La alarma interrumpe mi más profundo sueño, ya que me acosté tarde por estar estudiando para esta prueba de admisión en la famosa Secundaria del Valle Verde, mis amigos aprobaron desde la primera oportunidad por lo que es mi obligación no fallar a esta promesa de seguir estudiando juntos hasta ser profesionales; desde ese entonces no paro de estudiar día y noche sin parar, y estoy listo para mi segunda oportunidad, la penúltima.
Me levanto deprisa hacia la bañera, mientras Alisson, mi madre, prepara el desayuno especial para exámenes, panqueques con maple y un vaso lleno de zumo de naranja, apenas puedo saborearlos por que se me hizo tarde buscando la ropa perfecta para esta prueba, aunque ninguno de mis amigos va a ir conmigo.
Jonathan, mi padre, me lleva hacia la secundaria, y por eso logro llegar a tiempo, me ubico en el salón que me corresponde y me voy preparando mentalmente para el examen.
Siete en punto, los directores del establecimiento y los maestros a cargo empiezan a entrar y a colocar todo en orden para que la presidenta de los estudiantes llegue a dar su discurso. En la primera prueba ella no estuvo presente por que tenía asuntos pendientes, fue la única explicación que nos brindo el director Victor. Ahora es él, el que nos da la bienvenida.
- Bienvenidos jóvenes aspirantes, la gran casa de estudio Valle Verde, se complace en recibirlos en esta segunda oportunidad de admisión para el siguiente ciclo escolar…- El mismo discurso, con las mismas palabras y los chistes malos de siempre. - …Sin más que agregar, dejo el micrófono a la señorita Pamela Díaz, presidenta estudiantil que nuevamente obtuvo el mejor promedio de toda su promoción, y estará a cargo de ustedes en esta prueba. –
Y pasa al frente la mujer más bella que haya visto jamás, con un cuerpo que solamente he visto en las revistas de supermodelos, un cabello rubio y ondulado sacado de comercial de shampoo, unos ojos color azul como el cielo despejado que anuncia un hermoso día y la sonrisa mas preciosa con unos dientes perfectos y un par de labios carnosos y pintados de color rojizo que hasta podía oler la frutilla con la que lo elaboraron. En fin… Una Venus sin comparación.
Por estar pensando en toda su perfección, ya no pude escuchar todas las instrucciones y claramente me puse más nervioso de lo que ya estaba en esta prueba; solo pude escuchar su dulce voz cuando nos deseo la mayor de la suerte en esta prueba y dio inicio a la misma.
Pasé las partes de lenguaje e historia con facilidad, afortunadamente recordaba todo lo que estudié las semanas pasadas, aunque por ratos me desconcentraba que Pamela, se paseara en todo el salón vigilando que no hiciéramos nada indebido; ya en la última parte de la prueba, la de matemáticas, me dispuse a hacerlo tranquilamente y con los pasos adecuados, verificando cada operación que efectuaba y sin ninguna distracción.
Leyendo el primer problema, se acerca Pamela hacia mi escritorio, y con esa voz angelical me pregunta.
- ¿Cómo vas con la prueba? - Me quedé atónito ante tal situación, no se como reaccionar, con suerte logro tartamudear. - Bi… bi.. bien… gracias.- Fue lo único que se me ocurrió. Ella solo sonríe y se aleja del lugar donde yo quedo inmóvil y sin poder reaccionar todavía, toda mi mente se nubla y lo único que tengo presente en ese momento en mi pensamiento son esas palabras saliendo de la boca de la bellísima presidente Pamela Díaz.
A falta de cinco minutos que terminé la prueba, mi mente no puede concentrarse para resolver tan siquiera un problema, lo único en lo que pienso es en la oportunidad que acabo de dejar ir en hablar con ella, peor aún, que se la pasa rondando todo el salón. Quien se puede concentrar con tal belleza rondando por ahí. La prueba termina y no pude resolver nada. Solo espero lo peor.
La parte de matemáticas costaba la mitad de la calificación total de la prueba, y necesitamos por lo menos un porcentaje arriba del 80 de nota para ser aprobados y ser admitidos,pero aunque toda mi parte de lenguaje e historia estuviera correcta no podré aprobar.
El sobre que llega una semana después con las notas obtenidas, solo sirve para confirmar mi teoría. Acabo de desperdiciar la segunda oportunidad, y esperaré hasta el siguiente mes para intentarlo de nuevo en la última oportunidad.