Después de ese día, las cosas cambiaron. No todo fue perfecto, claro, pero Lucas aprendió algo importante: el miedo a intentarlo era mucho más grande que cualquier cosa que podría pasar. Y Valeria, aunque nunca lo dijo, lo había estado esperando. A veces, el amor no llega cuando uno lo planea, pero llega cuando más lo necesita.
Al final, Lucas no solo conquistó a Valeria, sino que también descubrío algo sobre sí mismo: que el verdadero valor no está en los resultados, sino en el atreverse a intentarlo.
Y, en ese intento, fue cuando realmente comenzó a enamorarse de sí mismo.
FIN.