detuvo. Miré por un segundo las personas pasar, pero ella tomó mi barbilla e hizo que la mirase a los ojos. Acarició mi rostro y luego dijo:

—Fue bonito conocerte, Alex.

Sonreí y besé su mano.

—No cambiaría el hecho de conocerte, Jenny.

—Hasta otra, pintor enamoradizo.

—No me he enamorado

Ella rio.

—Es en serio. Simplemente me pareció atractiva. Ya sabes la historia.

—Lo sé.

Tomó aire y extendió sus brazos.

—¿Vas a irte después de una noche tan mágica?

—Me temo que sí.

Me podrán decir que fui un tonto al dejar a una chica tan guapa, pero lo hice. No luché por el amor de mi sirena porque al final su corazón le pertenecía a otro. Tampoco iba a ser un gran egoísta y borrar esa buena impresión que había dejado. Al final no me llevé a la chica, pero había ganado a una gran amiga. El grupo de WhatsApp se eliminó, pero Jenny no me dejó de hablar, ella se había convertido en aquella gran amiga. Siempre me había preguntado que había pasado si no me hubiera ido dejando a Jenny sola. Me odié por ello durante unos meses, pero a ella no le pareció importar. Luego unos meses sin vernos se presentó de nuevo en la plaza, me tapó los ojos y susurró a mi oído.

—¿Quién soy?

—Una rubia acosadora.

Me dio en el hombro. Me giré, la abracé y la subí hacia el cielo.

Dicen que un hombre y una mujer no pueden ser amigos, pero, ¿será eso cierto?

 

Aquí termina el relato. Espero que lo hayan disfrutado y gracias por leer. Les invito a seguirme y votar la historia. Muchas gracias por el apoyo ♥



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En el texto hay: navidad, amor, cita

Editado: 15.12.2021

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