Al día siguiente, era Mónica sería quien tomaría el mando de los estiramientos y el ejercicio, sin mencionar que también termino diseñando una dieta bastante parecida a la que “hizo” Dorian. Ni parece que la saco de internet, lo que solo lo hizo preguntarse si ella habría hecho lo mismo o si habría editado la misma para hacerla parecer por algo diferente.
De todas formas, para determinar cuál era mejor habría que verlo ya puestas en práctica pese a que en realidad eran solo pequeñas diferencias como un alimento extra aquí o uno menos por ahí, o bien, cambiar uno por otro.
— ¿Quién te viera? Quizá sirvas como nutriólogo…— Le dijo Mónica, golpeando suavemente su costado, esbozando una sonrisa con cierto orgullo.
—P-puede…— Dorian rasco su mejilla, solo un poco avergonzado.
—Bueno ¿Por qué no comenzamos?— Mónica puso los brazos en jarra mientras comenzaba a trotar en su lugar con una gran sonrisa— Veamos esa flexibilidad y entonces avancemos desde ahí ¿Listos?
La realidad es que esa tarde fue especialmente dura para Jessica quien termino sin aliento mucho antes de lo que esperaba, pese a que había iniciado con una energía muy similar a la de Jessica, aunque mucho más discreta.
—No olvides respirar recta— Le dijo Mónica que no parecía afectada, más allá de un leve rubor en el rostro.
—S-si— Jessica estaba toda roja, sudando mucho y respiraba como le dijo Mónica, aunque sujetándose contra una pared.
—Debiste ser un poco más suave…— Señalo Dorian, limpiando el sudor de su frente con su toalla. Hasta él termino sudando un poco más que normalmente.
— ¡Lo fui!— Mónica levanto la voz, un poco sorprendida— ¡No creo que haya sido para tanto! ¿O si…?
Jessica negó con la cabeza cuando noto la expresión medio perturbada de la chica.
Dorian sabía que no había sido la gran cosa, solo fue un poco más difícil que siempre y pese a decir eso, la realidad es que se sorprendió de que Jessica lo haya resistido todo, pese a lo agotada que se veía ahora.
—Te creo, seguro que esto es menos de lo que haces normalmente ¿No?— Señalo Dorian, tomando un sorbo de agua.
—Un poco, quizá…— Mónica lo pensó un poco. Ya no pensaba en cuanto ejercicio hacía.
—Eso significa que has mejorado, Jessica ¿Lo ves? Casi aguantas el ejercicio hecho por una atlética casi profesional ¿O debería llamarla una obsesionada con el ejercicio?— Dorian se lo pensó seriamente.
— ¡¿Cómo me llamaste?!— Se pudo haber notado su sonrojo de no ser porque todavía estaba un poco roja.
—M-muchas gracias— Jessica acepto el cumplido, esbozando una débil sonrisa entonces pareció recuperar el ritmo de su respiración, para mirar a Mónica— ¡Muchas gracias a ti también!
— ¡Eres tan linda! ¡No debes agradecerme!— Mónica se acercó a ella para abrazarla, restregando su mejilla contra la suya, sorprendiendo a esta pero no se apartó, esbozando una sonrisa nerviosa.
Dorian se alegró de que ya se llevaran tan bien.
Mónica saco su celular cuando se separó del abrazo y abrió mucho los ojos— Lo siento, tengo que ir a ver a una amiga así que me iré antes ¡Mañana los veo a la misma hora! ¡Han tenido mucho progreso!
La chica salió disparada como una bala en cuanto tomo sus cosas, despidiéndose con la mano.
—Como dije, esa chica me marea— Dorian hizo una mueca.
Jessica solo pudo esbozar una sonrisa quebrada.
La chica no pudo evitar visualizarse siendo amiga de la chica popular de los deportes pues eso seguro llamaría la atención de la gente a su alrededor y quizá, comiencen a hablarle si hablaba con alguien tan sociable y brillante como Mónica.
Aunque también le gustaría tener esa energía y esa extroversión.
—Bueno, supongo que ya puedo dejarte con ella ¿No? Mañana, me refiero— Dorian se sacudió el pantalón y se acercó a sus cosas— Ella es mejor en esto que yo, hasta la dieta que hizo es muy parecida a la que yo saque… Hice.
Jessica estaba segura de que diría que la saco de internet.
— ¡E-espera…!— Jessica lo detuvo, sujetando su playera por la espalda.
— ¿Eh? ¿Q-qué pasa?— Dorian no pudo evitar sorprenderse pues no solo lo agarro, si no que también levantó la voz.
— ¿Ya no volverás?— Preguntó la chica en voz baja, con el rostro mirando al suelo.
—Supongo que no, es lo mejor ¿No? Ya tienes una maestra más apta para el cargo y…— Dorian noto que la chica no lo había soltado e incluso había comenzado a temblar un poco, lo que al menos los descoloco un poco.
Jessica sabía que había sido una molestia cuando acepto la ayuda de ese chico pero desde entonces no solo logro avanzar físicamente, también socialmente, pues era su primer amigo ¿Lo podía considerar así? Esperaba que si, porque la había ayudado mucho y sería injusto no serlos ¿No? Al fin y al cabo los amigos son los que pasan la tarde juntos después de la escuela.
—Pero… Yo no la conozco mucho…— Continuo Jessica.
—La verdad es que yo tampoco— Dorian se rasco la mejilla.
— ¿Eh?— Jessica levanto la vista, mostrándose incrédula, soltándolo incluso— ¡¿Eh?!