Finalmente, un día después de un evento escolar, Lucas decidió que ya no podía esperar más, Sabía que su oportunidad había llegado.
Se acercó a Valeria, que estába mirando la estrellas en el patio trasero de la escuela. Estaba sola, como si esperara algo. Y en ese momento, Lucas, con el corazón en la garganta, se sentó junto a Ella.
_"Valeria, hay algo que querio decirte," con la voz grave y sería.
Ella lo miró, levantó una ceja esperando.
_"No soy bueno bueno con las palabras, pero... me haces sentir algo que nunca había sentido antes. Me gustas, Valeria. No sé si esto te sorprenderá, pero tenía que decírtelo. No quiero seguir guardándomelo".
Hubo un silencio. El viento movió algunas hojas a su alrededor, Lucas pensó que había echo el ridículo, que tal vez había perdido todo.
Pero entonces Valeria, sonrió suavemente, y dijo:
_"Yo también... yo también me siento así, Lucas. Nunca supe cómo decírtelo, pero lo sentí desde que empezamos hablar. No soy muy buena para las palabras tampoco".
El mundo de Lucas se detuvo por un segundo. Sonrió, y todo lo que había estado guardando en su pecho, finalmente tuvo, sentido.