Ultima Guerra

Capitulo 13

3:30 a.m. Liz se encontraba frente a la entrada de su casa sentada, con una maleta a su lado, sobre la grada frente a la puerta principal, perdida entre un remolino de pensamientos observando el suelo, no sabía qué hacer ni que pensar mientras escuchaba los ronquidos de Rick aun afuera de la casa como los de una bestia hibernando, no podía evitar pensar en el pobre Rick que no había dormido nada en toda la noche por el hecho de que al siguiente día, ese mismo día, Liz y Axel deberían mudarse al área militar, no podía evitar pensar en lo genial que fueron los últimos días anteriores a ese, no podía evitar pensar en su nueva relación con Axel, pero por sobre todo, no podía evitar pensar en el hecho de que todo estaba a punto de cambiar. Entonces vio a Axel frente a su casa, cargando una mochila en su espalda y con una mirada triste de una forma mal disimulada, pero aun sonriente frente a ella. Liz solo le sonrió, se puso de pie, camino hacia él y tras haber llegado a su lado, empezaron a caminar juntos en dirección al área militar.

Días anteriores ambos habían recibido una carta con el sello militar, donde se les indicaba que debían de hacer:

El refugiado Axel Tears/Elizabeth Reims, ahora recluta del proyecto N.E.N.C, se deberá presentar el lunes de la siguiente semana en el segundo edificio del área militar: El edificio de pruebas, donde se le esperara en la entrada, y donde se le harán algunos exámenes físicos y académicos para determinar algunas cuestiones a tomar en cuenta con dicho recluta. Fuera de todo lo demás, no deberá preocuparse por lo que serían las necesidades básicas como alimento o higiene, ya que estas las cubrirán las instalaciones y cabe recalcar que solamente se le permitirá al recluta ingresar como máximo una maleta con objetos personales. Esperamos su colaboración para evitar el uso de fuerza sobre el futuro recluta.

Por un futuro estable y seguro, como alguna vez lo fue en el pasado.

Atentamente: Área militar del refugio #27”

Por lo que al llegar a la entrada del área militar, específicamente al edificio de pruebas, tras haber caminado por el desolado refugio, el cual era así por la tan temprana hora donde solamente el susurro del viento y el resonar de los arboles moviéndose y chocándose entre sí por este mismo se escuchaba, ambos apreciaron la vista por unos segundos. El área militar era realmente divisible desde lejos, casi desde el otro lado del refugio siendo el único lugar poseedor de edificios aun en pie y en buen estado. Cuatro edificios para ser exactos. El primer edificio justo al frente y en el centro del área, el edificio de pruebas, era el más alto del lugar, pese a que no hubiera sido siquiera uno de tamaño medio tiempo atrás, con grandes vidrios relucientes que reflejaban el cielo, en los lugares donde la gente asumía habían oficinas o al menos vistas hacia el refugio, y una entrada igual de resplandeciente, de tal forma que era casi imposible ver el interior. El segundo edificio no era tan alto, pero si grande en consideración al espacio que ocupaba y este era el hospital militar, hecho de concreto y metal y estando en perfecto estado, con unos tres niveles pero siendo lo suficientemente grande como para llegar a abarcar al menos un tercio de lo que era el área comercial. Y por último estaban los dos últimos edificios conectados entre sí, los edificios gemelos, conocidos como él área de reclutas y militares, lugar donde se encontraban los dormitorios, la cafetería, biblioteca, área de entrenamiento interno, área educacional, entre otras muchas cosas de las que solo se rumoreaban, y el sí conocido área de entrenamiento externo, con una gran pista de tamaño casi olímpica y un área boscosa para entrenamiento practico, ciertamente un gran espacio el cual sería considerado un desperdicio si no fuera porque gran parte del refugio tiene casas sin habitar, áreas donde poder construir y cosechar, y varios escombros pendientes por recoger. Y tras apreciar tremendo espectáculo nostálgico que claramente recordaba al mundo alguna vez casi perfecto y seguro, ambos cayeron en que allí estaban, frente al área militar, frente a su nuevo hogar.

Ambos estaban frente a algo a lo que no estaban preparados y estarían menos preparados para lo que se acercaba.

Mientras ambos terminaban de observar, de las rejas frente a ellos que dividían al resto del refugio con el área militar, salieron una soldado aparentemente de alto rango por su vestimenta y medallas en ella, lentes y gorra, y sus dos escoltas, hombres vestidos con el común uniforme militar y unas gorras pese a que aún no había amanecido. Los tres caminando rectos y con planta firme a paso ligero.

— Bueno días — Dijo ella con una voz encantadora y una sonrisa en el rostro, que para los dos hubiera sido lo más normal si no fuera porque eran las tres, casi las cuatro, de la mañana. Tal vez era por la costumbre. — Acompáñennos — dijo y dio media vuelta, tan segura de que ambos la seguirían como de que sus escoltas se asegurarían de ello de no ser así.




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