Último año

Uno

Ahí se encontraba Dorian Santillán, mirando con desinterés la entrada de su preparatoria. Con solo un año más, finalmente saldría e iría a la universidad por lo que este año sería importante pues no solo tendría que escoger entre una cantidad de opciones absurdas si no que tendría que estudiar para los exámenes, tanto los finales como los de admisión.

Tiempos oscuros se acercan, de eso estaba seguro.

Sin pensarlo mucho, se dirigió al edificio principal donde estaban colgadas las listas de las clases con el fin de localizar su nuevo salón.

—Nos vuelve a tocar juntos.

Aseguro una voz detrás de él, sorprendiéndolo un poco porque nadie le hablaba con familiaridad en términos generales.

Dorian era bien parecido, aunque no muy llamativo, con una estatura de uno setenta, de tez clara, de ojos oscuros con una profundidad fascinante, adornados, como no, con pestaña largas enchinadas, de cabellos morenos algo largos y casi siempre despeinados, de nariz respingada y labios delgados pero eso no terminaba de atraer a la gente a él. Aunque eso se debía más a su nula capacidad para relacionarse.

Y el chico que acaba de hablarle también era agraciado pero este si era amistoso.

Milton Vico era un joven pelirrojo, dos centímetros más alto que el protagonista, complementado con ojos azules brillantes como el mar, labios delgados, y un cuerpo bien formado, pues levantaba pesas. Tenía las orejas perforadas y eso lo hacía ver cómo un malote aunque no lo fuera para nada.

Dorian pensaba que era guapo y no solo lo pensaba él, pues era considerado uno de los chicos más guapos de la escuela, un príncipe en toda regla por lo que ha escuchado.

—Ya tres años, una gran coincidencia.

—Es mejor, así no comenzamos de cero...

Ambos avanzaron hasta su salón, el tercero C, justo en la última planta del edificio principal.

La escuela estaba compuesta de tres edificios, de cuatro pisos cada uno, formando un cuadro incompleto, rodeando un patio pequeño y justo en la parte detrás de los otros edificios había dos patios más, uno con zonas verdes y tiendas de comida, y otro bastante grande que tenía varias canchas, una para fútbol, una para básquet rodeados de una pista grande para hacer atletismo.

Varios chicos saludaron a Milton, pasando de largo a Dorian.

—La popularidad te persigue y no corres de ella.

—Claro que sí. No es que sea muy cómodo recibir tantas declaraciones y tener que rechazarlas todas— Milton negó con decepción.

—Cierto ¿Cómo vas con tu novia?

—Shh, no en voz alta.

—Lo siento, lo había olvidado…

Problemas de populares.

—Pero en general, vamos bien— Se encogió de hombros y no hubo más preguntas sobre el tema.

La realidad es que a Dorian no le importaba mucho su novia o su relación, mientras su amigo estuviera bien, estaba bien.

—Así que los vuelvo a ver ¿Eh?

Pregunto la voz de una chica, justo cuando entraron al salón. La chica iba de salida, seguro yendo a buscar a alguna amiga en otro salón.

De hecho, solo dijo eso y no espero respuesta, caminando hacia otro lado, abriéndose paso entre ambos chicos.

Evelyn Mora era una chica hermosa de uno cincuenta y siete de estatura, de tez clara, ojos castaños un poco más oscuros, de cabellos lacios castaños largos con un solo mechón pintado de rojo, de nariz respingada y labios delgados. Era delgada y de buena figura. Ella usa unos lentes de pasta gris.

Por lo que Dorian escucho de sus compañeros de años anteriores, había nacido para portar el uniforme de la escuela pero de eso no sabía nada.

El uniforme en realidad tampoco era gran cosa, un simple saco de color azul con líneas negras en los bordes con el escudo de la escuela, sobre una playera o blusa blanca y una falda de color negro, calcetas blancas y en caso de los chicos, un pantalón negro.

—Siempre tan platicadora— Señalo Milton.

—Ujum…

Ambos entraron al salón para sentarse juntos.

Los salones estaban pintados todos de gris con pizarrones blancos enfrente y uno verde para tiza en la parte de atrás, con varias butacas individuales y con una pequeña taquilla donde guardaban cosas de limpieza pero como las clases van iniciado, estaba cerrado con un candado.

Ambos acordaron sentarse en la parte media del salón.

—Por cierto ¿Escuchaste la canción que te mande?— Preguntó Milton revisando su teléfono en cuanto se sentaron.

— ¿Canción? ¿La de Mine…?

—No, no, esa no, aunque esta buena también— Milton se mostró de acuerdo, pero al instante negó con la cabeza y le mostro la canción en su celular, desde una de sus playlist— La de LastDance, ya sabes, la que se escribe como LstDnc.

—Ah, esa…— Dorian miro la pantalla y la reconoció— Es buena, para ser una banda indie. Bastante rítmica.

—Se harán profesionales seguro— Milton se sentía seguro con esa banda. La nueva guitarrista era increíble y le había dado un aire nuevo a la banda.



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En el texto hay: cliche, romance, harem

Editado: 16.05.2025

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