Ultima Guerra

Capitulo 7

Los dos sabuesos, los cuales iban adelante con cierta distancia, olfateaban el suelo y los alrededores de una forma rápida y sencilla mientras que el resto, a excepción de Liz quien iba unos pasos atrás, caminaban con total tranquilidad mientras cargaban arma en mano. Las risas y pláticas sobre el pasado como el presente eran extensas y ayudaban a matar el tiempo mientras caminaban entre la espesura del bosque que cada vez parecía hacerse más oscuro. Al cabo de un rato, cuando por fin empezaban a llegar a los nuevos límites impuestos, uno de los sabuesos empezó a ladrar. El primer ladrido fue como una repentina alarma para todos la cual los hizo olvidar cualquier tema que estuvieran hablando, el segundo ladrido fue como un repentino impulso que los hizo moverse hacia el sonido, y ya al tercer ladrido estaban a unos pasos de llegar a donde estaba el animal.  Tras atravesar unos cuantos arbustos llegaron a donde estaba el sabueso, Max, ladrando a un par de agujeros que habían entre algunos árboles y troncos caídos, y por el tamaño y espacio que aparentaba tener, era probable que habrían al menos unos cinco conejos por los alrededores, por lo que tras tranquilizar a Max y que llegará Volt, Axel puso varias trampas por los alrededores mientras el resto revisa los alrededores, Rick iba con Matthew y Max, y Liz, quien iba algo decaída, iba con Auri y Volt pero con una distancia considerable entre ambas.

Liz ni siquiera sujetaba el arma con firmeza y su mirada apuntaba al suelo, claramente algo estaba mal y Auri lo noto como cualquiera lo hubiera hecho, por lo que se acercó lentamente y le colocó una mano en el hombro, lo que sobresaltó a Liz, pero nada más que eso.

Que pasa Elizabeth? — Pregunto Auri con una voz tierna y de forma gentil, pero Liz solo respondió con un silencio — Es por lo que paso con Axel hace un rato? De ser así realmente lo siento sabes? — Dijo ella, con voz arrepentida, pero Liz aún seguía callada ya que ese no era el motivo, claro que había sentido celos al principio, pero más que celos, era envidia. Envidia por tener amigos, envidia por poder sonreír con total libertad y sin problemas, envidia también, por poder hacer sonreír y reír a Axel de una manera que nunca lo había visto hacerlo, pero por sobre todo, porque ella también quería llegar a tener ese nivel de intimidad con Axel. Tras unos segundos Liz al fin habló.

Sé que mi comportamiento no está siendo muy maduro, pero puedo pedirte un favor? — Pregunto Liz, con una voz tímida y aun viendo el suelo, como una niña tímida queriendo hacer un amigo.

Lo que quieras, estamos entre amigas, no dudes en pedirme lo que quieras— y por un segundo Liz se sintió feliz de escuchar que tenía una amiga, por lo que volteo a ver a Auri

¿Puedes contarme sobre Axel?— Pero la sonrisa e intenciones de querer ayudarla que se miraban en el rostro de Auri parecieron desvanecerse poco a poco, por lo que se dirigió a una gran piedra cubierta de moho, se sentó y le ofreció asiento a Liz, a lo que ella respondió sentándose a su lado.

Creo que ya entiendo lo que pasa — Y aquella repentina sonrisa regresó a su rostro — Sientes algo por Axel no? —Y Liz se sonrojo y su silencio habló por ella. Auri solo río en lo bajo y suspiro — Que tierno es el amor adolescente— dijo ella reconociendo que ya no era tan joven — pero a pesar de eso, eso que me pides es algo que solo él y otra persona conocen —

Rick? —

No, otra persona que conoció a Axel mucho antes de que Rick lo hiciera…. — Dijo y algo de tristeza se mostró en su rostro, y entonces fue cuando ella comprendió esa tristeza y callo. — Si quieres conocerlo tendrás que esperar a que él lo haga por su cuenta, pero lo que sí te puedo decir sobre él, es que lo que sientes por él, es un sentimiento mutuo — Y Liz levantó la cabeza con curiosidad.

¿A qué te refieres? — Pregunto Liz y una sonrisa risueña se formó en el rostro de Auri y levantó la cabeza para ver el cielo.

Conozco la mirada de alguien enamorado — pero antes de que una de las dos pudiera decir algo más, Volt levantó las orejas y volteo a ver hacia el norte, e instintivamente empezó a correr en dirección al campamento. A lo que Auri y Liz reaccionaran sorprendidas, pero en especial Auri quien trato de hacer que regresara gritando su nombre y llamándolo sin recibir respuesta alguna, por lo que se levantó e hizo unos cuantos intentos más. — Busquemos a los otros — Dijo Auri con seriedad y empezó a caminar mientras Liz le seguía el paso ya de mejor humor, hacia donde estaba Axel terminando de poner las trampas.




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