Último año

Once

— ¡Y-yo…!— Jessica trato de gritar, pues ahora avanzaba lentamente, arrastrando los pies y respirando entrecortadamente, a lo que Dorian se detuvo, aunque seguía trotando en su lugar— L-lo siento…

Dorian se detuvo y miro a todos lados, entonces miro una zona donde había una pequeña sombra debajo de un árbol, a lo que la guio hasta ahí para darle su botella de agua, porque si, él cargaba ambas botellas.

—Bueno, hoy corriste más de lo que hacías hace un par de días antes de pararte a descansar, quizá lo suficiente como para pasar el testigo— El chico la felicito mientras tomaba un pequeño sorbo de agua— No tomes mucha, no lo olvides que te debe durar toda la carrera.

— ¿T-todavía vamos a seguir?— La chica levanto la vista, frunciendo el ceño mientras apartaba sus largos mechones de cabello de su rostro.

—Sí, claro, hay que terminar la vuelta— El chico asintió, cerrando su botella.

— ¿N-no que ya e-es suficiente para…?

—Sí, para pasar el testigo— Le interrumpió Dorian mientras miraba calle abajo— Pero incluso si ya recorres esa cantidad sin cansarte, la realidad es que debes practicar diario para no perder ese progreso y ganar condición, entonces lo podrás hacer durante más tiempo, incluso.

—No c-creo que lo ocupe…

—Nunca se sabe cuándo debas salvar tu vida— Dorian se encogió de hombros y comenzó a trotar en su lugar— Vamos, no son tantos metros ya y aun debemos calentar más los músculos haciendo estiramientos.

Todo eso lo leyó Dorian en internet pero para él, tenía sentido.

Desde que comenzó a ayudar a la chica, había estado leyendo todo para mejorar su condición, además de ayudarle a ganar musculo aunque no había una forma de hacerlo rápido, al menos serviría para que no se cansara tanto y no se viera como a punto de desfallecer después de una carrera.

Por otro lado, Jessica pensó que lo mejor sería rendirse ya.

No, no podía, sus compañeros estaban muy emocionados con el festival y todos le miraban con una intensidad muy extraña recientemente, lo que la ponía de los nervios. Jessica sabía que no podía fallar, si no, definitivamente la van a acosar.

—V-vamos a seguir…

—Bien— Dorian asintió con una leve sonrisa.

La verdad es que Dorian no podía evitar admirarla, pese a que le costaba, no había tirado la toalla, y seguía adelante aunque se estuviera quedando sin aliento, lo que no debería pasar en perspectiva, porque ya le había enseñado a respirar.

Cuando la carrera termino, ambos se sentaron en una banca con la pobre chica respirando pesadamente mientras restregaba su botella de agua contra su rostro para refrescarse. Se notaba acalorada, sonrosada y todo gracias a su piel tan clara.

Es algo en lo que Dorian decidió no fijarse mucho.

—Dijiste que lo hacías para hablar con tus compañeros ¿Cómo vas con eso?— Dorian no podía evitar preocuparse por la chica, no solo era torpe haciendo ejercicios, sino que también era callada y parecía de los que se guardaban las cosas, algo que hacía sentir ansioso al chico.

La chica se giró a verlo y apretó los labios— N-no he hablado con ninguno.

­ — ¿Cómo qué no?— Dorian se inclinó hacia enfrente— ¿Y cómo practican juntos?

—A-aun no lo hacemos— Aseguro la chica moviendo sus dedos pulgares uno sobre otro mientras mantenía envuelta su botella de agua— Y-yo trate de preguntar sobre eso p-pero no quieren hacerlo.

— ¿No quieren hacerlo?— Dorian dejo caer sus hombros— ¿Cómo por qué?

Jessica quería pensar que no tenía que ver con ella. La pobre chica esperaba que no la odiaran.

Por otro lado, Dorian no pudo evitar pensar que quizá si la estaban acosando aunque de otra forma.

Pero nada más lejos de la realidad.

—No podemos correr con ella, seguro nos ve como lentas— Dijo la chica número uno.

—Debemos practicar para poder, al menos, correr a una velocidad aceptable para ella— La chica numero dos estaba muy motivada.

— ¿Habrá algo así? Me refiero a una velocidad aceptable para ella— La chica número tres se lamentaba de entrar ahí y quedar mal frente a la Princesa de Hielo.

— ¡No lo sé pero hay que intentarlo!— Número cuatro trato de motivarse y motivar a sus amigas porque sabía que no podían fallar, por su equipo y por la Princesa de Hielo.

Aun así, Dorian no podía evitar admirar a la chica que quería mejorar para poder hablar con la gente aunque quizá no sea la justificación más noble. Cambio es cambio, al final.

Dorian se levantó y fue a la tienda cercana, dejando a la chica ahí, sentada.

Cuando salió, el chico le entrego una paleta de limón mientras él se sentaba y abría una para él— Velo como una recompensa por tu esfuerzo, te falta muchísimo camino pero algo es algo.

La chica miro la paleta y esbozo una sonrisa quebrada— G-gracias.

La semana paso muy rápido y buscando un escape, Dorian termino visitando de nuevo el centro comercial pero ahora, sin un rumbo aparente, bueno en realidad, buscaba un juego para comprar pero aprovecharía para comer ahí, quizá una pizza o algo de pollo frito. Un lujo de vez en cuando no estaba mal.



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En el texto hay: cliche, romance, harem

Editado: 29.08.2025

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