Un día después de una semana de miradas fugaces y conversaciones que nunca llegaban a más, Lucas decidió que iba hacer algo. Estaba cansado de no intentarlo, de ver cómo los demás chicos pasaban tiempo con ella mientras él se quedaba en las sombras.
_"No puede ser tan difícil," de dijo a si mismo. "Solo tengo que hablarle, de alguna forma, de cualquier forma".
Pero las dudas empezaron a florar rápidamente. ¿Y si ella pensaba que él era raro? ¿Y si se reía de él? ¿Y si no tenía nada interesante que decir?
Pero cuando vio a Valeria en la cafetería, sentada sola por un momento, con la cabeza agachada mientras escribia algo en su cuaderno, supo que era oportunidad.