Después de todo, mi sueño se hizo realidad. Gracias a la expulsión de Samuel, se abrió la posibilidad que yo entre al equipo y pueda convivir más con las porristas, en especial con la líder de ellas, Pamela Díaz.
En el vestuario, todos están preparados y más que ansiosos por saltar al campo y jugar. Como era de esperarlo, el entrenador me ha dejado como un suplente, por mí, es el plan perfecto por que nuestra banca esta adyacente a donde se encuentran las porristas. Aunque no he tenido señales de Pamela.
- ¡Bienvenidos! Damas, caballeros, niños y aficionados. – Se escucha en los auto parlantes del estadio. El presentador va a dar inicio al partido.
- Este es el partido de ida en el Estadio Valle Verde en el cuál, la Secundaria local recibe a la Secundaria Campo Seco por un boleto a los cuartos de final del Torneo Inter secundario.
Tiros, atajadas, faltas y una que otra discusión se han hecho presente en el campo. El público está muy ilusionado por el espectáculo de medio tiempo que será patrocinado por las porristas de la Secundaria Valle Verde para tratar de animar al equipo a anotar un gol y romper con el empate a cero.
Las porristas cumplieron con las expectativas de todos los espectadores, excepto las de un sustituto, ver a la líder de ellas. El partido, continua con muchas emociones, pero sin anotaciones, incluso el equipo contrario ya realizo un par de modificaciones, mientras que en nuestro equipo los once iniciales siguen tratando de ganar el juego.
- Ken toma el balón y esquiva un par de jugadores, lleva la pelota hacia el área contraria, se prepara para disparar y lo derriban.
Un defensor de nuestro equipo ha derribado al delantero principal del otro equipo, el árbitro no duda en marcar un penal y amonestar al defensa. Nuestro entrenador, muy molesto, decide cambiar al defensor amonestado y me manda a calentar para que entre al campo inmediatamente.
La ejecución del penal fue un éxito para el delantero Ken, que nunca ha fallado uno. Posteriormente el árbitro autoriza la sustitución. El defensor sale molesto y yo sin poder creerlo troto en el campo y me posiciono en el lugar donde estaba el otro.
Rápidamente doy un vistazo donde están mis padres, ellos están con una cámara grabando este momento que quedaría en la historia de la Secundaria, cuando veo a mis amigos, algunos riéndose, pero otros dándome apoyos con señas. Y la última mirada va hacia donde estaban las porristas, y la sorpresa mía es que Pamela acaba de llegar con ellas.
Unas gafas oscuras cubren sus preciosos ojos, pero su dorada cabellera combina con la chaqueta de cuero café que trae… El silbatazo del arbitro me despierta y empiezo a recordar todo lo que aprendí en el entrenamiento.
- El equipo del Valle Seco ha robado la pelota de nuevo, desde el mediocampo con velocidad se desplazan hacia campo contrario y se la pasan a Ken.
Veo acercarse a Ken con mucha velocidad, tengo que detenerlo de algún modo, o mejor aún quitarle el balón; es lo que haré y por ello salgo corriendo a su encuentro, Ken quiere hacer un amague, afortunadamente sé cómo evitarlo.
- ¡Que jugada acaba de hacer! El último defensor le ha quitado la posesión del balón al delantero en una jugada fenomenal.
Escucho el ruido que se ha producido en la tribuna y eso me inspira a correr con el dominio del balón para anotar, mientras analizo mis opciones de rutas topo la mirada con la figura de Pamela, ella sorprendida hace señas de correr rápido, quede pasmado por un momento.
Y antes que mis piernas reaccionen para completar el paso, un agente externo influye en mi trayectoria, la cual es el suelo ahora mismo.
- Tremenda Falta que el jugador del Valle Seco a cometido hacia el defensor. Que está tirado en el campo y pide al equipo médico inmediatamente.
A Ken no le gusto que me halla burlado así de él, y fue a buscar venganza, metiendo la pierna bruscamente entre los pasos que daba. Solo sentí que algo dentro de mi pie salió de su lugar y ahora estoy en la camilla saliendo del estadio.
Despierto y reconozco de nuevo la enfermería, pero esta vez no hay enfermera, la señorita que estaba en la misma sala buscando unos medicamentos era nada más que Pamela Díaz.
- Oh despertaste… La enfermera dijo que tardarías un poco, pero creo que tú rompiste récord, ella ya se fue, pero yo quise quedarme a ver tu salud.
Me quedo atónito, creo que la enfermera se paso con la anestesia.
- Soy la Presidente Estudiantil, y me encargo que todo estudiante se encuentre en excelentes condiciones tanto físicas, académicas y emocionales, por eso me quede preocupada por ti, soy Pamela Díaz, pero me puedes decir Pam.
- Gracias Pam, que linda… - Es lo único que pudo salir de mi boca.
Ella solo sonríe y cuando toma el medicamento que estaba buscando, se sienta junto a mí en la camilla. Y es cuando bajo la vista, que noto el gran pedazo de yeso que tengo en la pierna.
- Tranquilo fue solo una fisura, ya se encargaron de eso, pero si sientes mucho dolor para eso esta esta medicina. – Me extiende la mano con el frasco del medicamento y puedo sentir la suave piel de su palma.
- Te agradezco mucho tu atención. – Logro decirle con una sonrisa tímida.
- Ni lo menciones, después de todo es mi trabajo.